Para no fregar platos. Los barreños comenzaron a llegar al recinto ferial en torno a las 14:30 horas dispuestos a almorzar en familia o con los amigos. Es otra de las formas de vivir el mañaneo de feria durante los primeros días de celebración, cuando el calendario laboral sigue en pie aunque en muchas empresas de la Villa se optan esta semana por la jornada intensiva.

Todas las casetas ofrecen en sus barras una variedad de platos y vinos para trasladar incluso la celebración de un almuerzo de empresa donde cerrar un negocio.

Aún así, el ambiente familiar es el que más se deja ver entre las mesas de madera de cualquier caseta. "Nos gusta venir con los niños al recogerlos del colegio y tomar algo en la feria. Total, es una vez al año y habrá que disfrutarla. Luego, cuando refresque un poco, iremos a darles una vuelta en las atracciones", destaca una madre que, junto al resto de su familia, se reúne en torno a una tortilla de patatas y pinchitos en la caseta de la peña Los 15-V.

Los grupos de amigos y compañeros de trabajo también aprovechan para quedar a mediodía, tras cumplir con su jornada, y empezar la tarde ambientados. "Estos primeros días son perfectos para venir con los amigos y dar por inaugurada la feria. No hay tanta gente como en fin de semana, no hay que esperar tanto en las barras y todavía tenemos euros en el bolsillo. El sábado no sé si habrá", bromea un grupo de compañeros de trabajo de una gestoría.

En la feria, el ambiente a la hora de almorzar ayer por la tarde era bastante agradable, aunque no había suficientes personas como para ambientar todas las casetas. Los 15-V, La Gineta o la peña La Montera eran las más concurridas cuando el sol aún daba con fuerza. Las cartas invitan a ello, con precios bastante ajustados para tratarse de un servicio de hostelería.

Los más jóvenes y, por tanto, con menor poder adquisitivo, prefieren almorzar en casa y tomarse el postre -rebujito, principalmente- en las casetas.