La crónica

Pedro Sánchez teme el voto oculto de los 'Verdaderos Españoles'

  • El candidato socialista apela a una participación masiva porque sospecha de la fortaleza subterránea de Vox

Pedro Sánchez, este sábado en Alicante.

Pedro Sánchez, este sábado en Alicante. / Juan Carlos Cárdenas/EFE

"No nos podemos relajar". Pedro Sánchez inició la campaña electoral con una llamada masiva a las urnas para conjurar el temor andaluz, que Vox empujase desde la derecha y terminase convirtiendo al candidato del PP, en este caso Pablo Casado, en el presidente del Gobierno. Este sábado, en Alicante, el socialista ha vuelto a expresar su miedo al voto oculto de Vox, y para ello no sólo ha recordado lo que ocurrió en Andalucía, sino también en Finlandia, donde la diferencia de votos entre socialistas y ultranacionalistas sólo ha sido de 6.000 papeletas.

Verdaderos Finlandeses es el nombre de estos extremistas nórdicos, no hay más que reflexionar un poco por esa apelación a lo verdadero. Todos los sondeos daban una holgada victoria a los socialistas, y daban por segundo al partido conservador tradicional, pero no ha pasado nada de eso: los Verdaderos han sido los segundos  y sólo a 6.000 votos de los socialistas. "Lo mismo nos pasó en Andalucía, donde todos las encuestas nos daban que ganábamos sin problemas", ha dicho Sánchez en Alicante, la ciudad donde coincide este sábado con Pablo Casado y con Inés Arrimadas.

Ferraz cree que Vox puede ser la tercera fuerza más votada en todo el país, lo lleva pensando desde el inicio de la campaña, no es una certeza, pero sí una posibilidad real. Y si Vox es segundo, Casado entrará en Moncloa como Juanma Moreno en San Telmo. Esto es lo que Pedro Sánchez quiere evitar en esta última semana de campaña electoral, una de las más extrañas de las vividas en España, con una Semana Santa de por medio y dos debates televisivos encadenados, el lunes en RTVE y el martes, en Atresmedia. "Qué remedio" se quejó el viernes Pedro Sánchez después de que tuviese que rectificar en su voluntad de sólo ir al de la pública.

"Al final del partido, hay que apretar el ritmo", insistió Sánchez, que ya hace unos días avisó de que su victoria "puede depender de un solo voto". Ximo Puig ha acompañado al presidente en este mitin, el valenciano también se somete al veredicto de las urnas el domingo 28 de abril. "Hay que ganar ganar, no ganar por un poco, sino ganar ganar", ha insistido en la misma idea.

Frente a los posicionamientos de Vox, pedro Sánchez ha repetido en varias ocasiones la palabra España. "España es un gran país"; "no es más patriota el que más golpe de pecho se da, sino quien quiere que en España se viva cada vez mejor"; "España necesita estabilidad". 

Si es difícil augurar cómo se comportarán los españoles respecto al voto el próximo domingo, más lo es saber cuántos se abstendrán y quiénes son éstos. Si el comportamiento es el mismo que en Andalucía, el elector de centro y de derecha estará muy movilizado, irá a las urnas, son personas comprometidas con un cambio que han visto que éste es posible, incluso, en la comunidad donde nunca se había producido. Las izquierdas son otra cosa. Sánchez está realizando una llamada al voto útil de quienes apoyaron a Podemos en las otras dos ocasiones, y quizás eso lo haya conseguido: su problema es la movilización del elector, tradicional, socialista, de aquel que reside en los barrios con menor renta del país.

Y a esto se une la incógnita andaluza. Pocas comunidades vive la Semana Santa como Andalucía, en los últimos días el PSOE casi no ha hecho campaña y Sánchez no volverá en lo que resta. ¿Ocurrirá lo mismo? 

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