40º Congreso PSOE

González, Zapatero y Sánchez ponen fin a una guerra de 10 años

  • "Soy libre para expresar lo que digo, ésa es mi lealtad", le dice Felipe González al actual presidente del Gobierno

  • Los líderes que ha tenido el PSOE desgranan las contribuciones de su partido a España y avanzan la victoria en el "próximo ciclo electoral"

Zapetero se abraza a Pedro Sánchez, junto a Felipe González.

Zapetero se abraza a Pedro Sánchez, junto a Felipe González. / Robert Solsona/EP

El PSOE ha transitado por una década de agrias luchas internas. Desde el congreso federal de Sevilla en 2012, cuando se enfrentaron Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, el partido se ha caracterizado por una anomalía: desde el momento de su elección, buena parte de la formación no aceptó la dirección del secretario general y se empeñó en el relevo. Le ocurrió a Rubalcaba y le pasó a Pedro Sánchez, a quien se le impidió, mediante un acuerdo del comité federal, que pactase con los independentistas y con Podemos para formar Gobierno, en lo que en realidad era una línea roja para que él nunca fuese presidente. Una andaluza, Susana Díaz, estuvo en todos esos movimientos de oposición a Ferraz. El partido andaluz, en contra de su propia tradición, fue el contrincante de Ferraz. Y, así de batalla en batalla, hasta llegar a este congreso de Valencia, donde Pedro Sánchez se ha abrazado con Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. 

"Este es el congreso de la unidad y de la socialdemocracia europea", ha dicho Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno durante ocho años y 11 como secretario general. Ni Zapatero ha tenido buena sintonía con Felipe González, presidente durante 14 años, ni González con Pedro Sánchez. Este reencuentro que, en realidad, no es una reconciliación, porque nunca estuvieron en sintonía, es el símbolo del congreso de Valencia. "De aquí vamos a salir a ganar el próximo ciclo electoral", gritó Zapatero desde el estrado, y el plenario estalló. Y no es sólo un cónclave de unidad, poco se parece a los tradicionales congresos, es una fiesta donde hay conciertos, paellas gigantes y hasta fuegos artificiales, lo nunca visto en unas convenciones de las que se contaba que se sabía cómo entrabas, pero nunca cómo salías. Esta vez salen todos contentos. O casi todos.

Los tres ex secretario generales vivos que ha tenido el partido, González, Zapatero y Joaquín Almunia, han participado este sábado en la apertura del encuentro. La primera cita electoral que afrontará el PSOE son las elecciones andaluzas y, después, en 2023, las municipales. Un sevillano, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, será el nuevo secretario de Política Municipal de la Ejecutiva. Y eso, si quien ha recibido a los delegados, el valenciano Ximo Puig, no adelanta sus elecciones por su enfrentamiento con sus socios de Compromís. 

Felipe González se refirió a sus divergencias de este modo: "Me siento libre porque digo lo que pienso y soy responsable para pensar lo que digo; despejen dudas, lo que le digo al secretario general y al presidente es que estimule que se diga, libremente, lo que se piense, porque así se hace un partido". González ha tenido lo que quizás quiso desde los años en que Rodríguez Zapatero comenzó a gobernar, que un congreso le dejase hablar, a calzón quitado, como lo ha hecho en Valencia. "Sabes -le indicó a Sánchez- que no interfiero, estoy disponible, ni siquiera doy consejos, ésta es mi lealtad con un proyecto que encabecé hace 47 años y que ahora encabezas tú, Pedro Sánchez".

Zapatero y González mantuvieron posturas contrarias sobre las alianzas socialistas con Podemos. El primero las buscó desde la irrupción de la formación de Pablo Iglesias; el segundo, las repudiaba, pero ambos apoyaron a Susana Díaz en sus elecciones contra Sánchez. Esto ha terminado. González se ha ido acercando, poco a poco, al presidente Pedro Sánchez hasta llegar este momento levantino. No obstante, de un modo muy propio de González, el primer presidente socialista ha ido dejando críticas a todos: a Iglesias, a Maduro, a los sindicatos e, incluso, al impulso que Zapatero dio al feminismo dentro del partido, al recordad que Carmen Alborch, que fue ministra en su Gobierno, "lo hizo todo".

Felipe González recordó que este mes harán 47 años de su elección como secretario general en Suresnes, en las afueras de París. "El compromiso de Surenes fue llevar a España a la libertad democrática", indicó el ex presidente, que subrayó que el lema de las primeras elecciones que ganó fue "socialismo es libertad". "Yo soy uno de los últimos de los que llaman el régimen del 78", añadió González, que también hizo una alusión a otra cuestión que le separa de Zapatero, Venezuela. "Siempre he sido un moderado, salvo en una cosa, me repugnan los tiranos, de cualquier signo", indicó.

Tanto Rodríguez Zapatero como Felipe González recordaron los hitos de sus gobiernos. "Ahora -dijo González-, todo el mundo ha hecho el Inserso, y hay que ver las cosas que nos dijeron cuando creamos el Inserso, que éramos unos clientelistas". Zapatero recordó que ahora se cumplen 10 años desde que ETA anunciase que dejaba de asesinar. Y González se acordó de Ernest Luch, su primer ministro de Sanidad, para sostener que, sin el sistema nacional de salud que diseño el ministro catalán, asesinado por ETA, no se podría haber hecho frente a una pandemia como la del Covid.

En varios momentos de la apertura, el congreso ha recordado al otro secretario general que tuvo el PSOE desde el inicio de la Transición, pero que falleció de modo repentino: Alfredo Pérez Rubalcaba. La foto final del acto de conciliación fue la de los cuatro líderes -González, Almunia, Zapatero y Sánchez-, ante una foto del ex ministro del Interior.

 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios