España

El cinismo, como el virus, no tiene fronteras

  • Vox, que reunió a 9.000 personas en Vistalegre cuando la pandemia sacaba las uñas, y el independentismo más irredento vociferan a toro pasado mientras se apilan los cadáveres 

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, junto a dos altos mandos policiales este jueves en rueda de prensa.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, junto a dos altos mandos policiales este jueves en rueda de prensa. / EP

Pedro Sánchez es consciente de que su actuación ante la crisis del coronavirus no ha sido edificante y por eso prometió ante el Congreso el miércoles que cuando la pandemia sea historia ya habrá tiempo de analizar "con rigor" los "errores" de una gestión que ha convertido a España en uno de los epicentros de la propagación del Covid-19, medalla de plata de hojalata mundial de nuevos casos diarios tras Italia.

La actuación del Gobierno español la ha puesto en solfa hasta The New York Times, que reprocha a Moncloa la "respuesta vacilante" que dio al coronavirus cuando ya empezaba a sacar las uñas, recordando que Sánchez ha declarado el estado de alarma después de permitir el 8-M que unas 120.000 personas se manifestaran por el centro de Madrid o que 60.000 aficionados asistieran a un partido de fútbol en el estadio del Atlético de Madrid, precisamente ante el Sevilla...

El prestigioso diario estadounidense también pone el acento en la actitud de uno de los mayores azotes del Ejecutivo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos subrayando que Vox, la tercera fuerza política del país, reunió alegremente a nueve millares de personas en la plaza de toros de Vistalegre, un polvo con los lodos de los positivos por coronavirus de los dos primeros espadas de la formación ultraderechista.

A río revuelto ganancia de pescadores, ciertos sectores del independentismo y de sus antípodas no tienen escrúpulos en buscar réditos políticos en la desgracia que aturde al planeta sin distinción de colores de piel o ideologías que no de clases sociales, como se ha lamentado este jueves el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, instalado en un lugar preferente del ojo del huracán a cuenta del positivo de su esposa, la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Los "escudos humanos" de Iglesias

 El portavoz nacional de Vox, Jorge Buxadé, ha acusado este jueves a Iglesias de utilizar a los más débiles como escudos humanos para protegerse y aumentar su poder y le ha responsabilizado de la emergencia sanitaria y social del país.

Buxadé ha hecho responsable a Iglesias de "todas las medidas que el Gobierno no adoptó" a tiempo y ha recalcado que no puede hacer un "discurso de oposición", cuando "ha estado sentado sin mascarillas, saltándose la cuarentena, en el Consejo de Ministros".  

Otra voz templada, la del ex portavoz en el Congreso y senador del PP Rafael Hernando ha lanzado este jueves un duro mensaje contra el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, considerando "una burla" para enfermos y sanitarios que todos los días ejerza de portavoz de la evolución el coronavirus y de las medidas para detener su expansión.

"¡A tu casa!", le ha reclamado en su cuenta de Twitter adjuntando un vídeo en el que se emiten varias frases del responsable sanitario de triste moda de distintas ruedas de prensa durante las semanas anteriores, en las que el médico confiaba en que España no iba a tener una expansión del virus descontrolada y aseguraba también que no iba a impedir a su hijo acudir a la manifestación del 8 de marzo.

Las críticas de Hernando en esta red social alcanzan también a Iglesias, quien a juicio del portavoz popular debería permanecer en cuarentena hasta asegurarse de que no está afectado, porque "aún sin síntomas es un peligro". "Su afán de protagonismo resulta insultante para todos los que están en sus casas", censura.

Punto en el que cabe preguntarse por qué Vox y PP no reclaman también la cuarentena del presidente del Gobierno, dado que su esposa también está infectada con el virus...

A lo suyo...

China no lo vio venir, Italia no lo vio venir, España no lo vio venir..., pero a otros se les ve venir desde muy lejos, siempre a lomos de su sectarismo indomable. Referentes de JxCat y ERC, con la consellera de Sanidad, Alba Vergés, al frente, repicaban al unísono el miércoles que el Ministerio de Sanidad había bloqueado 4.000 mascarillas destinadas a Igualada (Barcelona), donde se localiza el peor brote de coronavirus en Cataluña. “No entendemos cómo se pueden requisar o decir 'a partir de ahora todos los productos van a estar centralizados en Madrid”, explicó Vergés.

El Govern de Quim Torra ha erigido a su vez al prestigioso infectólogo Oriol Mitjá en paladín de su pulso al Gobierno y al estado españoles a cuenta de la crisis. Muy crítico con las medidas del Gobierno central hasta el punto de reclamar la dimisión del Comité de Emergencia que dirige Simón, sorprende que alguien de su nivel intelectuak se interne en el jardín de la refriega política, aunque su adhesión pública y notoria a JxCat lo hace comprensible.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha respondido este jueves a los independentistas y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (que también denuncia el bloqueo de mascarillas), puntualizando que ni se han requisado  ni ha habido "impedimentos" en las aduanas para la entrada de estos productos en el país.  

Las críticas de Vox, que reunió a 9.000 personas pasándose por el forro de la bandera la amenaza entonces incipiente del coronavirus, y de los secesionistas ahora atrincherados tras la bata de un científico ad hoc apuntalan el mensaje de fondo: morimos por culpa del Gobierno, letalmente incompetente, y por culpa de Madrid, letalmente centrípeto. 

El cinismo, como el virus, no tiene fronteras. Sobre todo a toro pasado.

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