España

Cascos defiende la gestión de Aznar frente a un Rajoy que no sabe qué hacer

  • El presidente asturiano dice que los españoles no tienen la certeza de qué hará el líder del PP si llega a La Moncloa.

El presidente de Asturias, Francisco Álvarez Cascos, se ha mostrado convencido de que los españoles no saben qué va a hacer un Gobierno liderado por Mariano Rajoy, si gana las elecciones, lo que no pasaba en 1996 cuando,"con todas las limitaciones", los españoles sí sabían qué haría José María Aznar.

En un desayuno informativo, organizado por Fundación Nexo, Álvarez Cascos ha insistido en que el PP y el equipo que acompaña a Mariano Rajoy "no sabe o no quiere decir" qué va a hacer tras las elecciones ya que evita "cualquier compromiso", lo que no pasó en 1996, cuando Aznar se presentó a los comicios.

Cascos ha salido en defensa de la gestión de Aznar, tras ganar las elecciones en 1996, cuando "con todas las limitaciones, los españoles sabían qué iba a hacer" y, de hecho, "lo hizo", pero ahora los españoles no tienen la certeza de qué hará Rajoy" o si "se atreverá" a llevar adelante "lo que España necesita".

El presidente y líder de Foro también ha señalado que hoy "España está en la peor de las situaciones posibles de cara a dar confianza a los mercados" y ha criticado "la insolvencia y la irresponsabilidad de algunos políticos que no se han atrevido a hacer lo que debían, y han preferido que lo haga Europa".

El exdirigente del PP ha insistido en recordar en que en 1996, año en que ganó Aznar, "con una minoría muy minoritaria", se aprobó, en el mes de agosto, un decreto ley que suponía recortes por valor de 600.000 millones de pesetas, y "que dejó al Gobierno sin capacidad de maniobra durante un año".

A pesar de ese escenario de "incertidumbre", Aznar consiguió a los dos años entrar en el euro y "nadie -desde Bruselas- tuvo que llamar al señor Aznar por teléfono y decirle qué tenía que hacer".

Cascos ha relatado cómo "se hizo lo que se debía, con el coste a corto plazo que suponía", pero con unos efectos a medio plazo que situaba a España en un escenario positivo logrado con méritos propios, "y no nos obligó nadie", ha precisado.

En su crítica al PP nacional, el presidente asturiano ha incidido en que el partido no le respaldó cuando mostró su disponibilidad como candidato a presidente del Principado y ha subrayado que "no hay precedentes en la historia del PP, ni de AP, de la cadena de ataques personales y documentados con membrete del partido".

Cascos ha insistido en que dejó ese partido porque "no encontró amparo ante agresiones flagrantes con membrete".

En el caso del Partido Popular en Asturias, Cascos también ha ahondado en el proceso de "degradación" que ha tenido sumido a esta formación en los últimos años y ha asegurado que el PP asturiano ha dejado de ser una organización, ya que "carece de órganos y de estructuras".

En su opinión, sólo hay un "grupo de personas instaladas en unos cargos cuya única aspiración consiste en renovarse cada cuatro años porque es su medio de vida".

En este marco, en Asturias, PP y PSOE mantienen una entente cordial en el que se reparten las instituciones lo que supone una "degradación de la vida política" en el Principado.

Sobre la campaña electoral, que hoy finaliza, Cascos ha insistido en que se trata de una campaña sin compromisos donde uno de los candidatos, en referencia a Alfredo Pérez Rubalcaba, ha resultado "inservible y no tiene credibilidad" y el otro, Mariano Rajoy, "está intentando eliminar a los demás con la técnica del voto útil".

Cascos también ha hecho una crítica al bipartidismo si bien ha salvado este modelo en el caso de que sea un reflejo de la voluntad de los ciudadanos pero no si se enmarca en la estrategia "artificial y perversa" de imponerlo.

Cascos también ha valorado a Foro como partido territorial e integrador frente al discurso nacionalista que ha "deteriorado y desfigurado el Estado de las autonomías".

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