La feria es un momento para lucir guapas. Cada día, la avenida 15 de mayo del recinto barreño se convierte en una improvisada pasarela de moda flamenca con las últimas tendencias, variedad de colores y estilos a la hora de vestir el traje típico andaluz. No hay una tarima ni focos, pero no hacen falta. Jóvenes, niñas y adultas disfrutan por igual de la vestimenta que supone casi una inversión en los tiempos que corren.

La joven Ana Mari explica, con un bello traje rojo, que un vestido de flamenca se encuentra en los comercios a partir de unos 200 euros, a lo que hay que sumar el importe de los complementos (si bien siempre hay opciones económicas). Flores para el pelo, colgantes, collares y pulseras son los principales abalorios, sin olvidar el abanico. "A ser posible, que vayan a juego con todo, incluso con los zapatos", señala otra joven quien muestra un bello traje donde no hay profusión de volantes. Como en todo, hay modas, aunque nadie se siente fuera de ella ya que en la variedad está el gusto: lunares, rayas, lisos o con bordados son algunas de las opciones, así como los tonos vivos frente a colores pastel. Para las niñas, un traje de flamenca no baja de los 70 euros ya que la confección para esas tallas resulta más difícil y laboriosa.

Las mujeres mañosas con la costura optan por diseñar y fabricar a mano su propio vestido, lo que reduce ostensiblemente el precio pero multiplica el esfuerzo. Las telas comienzan a estar disponibles en los comercios especializados a principios de año para que haya tiempo suficiente. La inspiración hace el resto. "Supone un ahorro y me lo hago a mi gusto. Cada año me hago uno y así voy estrenando. Además, así es seguro que será de mi talla", señala una joven. De hecho, si la figura lo permite, contar con un traje nuevo cada año permite, a lo largo de un lustro, lucir un vestido diferente cada día. Tener espacio suficiente para guardar adecuadamente los trajes el resto del año es harina de otro costal.

Pero, ¿dónde se guarda el dinero, el móvil o el carné de identidad? La respuesta está oculta en el forro. La mayoría de trajes llevan en su interior un pequeño bolso fuera de miradas indiscretas con el que despreocuparse.