la crisis catalana

Torra rompe con la Corona

  • El jefe del 'Govern' no invitará a Felipe VI a actos de la Generalitat y esquivará los de la Monarquía

  • El Gobierno contemporiza y Rivera le acusa de "complicidad" con los separatistas

El rey Felipe VI, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente de la Generalitat, Quim Torra; y la ministra de Política Territorial, Meritxel Batet, ayer en Tarragona.

El rey Felipe VI, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente de la Generalitat, Quim Torra; y la ministra de Política Territorial, Meritxel Batet, ayer en Tarragona. / Jesús Diges / Efe

El presidente catalán, Quim Torra, ha roto la baraja con la Casa Real: el Govern eludirá los actos organizados "por la Monarquía" y tampoco invitará a Felipe VI a los de la Generalitat. Lo anunció ayer, horas antes de acudir a la ceremonia de apertura de los Juegos Mediterráneos en Tarragona, donde e coincidió con el Monarca, al que saludó e hizo entrega de un libro de fotos sobre la jornada del 1 de octubre.

Antes del acto, Torra se sumó a una concentración de la Asamblea Nacional Catalana contra la visita del Monarca, que se encontró con otras dos manifestaciones: una del Comité de Defensa de la República (CDR), de rechazo a la Corona, y otra de Vox, que la respalda.

Torra anunció su decisión de acudir a la ceremonia de apertura de los Juegos, donde coincidió también con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, después de mantener hasta última hora la incógnita sobre su asistencia al acto, en una declaración institucional leída a mediodía en la que hizo duros reproches a Felipe VI por su papel el 1-O, con un discurso "que dio cobertura y apoyo a la represión".

El presidente catalán explicó que, aunque Cataluña sigue viviendo "una situación de gran excepcionalidad", iba a asistir al acto inaugural porque los juegos "se hacen en Tarragona", porque los ha pagado en gran parte la Generalitat y "porque estamos en nuestra casa y nunca más nos echarán" de ella, puesto que "en Cataluña mandan los catalanes". Ahora bien, puntualizó que ni él "ni ningún otro miembro del Govern asistirá a ningún acto" organizado "por la Monarquía española", y tampoco invitará a esta última "a los actos organizados por la Generalitat".

El presidente catalán agregó que la "situación de excepcionalidad" que a su juicio vive Cataluña se traduce con la permanencia de políticos que "están encarcelados por sus ideas" y por haber permitido votar a los ciudadanos, y reprochó que las apelaciones al diálogo y la negociación realizadas desde las instituciones catalanas no se hayan visto correspondidas hasta ahora.

Según Torra, hasta el último momento ha esperado que el Rey "reflexionase o quisiera escuchar lo que quería decirle", pero esta espera ha sido en vano, señaló, puesto que no ha querido "pedir perdón" por "su grave declaración política" del pasado 3 de octubre.

La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, le advirtió que si la Generalitat decide no invitar al Rey a ningún acto el problema no es para el Monarca, sino "para Cataluña". En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, Celaá aseguró que el Gobierno de Sánchez está empeñado en la "normalización" y de "evitar tensiones", un camino en el que espera reciprocidad por la otra parte.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, acusó a Sánchez de ser "cómplice" de Torra en su decisión de impedir que el Rey tenga una presencia "normal e institucional" en Cataluña. "Nos llama bestias taradas a todos los españoles", recordó, y ahora el Gobierno mira a otro lado y propone un Estatuto "inconstitucional" para dar a Cataluña más dinero y competencias.

Regalo envenenado.El presidente de la Generalitat entregó ayer al Rey en el estadio de Tarragona un libro sobre las cargas policiales del 1-O antes de la inauguración de los Juegos Mediterráneos de Tarragona. Se trata del libro Dies que duraran anys (Ara llibres), del fotoperiodista Jordi Borràs.

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