Congreso de los Diputados

El apoyo de Bildu inclina los Presupuestos hacia los socios de investidura

  • Cs quedará marginado en la negociación

  • El Gobierno confía en superar las siete enmiendas a la totalidad a sus "cuentas de país"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra portavoz y de Hacienda, María Jesús Montero, este miércoles en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra portavoz y de Hacienda, María Jesús Montero, este miércoles en el Congreso. / Eduardo Parra (EP)

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha urgido a la unidad para rechazar este jueves las siete enmiendas que piden la devolución de los Presupuestos de 2021, unas "cuentas de país" y no de partido que ayudarán a afrontar las consecuencias económicas de la pandemia.  

El voto favorable de Bildu a los presupuestos del Estado, anunciado este miércoles por Arnaldo Otegi, ha inclinado la balanza de los apoyos a las cuentas públicas del lado de los partidos que hicieron posible la investidura de Pedro Sánchez, mientras aleja a Ciudadanos.

El Pleno del Congreso debate este miércoles las enmiendas a la totalidad presentadas por el PP, VOX, JxCAT, CC, Foro Asturias, BNG y la CUP, que han criticado unas cuentas por diferentes motivos, bien porque faltan inversiones para sus territorios o porque suben impuestos a las clases medias y aumentarán la deuda y el desempleo.  

Además, el PP y VOX han acusado al Gobierno de llevar al Congreso unas cuentas para pagar las facturas de sus socios de investidura, los separatistas, y han lamentado que también vaya a contar con un partido que apoyó el terrorismo como EH Bildu, que, salvo sorpresa, votará favorablemente al Presupuesto.  

Montero, en su defensa del proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, ha criticado la "irresponsabilidad manifiesta" de estas enmiendas y ha pedido hacer "política útil" y no vetos cruzados que "solo nos lleva al inmovilismo y a la frustración".  

Previsiones "realistas" de Montero

La ministra, que ha anunciado que el próximo martes el Consejo de Ministros bajará el IVA de las mascarillas del 21 % al 4 % y también el precio máximo de venta de las mascarillas quirúrgicas, ha señalado que el aumento de ingresos previsto "es realista" y ha rechazado las críticas a unas previsiones macroeconómicas desfasadas.  

Ha repasado todas las medidas de ingresos y gastos y entre las fiscales -que incluyen desde la subida del IRPF para rentas altas a las menores exenciones en el impuesto de sociedades- ha citado el aumento del impuesto de hidrocarburos para el diésel, a pesar de que tanto PNV como Ciudadanos han pedido su retirada en el marco de las negociaciones presupuestarias.  

La ministra ha defendido unos presupuestos que aportarán una renta media indirecta de 5.321 euros a cada ciudadano y ha reiterado que es momento de que los partidos aporten su granito de arena para que haya recuperación lo antes posible, porque igual que los sanitarios, "no se rinden".  

"El desacuerdo es sano pero ojalá sea el origen del consenso que necesitamos ahora", ha indicado, al tiempo que ha cifrado en 216.000 millones de euros el impacto de todas las medidas económicas aprobadas hasta ahora para afrontar el Covid-19 y ha advertido de que sin ellas el PIB habría caído hasta el 25%.  

PP y Vox sólo ven ruina

Sin embargo los partidos enmendantes han pedido la devolución de estas cuentas porque son insuficientes y mientras el PP y VOX señalan que llevarán al país a la ruina, JxCAT y el BNG han argumentado que faltan inversiones en sus territorios.  

El líder del PP, Pablo Casado, ha dicho que son las cuentas del "despilfarro, del déficit y del desempleo" y ha exigido saber qué ha pactado el Gobierno con Bildu para lograr su apoyo.  

Casado ha defendido que la hoja de ruta de Sánchez es "pactar con aquellos que quieren destruir la nación", y ha lamentado que haya elegido los extremos en lugar del centro.  

Un argumento similar al que también ha hecho el dirigente parlamentario de VOX, Iván Espinosa de los Monteros, que ha acusado a Sánchez de que su alianza con EH Bildu "hiela la sangre a los socialistas" y le ha advertido de que, "teniendo víctimas de ETA, esa es una línea roja que no puede cruzar".   

Montero ha lamentado que el PP "busque la confrontación para derribar a un Gobierno" en un momento de pandemia y le ha reprochado hacer "antipolítica" y recurrir a las mentiras.  

Espinosa de los Monteros ha acusado al Gobierno de traer un Presupuesto de la "propaganda" que sirve para "pagar las facturas de sus socios" y ha advertido de que la subida de los impuestos la "pagarán las clases medias".  

La portavoz de JxCat en el Congreso, Laura Borràs, ha considerado que el proyecto presupuestario "resulta insuficiente para afrontar los retos sociales y económicos de la sociedad catalana", por lo que su partido sería "irresponsable" si no exigiera una mejora.  

Mientras, el portavoz del BNG, Néstor Rego, ha rechazado las cuentas porque "no recogen las necesidades de Galicia y de su gente", y ha criticado que el Gobierno plantee "el chantaje de que o esto o el caos", porque "otros presupuestos mejores para Galicia son posibles".

Cs reorienta su estrategia

Si hasta el martes Cs evitaba concretar líneas rojas en la negociación presupuestaria con el argumento de que no caería en las "trampas" de Podemos ni de los separatistas para sacarle de la ecuación, ahora, ante el empuje de los socios del Gobierno, reorienta su estrategia y endurece su posición.

Y lo hace con dos exigencias de su agenda catalana: exigir al Ejecutivo la retirada de la enmienda de la ley educativa para que el castellano deje de ser lengua vehicular -una modificación que se votará antes que los Presupuestos- y el compromiso escrito de que no habrá un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Según explican a Efe fuentes de Cs, estas dos medidas concretas se ponen en este momento sobre la mesa porque es cuando arranca la tramitación parlamentaria de las cuentas públicas con el debate de las enmiendas de totalidad y avisan además que las demandas irán aumentando durante la larga negociación que hay por delante.

No hay un cambio de rumbo, como aseguran desde algunos ámbitos, dicen, ni un volantazo en la estrategia provocado por críticas internas porque "éstas simplemente no existen"..

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