Feria de La Línea

Los volantes y la alegría inundan las calles de fiesta

  • Linenses y visitantes toman las calles para disfrutar de una intensa jornada festiva en uno de los días más especiales de la Velada y Fiestas de La Línea, el Domingo Rociero

Ni la crisis ni el intenso calor. Está comprobado que, por ahora, nada puede arrebatarle el éxito a una de las jornadas más intensas y especiales de la Velada y Fiestas de La Línea, el Domingo Rociero.

La jornada comenzó a las 10:00 con la tradicional misa rociera en la Inmaculada oficiada por el arcipreste de La Línea, Juan Valenzuela. Centenares de fieles acudieron a esta cita, celebrada en el exterior del templo, y no faltaron, claro está, las autoridades y las reinas juvenil e infantil de la Velada y Fiestas 2012. Al terminar la eucaristía y como viene ocurriendo desde hace algunos años, varios ciudadanos dejaron ramos de flores en las rejas del atrio de la iglesia como señal de respeto y devoción.

La mañana comenzó fresca y la llegada de gente al centro se produjo de manera gradual. Aunque a media mañana la afluencia de personas no era tan importante como otros años a esa hora, linenses y visitantes volvieron a volcarse con el Domingo Rociero y comenzaron a llenar las calles y las plazas del centro, que fueron un hervidero hasta bien entrada la tarde. De nuevo, lugares como las plazas de la Iglesia, la calle Real y las plazas de Fariñas y Cruz Herrera estuvieron al repleto de gente con ganas de pasarlo bien.

No faltaron las guapas mujeres y niñas vestidas de flamenca y por su puesto, las sevillanas y las rumbas. Y es que durante esta jornada y según impuso el Ayuntamiento hace algunos años, solo está permitida este tipo de música, si bien a partir de las cinco de la tarde comenzaron a sonar temas comerciales y alguna que otra canción del verano en algunos establecimientos.

El Domingo Rociero volvió a dejar estampas típicas, como familias y amigos reunidos con neveras y mesas para que no faltara la comida ni la bebida durante la jornada, eso sí, hubo más que en otros años. Tortilla, jamón, el imprescindible rebujito y la cerveza constituyeron el menú de ayer para la mayoría de las personas, que también tenían la opción de tomar algo diferente en los bares y cafeterías que abrieron.

A medida que avanzaba la sobremesa, muchos optaron por dirigirse al recinto ferial para seguir disfrutando de la fiesta aunque ya en las casetas. Por la mañana tuvo lugar el paseo de caballos.

La música no dejó de sonar en el centro de La Línea hasta pasadas las siete de la tarde, hora a partir de la cual los trabajadores del servicio de limpieza volvieron a emplearse a fondo para retirar una cantidad enorme de botellas, vasos y otros residuos, así como de desincrustar del suelo con agua a presión litros y litros de bebida.

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