Shingo Sato | Diseñador y patronista

“Espero introducir mi técnica también en el traje de flamenca”

El diseñador de origen japonés Shingo Sato, durante el taller impartido en Sevilla hace unos días.

El diseñador de origen japonés Shingo Sato, durante el taller impartido en Sevilla hace unos días. / Antonio PIzarro

Diseñador de origen japonés e inventor de una metodología totalmente práctica que se denomina reconstrucción transformacional y que se basa en la recreación de figuras geométricas, drapeados, volúmenes 3D y en la técnica del origami, suprimiendo las líneas de costura para ensamblar las piezas y reemplazarlas por cortes asimétricos. Se formó en la Escuela Bunka Fashion College de Japón y y ha hecho desfilar su técnica por escuelas como Parsons the New School for Design, Central Saint Martins, Marangoni, Bunka Fashion College y Paris College of Art. Por segunda vez ha vuelto a Andalucía para impartir un workshop en la escuela Sevilla de moda.

-Shingo Sato es alta costura, marca personalizada,  trabajo bajo pedido y sólo para mujeres. Teniendo en cuenta que sus obras parten de formas y volúmenes. ¿Se atrevería usted con un traje de flamenca?

-Me gusta sí, pero no conozco el patronaje para el traje de flamenca. Espero que en la próxima visita a Andalucía pueda ver el proceso para que podamos introducir mi técnica en este tipo de  trajes.

-Sería realmente innovador: moda flamenca inspirada... ¿en el origami?

-A veces me inspiro en el origami, mi método es un mix de técnicas que se aprenden en Oriente desde la infancia, como el origami y la lógica, pero no siempre.

-¿En qué más se inspira?

-Cuando voy por las calles me fijo en los edificios, en su estructura o en esas magníficas construcciones de Dubai... Todo eso me inspira.

-Sus diseños recrean figuras geomátricas y volúmenes 3D. Curioso.

-Sí, y por curiosidad llegué al mundo de la moda.

-Cuéntenos. ¿Como fue?

-Yo quería investigar sobre la moda y su creación.

-Pero empezó con el diseñador francés Azzedine Alaïa. ¿Qué aprendió de él?

-Sí, sólo he tenido al maestro Azzedine Alaïa. Y de él lo aprendí todo. Su base era la famosa diseñadora Madeleine Vionnet y Balenciaga.  Fue una época llena de retos para mio de la cual he salido muy enriquecido. Azzedine me enseñó el patronaje, la confeccción y el ojímetro.

-A ojo, sin medidas ni cálculos. ¿Se refiere a eso?

-Mi método es intuitivo, no requiere grandes procesos, explicaciones, logaritmos o complejas mediciones.

-¿Y cuándo empezó a desarrollar su técnica, el método de reconstrucción transformacional?

-Al salir de La Moison de Azzedine, desarrollé su técnica haciendo investigaciones, ya que tenía curiosidad por salir del patronaje establecido. De eso hace ya unos 30 años.

-Verlo trabajar recuerda a los modistos de siempre, que sabían diseñar, patronar y confeccionar en sus talleres. ¿Cómo enseña?

-Sobre todo enseño a pensar, a usar la lógica y a aprender de los errores. Muchas de mis técnicas se concibieron gracias a errores. Este método hace que todo lo complicado se transforme en sencillo. Técnicas que antes requerían procesos muy complejos, mediante mi método e pueden desarrollar en media hora y con el mismo resultado.

-Sus curvas y drapedos recuerdan a la moda francesa y la italiana.

-Me he inspirado más en la moda francesa.

-¿Qué tejidos utiliza para moldear?

-Trabajo como base con el lienzo moreno y posteriormente con diversidad de tejidos como voile, piel de ángel o denim.

-Habitualmente los diseñadores son más conocidos que los patronistas. ¿Reivindica usted esta figura?

-Sí, es verdad. Se debe reivindicar la figura del patronista ya que es el que proyecta y crea el diseño. Otra veces, también crea y desarrolla las técnicas para conseguir el resultado.

-Sostenibilidad e innovación. ¿Debe la moda también someterse a estos criterios?

-Claro, debemos fomentarlos. Algunos de mis diseños están en una línea sostenible desde el punto de vista que son diseños únicos que no se pueden reproducir de manera masiva para la industria del retail.

-¿Y cambiará la pandemia el mundo de la moda?

-La moda es una industria que no ha parado y no ha cambiado tampoco mucho en ese sentido. Pero en el en el mundo de la moda, hay gente con necesidades y esta situación de pandemia ha hecho que cambien nuestros valores y nuestra forma de vestir.

--Por qué y en qué momento decide dedicarse a la docencia?

-Para poder transmitir mis conocimientos a los jóvenes y conseguir que tengan otra alternativa en sus creaciones.

-Es la segunda vez en pocos años que imparte sus talleres en Sevilla. ¿Ha aprendido usted de los alumnos andaluces?

-Siempre aprendo de los alumnos, da igual el lugar donde estemos. Me gusta ver cómo hacen cada técnica y sus inspiraciones. También aprendo de sus errores, porque ello me inspira para mi trabajo.

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