Crónica Personal

Semana triunfal de Sánchez, pero...

Futuro. La aprobación de los Presupuestos y el primer paso para eliminar la sedición han sido un espaldarazo para el presidente, pero los barones temen que su rechazo reste votos en mayo

Pedro Sánchez sonríe en su escaño tras sacar adelante el jueves los Presupuestos Generales del Estado.

Pedro Sánchez sonríe en su escaño tras sacar adelante el jueves los Presupuestos Generales del Estado. / Kiko Huesca / Efe

Le ha salido mejor de lo que pensaba todo el mundo, dentro y fuera de su partido. Mejor probablemente de lo que pensaba él. Ha aprobado los Prepuestos Generales del Estado –a la espera del trámite en el Senado– con pleno del conglomerado Frankenstein y sin que se le escapara un solo voto de su grupo parlamentario, a pesar de la petición del PP –errada– de que la reforma del delito de sedición fuera con voto emitido en voz alta. La estrategia de intentar dividir el voto del rival nunca se debe hacer de esa manera, se expone uno a que los posibles disidentes se nieguen a hacer pública su traición.

Fue una semana tan triunfante para un Sánchez en horas muy bajas, con todos los sondeos recogiendo su declinante situación, que hay quien intenta incluir en su haber el éxito inigualable en el Mundial de Qatar, con los siete goles de la selección española a Costa Rica. Y se cerró el viernes con su elección como presidente de la Internacioal Socialista (IS).

Infinitamente más importante lo primero que lo segundo. La IS hace mucho tiempo que dejó de ser influyente en el escenario internacional, entre otras razones porque son escasos los socialistas con cabezas políticas como las que imponían su huella en el mundo hace unas décadas, Brandt, Kreisky, Felipe González, Mitterrand, Blair, Olof Palme o Papandreu, y porque además en la propia UE la caída del socialismo y la socialdemocracia se agranda cada vez que se celebran elecciones. Hoy cuenta con sólo dos jefes de Gobierno destacables: Antonio Costa en Portugal y Sánchez. Así que la elección de presidente de la IS, donde era el único candidato, se convierte en un cargo de limitado poder.

Sin embargo, los últimos días sí han sido importantes para el presidente español, con acumulación de victorias. La aprobación de los PGE ha venido acompañada de un debate previo sobre la reforma del delito de sedición que encendió infinidad de luces rojas en la familia socialista. Hubo declaraciones de barones regionales que expresaban su desacuerdo y ponían el acento en que era inadmisible gobernar salvando la cara de socios que no respetaban la Constitución. La reforma no tenía más objeto que atender las exigencias de ERC, que, además del indulto a condenados por sedición por el Supremo, y que hoy viven en libertad, necesitaban que se redujera la condena impuesta a Oriol Junqueras, al que quieren presentar como candidato de ERC a la Generalitat... y probablemente consiga serlo.

Esa cesión a los independentistas veníaa acompañada de la que hacía Sánchez a Bildu, que exigía las competencias de Tráfico en Navarra, lo que significaba la retirada de la Guardia Civil que tiene esa función. Es relevante, pero menos grave que eliminar el delito de sedición. Entre otras razones, porque una cosa es ceder las competencias y otra ver si se lleva finalmente a cabo. No se puede acometer de un día para otro; de hecho, hace años que se planteó esa posibilidad, y la negoció Aznar con el PNV.

Más allá de las polémicas provocadas por las exigencias de los socios, y que Sánchez se ha apresurado a aceptar como ha hecho siempre porque está atado de pies y manos –es el Gobierno con menor número de escaños que ha habido España–, para el presidente el mayor triunfo es, además de sacar adelante las cuentas, visualizar que los pactos parlamentarios con sus socios de investidura son indestructibles y que el partido se mantiene unido en los momentos de mayor dificultad, cuando se encona el debate social y surgen voces discrepantes en algunas regiones.

El objetivo del Ejecutivo ahora será poner el acento en su preocupación por los problemas sociales, con las políticas de subvenciones y ayudas a los más desfavorecidos que estaban incluidas en diversas partidas presupuestarias.

Sin embargo...

En todo escenario aparentemente idílico suele haber capítulos incómodos, y el que hoy vive Sánchez no es una excepción. Apenas ha disfrutado de sosiego el fin de semana. Las secuelas de la ley del sólo sí es sí pueden agravarse. El intento de utilizar la Fiscalía para impedir que algunos violadores condenados puedan rebajar sus penas ha sido inútil, porque la respuesta de los jueces ha sido que deben cumplir la ley, y que por mucho que los fiscales propongan que no se usen los resquicios de una ley mal planteada porque no se tuvieron en cuenta los informes previos, están obligados a aplicar a los condenados su derecho a que se les aplique la ley que más les favorece, en este caso la ley Montero frente a la que estaba vigente cuando cometieron su delito.

En el plano político, tendrá que estar Sánchez muy alerta a lo que ocurre con el PNV. El espaldarazo que ha dado a Bildu prometiendo las competencias de Tráfico en Navarra inquieta a los jeltzales, que ven cómo Bildu recorta distancias gracias al trato que recibe del Gobierno. En cuanto al plano económico, Sánchez lidia con problemas que no solucionan los PGE, entre ellos la inflación. Presumió de haber logrado en Bruselas el tope ibérico para el precio del gas, pero esta semana se ha cuestionado por parte de los socios de la UE, encabezados por Alemania. Y si gana Scholz la batalla, se pondrá aún más difícil para los españoles cuadrar sus cuentas.

Las tan publicitadas ayudas son difíciles de conseguir, los trámites burocráticos son imposibles y un alto porcentaje de solicitudes no llegan a culminar el proceso. En muchos casos porque quienes las piden no cumplen con los requisitos, pero las más de las veces porque no pueden luchar contra una burocracia que en España se ha convertido en un mal creciente, al que este Gobierno no pone remedio.

La defensa de Sánchez ante cualquier crítica a sus políticas es siempre el ataque. La huelga de la sanidad en Madrid ha formado parte del argumentario del Gobierno y sus terminales mediáticas para disparar contra el PP y acusar a Ayuso de primar a la privada y no saber gestionar. Pueden cambiar las tornas, porque se acaba de convocar una huelga de sanitarios en Extremadura protestando por lo mismo. Fernández Vara es socialista y médico. Esa huelga puede dar credibilidad a la líder madrileña cuando dice que el problema sanitario lo sufre toda España porque en parte se inicia con un problema que es responsabilidad del Gobierno central: no permite incrementar las plazas MIR, lo que impide ampliar las plantillas de médicos.Semana gloriosa para Sánchez y su Gobierno, que puede permitirse completar la legislatura si quiere hacerlo. Es lo que desea de momento, porque cree que el último semestre, en el que ocupará la presidencia rotatoria de la UE, le dará una proyección internacional que potenciará su figura, más opciones para remontar los sondeos actuales y repetir mandato.

Lo que le inquieta, y lo confiesan sus colaboradores, es que antes de la Presidencia europea se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales. Y ahí se puede visualizar que la unidad en el PSOE no es tan sólida como indicaba la votación del pasado jueves: hay candidatos que conocen el rechazo hacia Sánchez y marcarán distancias con el presidente de cara al 28 de mayo.

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