El Desafío independentista

El tiempo corre en contra del bloque independentista

  • El requerimiento de Mariano Rajoy a Carles Puigdemont para que aclare si hubo DUI obtendrá una respuesta igual de confusa, que previsiblemente provocará disensiones entre antiguos convergentes con ERC y de éstos con la CUP

Este juego de pelotas entre dos tejados se va a prolongar, y cuanto más tiempo pase, más se profundizará en las grietas que se han abierto entre los partidos independentistas de Cataluña. Miembros del Govern opinan que Puigdemont debe contestar a Mariano Rajoy con la copia del discurso que pronunció el martes pasado y que se publica en el diario de sesiones de la Cámara. Así lo cree la consellera de Trabajo, Dolors Bassa, pero es una opinión compartida, al menos por los consejeros de ERC. Y además del diario, se enviaría la declaración de independencia que firmaron los parlamentarios, aunque ésta no se va a publicar de modo oficial porque fue un acto ajeno al pleno. De este modo, Mariano Rajoy no recibiría una respuesta clara a la pregunta de si se ha declarado la independencia en el Parlamento catalán, lo que podría motivar un segundo requerimiento de aclaración. El artículo 155 no es un mecanismo automático, y el inicio se podría retrasar. Si es así, esto perjudicaría la consistencia del bloque separatista. La CUP decide este fin de semana si sigue apoyando a Puigdemont, y una de sus organizaciones, Endevant Osan, lo tachó ayer de traidor.

Pero el problema no es la CUP, o no sólo la CUP. Los antiguos convergentes, con Artur Mas a la cabeza, presente en todas estas últimas horas en las cercanías de Puigdemont, son partidarios de una rectificación. Son ellos quienes forzaron al presidente de la Generalitat a modificar su discurso inicial, donde iba a dar un plazo concreto a Rajoy, de 15 días, para negociar: si no aceptaba, la declaración de independencia que se firmó entraría en vigor. Pero el ultimátum que querían la CUP y ERC se tornó en esta tremenda confusión jurídica. La secretaria general del PDeCAT, Marta Pascal, es quien lleva la voz de estos antiguos convergentes, que están espantados con la salida masiva de empresas y bancos de Cataluña y con la ausencia de respuesta de Bruselas. Día tras día, todas las declaraciones que llegan desde la Comisión Europa contienen las mismas palabras: todo dentro del marco constitucional. El enfado de ERC es máximo, aunque no se hace público, pese a que en la reunión previa al discurso sí se oyeron los gritos de Marta Rovira, la portavoz.

El enfado de ERC con los moderados del PDeCAT es máximo, pero no se hace público

Un diputado del PDeCAT, Jordi Xuclá, aseguró ayer en una entrevista radiofónica que no se había producido la declaración. Esto da pistas de lo que está ocurriendo en el partido de Puigdemont.

Y a la salida de empresas y la negativa de Bruselas se suma la organización del españolismo en Cataluña. Esto no existía antes del 8 de octubre. Ayer, unas 65.000 personas se manifestaron en el centro de Barcelona con motivo del Día de la Hispanidad, y en la recepción del Rey en Zarzuela se percibió el espaldarazo a la posición constitucional: estuvieron los ex presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, pero también los presidentes de Sabadell, Planeta, Freixenet y de Fomento del Trabajo, la principal patronal de Cataluña, un hecho que no ha pasado inadvertido a la prensa más independentistas.

En los corrillos de Zarzuela, miembros del Gobierno explicaron que si Puigdemont se retracta, o explica que no ha habido declaración, se volvería a la situación de legalidad de antes del 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron en el Parlamento autonómico las dos leyes de ruptura. Lo que es evidente es que el Gobierno no va a negociar con la Generalitat en los extremos propuestos por los independentistas. La única negociación es la que habrá en la comisión que se ha abierto en el Congreso para diseñar un futuro mapa autonómico y que puede llevar a la reforma de la Constitución. ERC no acudirá, pero el PDeCAT se lo está pensando.

Carles Puigdemont no ha hablado desde que el requerimiento le llegó el miércoles al Palau, sólo publicó en Twitter su desagrado: "Demandamos diálogo y se nos responde con el 155 sobre la mesa. Entendido".

Una de las salidas que se han comenzado a manejar en el bloque independentista es la convocatoria de elecciones autonómicas. Esto sería aplaudido por todos, incluidos el PP, PSOE y Cuidadanos, pero el PDeCAT no quiere porque ERC no repetiría la coalición de Junts pel Sí. El viejo partido de Pujol y Mas tendrían que acudir a las urnas con serio riesgo de ser los cuartos y los quintos y sin candidato, porque Puigdemont no se presentaría. Por todo esto, la demora perjudica a los separatistas, pero ellos también lo saben, actuarán. El Gobierno ha dado de plazo hasta el lunes para recibir una respuesta.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha esclarecido todas estas intenciones, al señalar a Albert Rivera como el único que desea aplicar el artículo 155 de la Constitución. Es decir, que el socialista y Rajoy prefieren esperar. Por si se cuecen.

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