Doble fondo

Roberto Pareja

La marea se lo va a llevar todo

El rollo de Puigdemont no cesa, Iglesias se esfuma y la victoria de Arrimadas yace en el fondo del mar

Va a subir la marea y se lo va a llevar todo, no veas si noto la fuerza, yo creo que soy un toro...". Con permiso de Robe Iniesta, este pasaje y esta canción (Decidí) de Extremoduro le vienen al pelo a ese hombre de flequillo sesentero que sigue empeñado en degradar la democracia buscando las vueltas al reglamento del Parlament para ser investido a toda costa (¿por qué no en bañador?) y sin despeinarse mientras su ex número dos, Oriol Junqueras, sigue rumiando en la cárcel la venta del crecepelo identitario ilegal contemplando con presunta irritación al menos aguerrido Puigdemont paseando con sus plácidos delirios por la Grand Place de Bruselas.

La desbandada independentista está servida. Los de Artur Mas -su mentor tras dejarlo incapacitado la CUP- son los más ilustres de los pies en polvorosa en marcha tras el viaje a ninguna parte; como los del ex conseller Carles Mundó, que iba para candidato para presidir el Parlament y se vuelve al bufete; como Carme Forcadell, que ha pasado de incendiaria a quemada; como el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, que ha dado calabazas a ERC; como Neus Lloveras, que vuela de la presidencia de la Asociación de Municipios por la Independencia...

El campeón se está quedando solo por mucho que ayer escenificara en Bruselas una piña con 25 de los 34 diputados que sacó el 21 de diciembre. Y sus desvaríos son el rayo (rollo) que no cesa. De su chistera de chiste acaba de salir la web Govern de la República. Este señor ha conducido a Cataluña a un callejón de atascada salida, pero votos son amores y no buenas razones, por lo que al mantenerse como primera fuerza independentista, sus antiguos socios de ERC tienen que tragar quina mientras el fantasma sigue vendiendo humo y esa pócima mágica que ha espantando a empresas, inversores, ahorradores y todo bicho viviente cuya mente no haya sido tragada por el tsunami secesionista.

La marea del procés también se ha llevado a Pablo Iglesias, que hoy emergerá desde las profundidades (un obvio decir) de Twitter para dar cuenta de esa desastrosa gestión que ya le pasó onerosa factura allá y amenaza con otra en el resto de España a poco que siga empeñado en su ruinosa equidistancia. El calendario electoral (en blanco este año) le da un respiro y urge cambiar una dinámica que alientan conmilitones como ése (Ramón Espinar) que ayer justificó que el líder morado haya desaparecido cual Schettino de la nave con el peregrino argumento de que "es Navidad". Si el barco zozobra y el capitán no aparece, mal asunto. Y si la única tierra firme que se ve es naranja, peor. Por cierto, ¿qué hace la victoria de Inés Arrimadas en el fondo del mar?

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