La visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al Festival Internacional de Benicàssim (FIB) sigue dando que hablar varios días después. El jefe del Ejecutivo se desplazó el pasado viernes en avión oficial a Castellón para mantener un par de encuentros políticos y, ya por la noche, acudir al concierto de The Killers junto a su esposa, un viaje que ha levantado polvareda entre los grupos de la oposición.

Uno de los primeros en levantar la voz fue el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, al señalar como dispendio la visita del presidente del Gobierno: "Sánchez tendrá que explicar en el Congreso su visita oficial a Castellón con el avión presidencial para ver a The Killers. Desde los tiempos de Alfonso Guerra y el Mystere no se veía tal derroche en las arcas públicas", reprochó.

La Moncloa salió a defender el desplazamiento de Sánchez y tildó de "incomprensibles" las críticas. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, explicó que "el presidente tuvo agenda institucional todo el día, y por la noche fue al FIB, como si se hubiese sentado en un teatro, tuvo agenda cultural por la noche".

No le valieron los argumentos al presidente de Ciudadanos (C's), Albert Rivera. Si eso forma parte de su "agenda cultural", entonces "ir de tapas es agenda gastronómica", ironizó en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Ejecutiva de su partido. Rivera afirmó que Sánchez "le debe una explicación a los españoles y a los diputados", y por eso su grupo parlamentario registró en el Congreso una batería de preguntas en relación con ese viaje.