Feria de Los Barrios

El Domingo Rociero llena las calles de juerga y diversión

  • La ciudad celebró uno de sus días más multitudinarios. Linense y visitantes de toda la comarca se echaron a las calles para comer, beber y pasarlo bien

El Domingo Rociero de La Salvaora volvió ayer a llenar las calles de La Línea de buen ambiente y diversión, mucha diversión. El día comenzó a las 10:00 con la tradicional misa rociera en la plaza de la Iglesia y con el tamborilero Santiago Pedrero anunciando el inicio de las fiestas.

Sobre las 13:30 horas las calles empezaban a llenarse de gente llegada de todos los puntos de la comarca. Los hombres con sus sombreros de paja y sus catavinos y las mujeres ataviadas con coloridos trajes de flamenca. Aunque muchos prefirieron la comodidad de las camisetas y las bermudas en este caluroso día.

Las gafas de sol servían para ocultar la cara de muchos, que arrastraban el cansancio del día anterior, que fue largo por la Cabalgata y el alumbrado de la portada. Los linenses disfrutaron del primer sábado de feria asistiendo al recinto para tomar las primeras jarras de rebujito en las casetas y hacer las primeras visitas a tómbolas y atracciones.

Las tapas de tortilla de patata, el jamón ibérico, el queso y el pescaíto frito iban poco a poco inundando las barras de los bares y las mesas de playa que muchos traían, junto con las neveras y los tuppers cargados con los platos más exquisitos.

Grupos de amigos y familiares ocupaban las zonas más frescas del centro mientras bailaban al son de las música de los distintos establecimientos. La música flamenca, la rumba y la canciones populares como Paquito el Chocolatero fueron las protagonistas de este Domingo Rociero, un año donde la obligación municipal de poner esta música no permitió otros estilos como el bacalao y la música electrónica tan habitual otros años.

Ya sobre las cinco de la tarde la calle Real, Sol y la plaza de Fariñas eran un hervidero donde no cabía un alfiler. Quien no iba sin camiseta debido al gran calor llevaba la ropa empapada en tinto o rebujito. Las batukas y los bailes de sevillanas en grupo invadían las calles en una explosión de júbilo propia de este día grande de la Velada y Fiestas.

El alcohol iba haciendo estragos y los primeros mareos de los más jóvenes no se hicieron esperar. Muchos se mojaban la cabeza o se desplazaban a alguna barra a comer algo para reponer fuerzas y seguir con la fiesta.

Sobre las 20:00 horas todavía quedaba gente por las calles pero un gran número ya había cambiado las calles del centro por las casetas del recinto ferial, donde permanecería hasta altas horas de la madrugada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios