Feria de Los Barrios

Los barreños arropan a su patrón

  • Unas trescientas personas acompañan a San Isidro Labrador en procesión junto a una veintena de caballistas por las principales calles del centro de la localidad

Los barreños demostraron un año más su devoción hacia San Isidro Labrador, patrón de la localidad y razón de ser de las fiestas de la semana en la Villa barreña. La mañana, soleada y con una temperatura muy agradable, comenzó con la misa en honor al patrón.

El oficio religioso, con carácter rociero, comenzó a las once de la mañana con numerosos fieles en el interior del templo. Además, asistieron autoridades locales encabezadas por la alcaldesa, Ángeles Ariza, así como otros miembros de la Corporación municipal y las cortes de reina y damas al completo.

Cuando las campanas de la iglesia anunciaron la llegada del mediodía, unas trescientas personas (algo menos que el año pasado) esperaban la salida del santo en la plaza. Muchas niñas y mujeres acudieron vestidas de flamenca para luego pasear por la feria. El cortejo procesional, acompañado por la banda municipal de música de Los Barrios que dirige Tomás Infante, iba encabezado por los estandartes de las otras cuatro hermandades de la localidad y una representación de sus juntas de gobierno. Unos veinte caballistas también formaron parte de la procesión.

El desfile de la centenaria y valiosa talla dejó bellas estampas a la salida del templo y encaminó sus pasos hacia la plaza de San Isidro, donde se encuentra la actual panadería que hace algo más de 300 años era la ermita en torno a la cual se establecieron los pioneros de la localidad tras el sitio de Gibraltar. Igualmente bello fue el momento del saludo de los jinetes al santo en la calle Soledad, cuando los caballos se colocan de lado y contemplan el paso del santo.

La procesión duró algo más de una hora. Mientras tanto, el ambiente se iba caldeando poco a poco en el recinto ferial. Primero con el paseo de caballos, bellos corceles engalanados y calesas para pasear por la avenida 15 de mayo. Mujeres vestidas de flamenca a la grupa completaban la estampa típica de unas fiestas andaluzas.

A las tres de la tarde, la actividad en el recinto ya era plena y encontrar sitio para almorzar en las casetas era una empresa prácticamente imposible. Muchas personas optaron por comer en los restaurantes de los alrededores mientras que los jóvenes tardaron algo más en incorporarse a la fiesta con el fin de trasnochar. Las atracciones se pusieron en marcha y con ellas los niños colmaron un día más sus ganas de diversión.

El buen ambiente marcó la tarde con bailes y bebidas en todas las casetas. Como cada 15 de mayo, la jornada principal de la feria barreña, la del patrón, no defraudó en afluencia de público y armonía.

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