España

Puigdemont no marcará la casilla

  • El Gobierno debe decidir hoy si aplica las medidas del 155 o si contesta con otra petición de aclaración.

  • No habrá ni sí ni no, sino una respuesta que aluda al diálogo y recuerde las consecuencias del referéndum.

  • El posible encarcelamiento de Trapero y de los líderes de ANC y Ómnium puede llevar a la reacción callejera.

Declaraciones de Puigdemont en el homenaje a Companys.

Hoy será un nuevo día D y las 10 de la mañana, una nueva hora H, otra más de este largo proceso. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no marcará la casilla del sí o el no para responder al Gobierno central sobre si en el Parlamento de Cataluña declaró el pasado 10 de octubre la independencia.

Según se explica desde el Govern, Puigdemont contestará con una respuesta política, en la que se dé cuenta de la celebración de la consulta del 1 de octubre, de su resultado positivo y de que ello conlleva la proclamación de la república. Suspendida, de momento. No, el Gobierno de Mariano Rajoy no se va a encontrar con una carta propicia para la actuación inmediata. Ni en un sentido ni en otro, de tal modo que el Consejo de Ministros deberá decidir si pone en marcha las actuaciones del artículo 155 de la Constitución, para lo cual debería convocar al Senado, o si responde con otra petición de aclaración. Y puede ser, el tiempo le está viniendo muy mal al bloque independentista.

Fuentes del PDeCAT dicen que se ha abierto una vía de diálogo de Madrid con Puigdemont

La pelota volverá al tejado de La Moncloa. Por ir aclarando: tampoco es necesario que se proclame la república para aplicar el artículo 155. La excepcionalidad de este precepto permite al Estado actuar contra una comunidad en caso de que actúe en contra del interés general y de la Constitución. Por tanto, Rajoy no se enfrenta a una decisión jurídica, como a veces da a entender, sino a una política. Hay razones de sobra para intervenir la Generalitat y el Gobierno cuenta ahora con el firme respaldo del PSOE, puede que para un "155 blando", pero un apoyo sin fisuras. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, explicó el pasado fin de semana que apoyaría, si no quedase más remedio, la intervención de los Mossos y que lo mejor sería convocar elecciones. Incluso está abierto a la posibilidad de que sea el Gobierno central quien las convoque si el Parlamento queda disuelto o Puigdemont depuesto de sus funciones.

Pero Rajoy ha demostrado ser un tipo en exceso cauteloso, así que hoy le bastará con recibir una respuesta ante de las 10 de la mañana. Cuenta hasta el jueves para adoptar la decisión de desarrollar el 155, ya que la Generalitat tiene hasta ese día para cumplir la orden del Ejecutivo en el caso que se le diese. El artículo no es automático, aún se le pueden pedir explicaciones a la Generalitat y seguir con el juego de las bolas y las patatas calientes.

El bloque soberanista está dividido, la CUP querría que el Parlament convocase un Pleno esta semana y que levantase la suspensión de la declaración de la república, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) también e, incluso, una parte del PDeCAT preferiría hacer frente al 155 con la proclamación hecha. ERC no es tan clara, pero también desea hacer frente al Gobierno desde una posición de fuerza.

En el otro lado, está Artur Mas, el resto del PDeCAT y el empresariado catalán que ha venido apoyando el procés. La Conselleria de Economía, la que dirige el vicepresidente Oriol Junqueras, se ha visto obligada a enviar una carta a las delegaciones de la Generalitat en el extranjero en la que intenta negar el grave deterioro de la economía catalana. El argumento de fuerza que utiliza es hilarante en estos momentos; dice el Departamento que "una declaración no conlleva la independencia de modo inmediato". Sostiene que la huida de empresas carece de efectos, como si sólo fuese estética; que recaudarán más dinero con los mismos impuestos; que bajará el precio de la energía, y que habrá un mercado bursátil alternativo. Éste es el factor con el que no contaban los independentistas, que las empresas y los bancos votasen con los pies. Esto es lo que tiene atenazado a Puigdemont.

El presidente de la Generalitat asistió ayer a la tradicional ofrenda floral en la tumba de Lluís Companys, pero de su discurso no se puede extraer ninguna conclusión, sólo que actuará para garantizar "la paz y la democracia". El sigiloso Junqueras no suelta prenda, solicita el apoyo al presidente sea cual sea su respuesta, pero en su partido hay un gran malestar con la suspensión sine die de la república.

Hay un factor que hoy podría alterar esta cansina dinámica. El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, vuelve a la Audiencia Nacional a declarar por un posible delito de sedición, y la Fiscalía está barajando la petición de cárcel preventiva. Lo que ha ocurrido desde la declaración anterior es que la Guardia Civil ha hecho llegar a la juez Carmen Lamela un nuevo informe sobre la participación de los Mossos en la organización del referéndum ilegal. En uno de los documentos encontrados en el domicilio del secretario general de Economía, Josep Maria Jové, se explica que la organización del proceso cuenta con una dirección política y otra ejecutiva, donde se encontraría el mayor Trapero.

Carles Puigdemont gesticula mientras charlaba ayer con el portavoz del grupo parlamentario de JxSí en el homenaje a Companys. Carles Puigdemont gesticula mientras charlaba ayer con el portavoz del grupo parlamentario de JxSí en el homenaje a Companys.

Carles Puigdemont gesticula mientras charlaba ayer con el portavoz del grupo parlamentario de JxSí en el homenaje a Companys. / MARTA PéREZ / efe

Los otros dos declarantes, los presidentes de la ANC y de Ómnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, son miembros fundamentales de esta organización para la movilización en la calle. Y lo que se instruye es la respuesta que hubo desde el bloque independentista a las detenciones del 20 de septiembre y al registro de la sede de Economía, cuando los Mossos no actuaron ante el bloqueo del edificio por parte de activistas llamados por la ANC. Para que haya sedición, se debe llamar al tumulto para impedir la actuación de la justicia.

El encarcelamiento de estos tres líderes del proceso, aunque sea preventivo o temporal hasta el pago de fianza, podría desencadenar una reacción en la calle, a la que parecen dispuestos los miembros más radicales de la CUP. Si es así, el Gobierno tendría que actuar, aunque la decisión hubiera correspondido a una juez.

La solución al bloqueo en el que se encuentra Puigdemont puede llegar de mano de unas elecciones autonómicas, convocadas por él mismo o por el Gobierno central. Hay fuentes del PDeCAT que vienen sosteniendo que se ha abierto una veta de diálogo entre Madrid y Puigdemont, una salida un tanto airosa o un desencuentro pactado que diese lugar a nuevos comicios en Cataluña.

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