Cuéntame un cuento y verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños... Lo cantaban Celtas Cortos. Sí, la fantasía es una bendición, aunque a veces sirva de ejercicio impío sobre los electores al irse como humo las promesas.

El CIS confirma que llega la campaña más decisiva, con la ingente legión de indecisos dando vértigo a arúspices como Pablo Casado, que se puso prematuramente manos a la obra (cual opusino) repartiendo carteras ministeriales, y que es precisamente el candidato más trasquilado en ese sondeo señero hasta caer en manos de Tezanos. Un personaje que admite ahora sin empacho que el barómetro no se lo cree ni él. Acomplejado por esa ceguera coral que le impidió ver venir al lobo en Andalucía, ahora mete el miedo en el cuerpo a Caperucita (roja) alertando de que Vox puede sacar aún más escaños de los 29-37 que le concede esa pavorosa horquilla del CIS.

El sondeo señala que del 86,6% de españoles que está convencido de ir a votar el día 28, un 41,6% (el doble que en 2015) no tiene clara su bala. Es decir, sólo el 57,8% apuesta por un partido. Por ahora. Los trasvases entre Ciudadanos, PP y Vox (amén de otros más estrafalarios) son caudalosos...

Lo que alfombra una campaña singular, con conejos como motos saliendo de las respectivas chisteras. Pablo Casado se llevó ayer la palma con su tiro al pie al sugerir que bajaría el salario mínimo. Ante la consiguiente polvareda, se desmintió. Todo un desatino, pero con el campeón del digo y Diego no hay quien pueda y Sánchez prometió elevarlo ¡a 1.260 pavos!

Otra estampa de nota es la de Iglesias en su cruzada contra los medios al encararse con Antonio Ferreras en La Sexta, justo la única cadena que lo mima pese a que también da cancha a las fábulas de Eduardo Inda.

Otros fabulosos cuentos (de terror) son los de Arnaldo Otegi, cómplice de los viernes sociales con su serpiente de paz y su pasamontañas conceptual; y los de Oriol Junqueras (su declaración de amor a España no tiene precio), que propulsa a ERC al sacrificar su libertad entre peinetas mirando a Waterloo.

También es de fábula que algunos vendan que el 28-A se dirime quién es más español.

Hasta entonces, lluvia de cuentos. Y de cuentas. Todo fabuloso, panorama incluido.

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