Cine

El Festival de Sevilla forma de nuevo el puzle del cine español más audaz

  • El certamen concederá junto a Acción Cultural Española el Premio AC/E a la mejor dirección de una película nacional

'Matadero' de Santiago Fillol.

'Matadero' de Santiago Fillol. / D. S.

El Festival de Sevilla revalida este año su condición de "prescriptor de referencia del nuevo cine español". Nueve estrenos, seis mundiales y tres nacionales, componen una rica y diversa panorámica de la creación cinematográfica en nuestro país, cuya vitalidad queda de manifiesto en la programación con una importante presencia de nuevas voces que ha diseñado el certamen y que exhibirá del 4 al 12 de noviembre.

Con independencia de la sección en la que participen, explican desde el Festival de Sevilla, todos estos cineastas optarán a la segunda edición del Premio AC/E a la Mejor Dirección de Película Española, que concede Acción Cultural Española. Con una dotación económica de 10.000 euros para el autor o la autora de la película ganadora, este galardón se convocó por primera vez en la pasada edición con el objetivo de potenciar la creación y la visibilidad de la cultura española tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

En lo que supone la apertura de una nueva etapa creativa, el cineasta e investigador Santiago Fillol –quien fuera guionista de Óliver Laxe en Mimosas y Lo que arde, dos títulos emblemáticos del nuevo cine español– regresa a la dirección tras su primera experiencia, aquella vez junto a Lucas Vermal, en Ich bin Enric Marco (2009). En Matadero, su nuevo trabajo, estreno nacional en la Sección Oficial del Festival de Sevilla, se inspira en un clásico literario argentino del siglo XIX, El matadero, de Esteban Echeverría, pero trasladando los hechos a la Argentina de comienzos de los años 70, cuando la dictadura militar puso en funcionamiento su implacable maquinaria de represión. Una reflexión sobre las esperanzas y los sueños revolucionarios y la muchas veces ambigua relación del arte con el poder.

Los otros representantes españoles en la Sección Oficial son Pedro G. Romero, artista, comisario, investigador y ensayista fundamental en el panorama artístico nacional, además de experto en flamenco, pasión que comparte con Gonzalo García-Pelayo. Tras presentar en el festival Nueve Sevillas, ganadora en 2020 del Premio a la Mejor Película de Nuevas Olas No Ficción, ambos vuelven a codirigir ahora Siete Jereles, una película sensorial y de atrevido planteamiento formal que se acerca a la fiesta desde una perspectiva mítica-sociológica y que retrata la atmósfera de la noche jerezana y a varios miembros de ilustres dinastías jondas (Agujetas, Moneos, Zambos, Sorderas, Periquines…), junto a músicos forjados en otras expresiones como Dani Llamas, "demostraciones prácticas y vivientes de que, en las expresiones flamencas, la tradición con mayor solera no es incompatible con los fulgores de la vanguardia más pura, libre e iconoclasta".

Además, seis títulos españoles figuran en las propuestas del festival para dos de sus apartados más significativos, Las Nuevas Olas y Nuevas Olas No Ficción, "que no en vano han sido testigos del auge y el crecimiento artístico de la plana mayor del nuevo cine en nuestro país", reivindican desde el festival.

'La mala familia' de Nacho A. Villar y Luis Rojo. 'La mala familia' de Nacho A. Villar y Luis Rojo.

'La mala familia' de Nacho A. Villar y Luis Rojo. / D. S.

El título que inaugurará Las Nuevas Olas llega al festival con una manifiesta voluntad de intervenir en el debate público. La mala familia es una película que reflexiona sobre la esquiva posibilidad de redención para muchos jóvenes de los castigados extrarradios de las grandes urbes. Sus autores, Nacho A. Villar y Luis Rojo, miembros de BRBR, un colectivo fílmico surgido en torno a la música urbana, presentan esta película hecha desde las entrañas, pues ellos mismos forman parte de la comunidad que retrata la obra. En ella, un grupo de chavales —reales, no imaginados sobre un papel— se reencuentra en una calurosa jornada a las afueras de Madrid para celebrar el día de permiso de uno de ellos, encarcelado por un episodio del pasado que cambió para siempre las vidas de todos ellos. 

En un registro muy diferente, pero no ajeno a cuestiones sociales también problemáticas como la especulación inmobiliaria, los procesos de gentrificación y la planificación urbanística y arquitectónica de las grandes urbes, regresa al festival Julián Génisson. Miembro de Canódromo Abandonado (La tumba de Bruce Lee), Génisson es una figura ineludible para entender esa veta del nuevo cine español que desde una suerte de vanguardia del post-humor busca más el desconcierto y el absurdo, lo inquietante, lo surrealista e incluso lo chocarrero que la risa propiamente dicha. En Inmotep, comedia-ovni que su director define también como un thriller vaporware y en la que el director cuenta con la complicidad de Lorena Iglesias (la otra mitad de Canódromo Abandonado), Ion de Sosa o Juan Cavestany, el espectador asistirá a las peculiares andanzas de un antiguo comercial que ahora es un homeless, un profesor de italiano y un artista que usa bancos de imágenes de internet para ilustrar sus sueños, que se unen para investigar la desaparición del cliente de una inmobiliaria.

21 paraíso, así titulada porque está rodada y narrada en otros tantos planos-secuencia, es el primer largometraje de Néstor Ruiz Medina, nominado al Goya y seleccionado en el Festival de Tribeca con su corto Baraka. Su película narra el proceso de desgaste emocional de una joven pareja que se gana la vida subiendo vídeos de sus relaciones íntimas a la plataforma digital OnlyFans. Asuntos universales y eternos como el amor (y el desamor) se muestran aquí con una perspectiva absolutamente contemporánea, que se interroga sobre las consecuencias de la reconfiguración de la intimidad en una época en la que la exhibición de la privacidad forma parte de los hábitos cotidianos de toda una sociedad y supone un modelo de negocio para muchos.

Uno de los títulos más especiales de Las Nuevas Olas, destacan desde el festival, es Soc vertical però m’agradaria ser horitzontal, de María Antón, Premio Deluxe de la sección Revoluciones Permanentes con Pico 3. Su nuevo trabajo es un cautivador mediometraje que imagina un encuentro entre Sylvia Plath y Belén Esteban en Benidorm, a donde la gran poeta estadounidense, que pasó allí su luna de miel con Ted Hughes en los años 50, regresa tras un insospechado viaje a su futuro, que es nuestro presente, para acabar cruzándose por azar con la emperatriz del famoseo televisivo.

Primer largo en solitario del productor y cofundador del colectivo lacasinegra, Carlos Pardo Ros, H es a su manera una película de fantasmas y un viaje al fin de la noche. Un tío del cineasta falleció en circunstancias nunca del todo aclaradas en los Sanfermines de 1969 y, en un ejercicio de reescritura de la memoria, Pardo Ros se sumerge a pulmón y en compañía de una serie de cómplices en las profundidades del exceso de esa popular fiesta para tratar de reconstruir una posible explicación de aquella confusa muerte. Rodada simultáneamente con varias cámaras en distintos puntos de Pamplona, elevada sobre un impresionante trabajo de montaje y, a la manera del I’m not there de Todd Solonz, con varios actores dando vida al esquivo tío fallecido (entre ellos una mujer, Itsaso Arana, habitual de Jonás Trueba, y una estrella del trap nacional como el sevillano Pedro Ladroga), esta película supone "todo un viaje al exceso". 

El regreso al origen y a las raíces, las antiguas formas de vida que paulatinamente se desvanecen en la España despoblada y el poder omnímodo de las grandes empresas sin rostro son temas fundamentales de Los saldos, un documental de creación de Raúl Capdevila Murillo. Tras una larga temporada sin encontrar empleo en Barcelona, el autor vuelve a Biñéfar, en Huesca, donde su padre sigue al frente de una humilde granja familiar cuya viabilidad se ve amenazada por la instalación de un macromatadero en el pueblo. 

Por último, Polaris, de la navarra Ainara Vera, es el primer largometraje como directora de la montadora de referencia del gran documentalista ruso Viktor Kosakovsky. Vera acompaña en su travesía por el Ártico a Hayat, una capitana de barco francesa que navega hacia Groenlandia mientras lidia con su tripulación, poco acostumbrados a recibir órdenes de una mujer y menos aún si ésta es joven como es el caso. 

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