El ambiente taurino, como no podía ser de otra forma, invade la caseta de la peña Toro Embolao, al final de la avenida 15 de mayo. Una tarima color albero, burladeros colocados estratégicamente a modo de pequeñas barras donde apoyarse y las cabezas de los seis primeros toros que cada uno de los presidentes soltó en su primera fiesta del Domingo de Resurrección suponen para el socio y visitante un ambiente agradable y, ante todo, ferial y festivo. Joaquín Gil, presidente de la peña, sostiene no estar dispuesto a perder las señas de identidad de una feria andaluza. "Es la línea a seguir. Una caseta donde se pueda comer, bailar y tener posibilidad de servir a todas las edades", asevera el presidente.

La presencia de la peña en la feria se remonta casi a los inicios del colectivo, que este año conmemora su trigésimo aniversario tras haber tenido como presidentes, por este orden, a Francisco Casanova, Francisco Silva, José Soult, Raúl Domínguez, Salvador Acosta y el propio Gil. "En aquellos años los primeros socios, que tienen todo el mérito, decidieron pedir una caseta en la feria. Ahora somos una de las peñas que más participa en la feria y las fiestas de Los Barrios. Siempre hemos estado en el mismo sitio en el recinto ferial", comenta Gil.

La caseta es una de las más grandes (unos 1.000 metros cuadrados) debido al número de socios, casi 500. Junto con La Gineta (con un millar), son los recintos más amplios de la avenida 15 de mayo. La decoración de este año es totalmente nueva: "Decidimos que para celebrar nuestro aniversario teníamos que dar cambios a la caseta, pero sin alejarnos del modelo tradicional", apostilla el presidente. Y es que Gil se muestra totalmente contrario a las casetas discotecas en manos de firmas que copan todo el protagonismo por encima de las peñas. "La música de discoteca, creo, está disponible cualquier sábado. La feria es una vez al año y potenciar un modelo diferente es echarla a perder", sostiene. "Siempre vamos a seguir en esta línea, cuidando de todos los detalles", añade Gil, quien también ensalza los buenos precios de la barra. "Somos los más competitivos y estamos pendientes de los detalles. Los refrescos son de botellín, algo difícil de encontrar en una feria, sin irnos en el precio", comenta.

Para el presidente, la feria es un momento de reunión para los socios y simpatizantes lejos del estrés de la fiesta del Domingo de Resurrección. Todos junto al casetero colaboran en la caseta y aprovechan estos días para compartir un rato agradable. "Yo estoy todo el tiempo que puedo. Porque soy el presidente y porque me gusta la feria de mi pueblo", señala.

Gil insiste en que la música es la tarjeta de presentación de una caseta. "Cuidamos ese aspecto con actuaciones. Este año tenemos la orquesta Sin Fronteras y el grupo Malamanera de Tarifa. Ambos están teniendo éxito. Y es que tener actuaciones en la feria es hacer feria. Lo demás, está de más", apostilla.

Así mismo, en la caseta del Toro Embolao siempre hay mesas instaladas para sentarse, a cualquier hora. "Somos conscientes de que a la gente le gusta bailar, pero siempre tenemos un grupo de mesas. Si, por ejemplo, vienen personas mayores que quieren oír la música pero no bailar, aquí tienen sitio. No tenemos zonas reservadas, estamos totalmente abierto a nuestros socios, amigos, simpatizantes y visitantes de Los Barrios y todo el Campo de Gibraltar. Les esperamos con los brazos abiertos", invita Gil.

Además de su presencia en la feria y la fiesta del toro, los miembros de la peña celebran cada año una fiesta campera, generalmente en la finca de Gavira a mediados de octubre, donde sueltan reses y comparten almuerzo en hermandad. "Es uno de nuestros actos preferidos y tiene casi tanto peso como la feria en nuestro calendario", concluye.