Margarita Rincón | matemática en modelos de pesca

"El sector pesquero está muy concienciado respecto a las cuotas"

Margarita Rincón.

Margarita Rincón. / Lourdes de Vicente

LAS GILDAS QUE NOS COMEMOS. ¿Le gustan las anchoas? Pues los cálculos de Margarita Rincón (Bogotá, 1983) contribuyen a establecer las cuotas de pesca del boquerón en ámbito europeo. Doctora en Física y Matemáticas por la Universidad de Granada, Rincón trabaja en la sede gaditana del IEO-CSIC. Coordina MathsForFish, un programa para mejorar el asesoramiento y los modelos matemáticos en pesca y, dentro de unos dias, viajará a Islandia en el marco del proyecto FarFish para enseñar un poco de matemáticas y pesca sostenible a estudiantes de países de fuera de la UE donde pesca la flota europea.

–De Colombia a Granada no hay un salto pequeño.

–Desde luego. Llegué con 23 años con la ayuda de una beca de matemáticas aplicadas, orientada a la biomatemática, porque tenía esta certeza de poder hacer algo que fuera tangible.

–Nada de torre de cristal.

–Nada de torre de cristal. Yo, por ejemplo, jamás me imaginé acabar trabajando en el tema pesca pero es muy gratificante ver que lo que haces va más allá de la abstracción, que tiene una repercusión en la vida real y responde a unas necesidades.

–Explique qué es la biomatemática para alguien que no sabe nada.

–La idea general es que existen un montón de matemáticas y de física aplicada en los procesos biológicos. Por ejemplo, la línea que estudia el crecimiento en células tumorales está súper avanzada, al igual que otras enfermedades relacionadas con herencia genética. Precisamente, mi explicaba un nuevo método de clasificación de genes, según el momento en que se activan.

–Y ese campo es el que la trae a Cádiz, a aplicar esos grandes números a los boquerones.

–Con Javier Ruiz y unos modelos que trabajan muy bien con la incertidumbre. Las derivadas, ¿te suenan?

–A pesadilla.

–Es muy difícil tratar de arrojar cálculos sobre especies tan volátiles, así que trabajamos con un montón de variables. Lo hacemos a nivel europeo, con grupos que realizan estudios de distintas especies... Lo bueno es que trabajas en global, descubriendo enfoques y modelos diferentes. Para trabajar, nos basamos en campañas acústicas que el IEO realiza dos veces al año, unos acercamientos con ecosonda y muestras que te dan una aproximación de cuántos peces hay, además de lo que te van diciendo las capturas y otros datos. En inglés, todo esto se conoce como Fisheries science (ciencia pesquera), pero es una ciencia relativamente nueva, de mediados del siglo XX. Todavía es un campo que está lleno de espacios para el avance. La introducción de variables ambientales, por ejemplo, está en camino. Y es a partir de estas aproximaciones que el organismo regulador europeo recomienda las cuotas de pesca de la UE.

"En esta zona, un viento de Levante fuerte puede resultar letal para la población de boquerón"

–Y, en estos grandes cálculos, ¿hay lugar para la sorpresa?

–Pues lo cierto es que sí. El boquerón, por ejemplo, tiene un ciclo de vida muy corto, de dos o tres años, y la población varía mucho de temporada en temporada. De hecho, una de las cosas que apuntaba en mi tesis es que el viento de Levante les influye muchísimo.

–¿En serio?

–En esta zona, el lugar de cría del boquerón está en la desembocadura del Guadalquivir:si hay un viento de Levante fuerte, manda a las larvas a mar abierto y les hace muy difícil sobrevivir.

–El tema de las cuotas pesqueras ha sido uno de los más prontos registros de la tensión entre ecología y economía.

–Se intenta conseguir un equilibrio que resumimos en el llamado rendimiento máximo sostenible. Entre los cálculos que manejamos, que son muchos, todavía no incluimos la dinámica de mercado, y los pescadores tienen que autorganizarse para que no todo el mundo salga a pescar a la vez y los precios no se desplomen. La bioeconomía es un ejercicio inter y transdisciplinar entre ecólogos, biólogos, oceanógrafos, matemáticos...

–¿No hay polémica en las cuotas?

–Pues yo creo que el sector está cada vez más concienciado y en estos proyectos, además, tiene valor la acción conjunta: el involucrar directamente al sector con el que se está trabajando, en llegar a una simbiosis. Quizá al principio había cierta reticencia – “ya está aquí el científico, a ver qué nos dice”–, pero no hay nada como ver que las cosas funcionan. Y es que el camino para concienciar pasa realmente más por la formación y la experiencia que por la legislación.

–Es curioso lo que ha ocurrido con las matemáticas: de ser esa cosa gris que abocaba a la enseñanza a convertirse en llave del mundo.

–Algo que se puede ver simplemente en las notas de corte, que han subido muchísimo aunque, por otro lado, mis compañeros de carrera casi todos tienen trabajo.

–La también matemática y divulgadora Clara Grima insiste en el mensaje de que, como sigamos considerándolas algo elitista, vamos camino del ostracismo laboral.

–Completamente de acuerdo. De hecho, yo intento ir un par de veces al año a los colegios a divulgar porque creo que es importante, tanto que vean que las matemáticas son muy útiles, como el devolver un poco a la sociedad lo que te ha dado... Hay que tratar de familiarizar con las matemáticas desde los primeros años, intentar que sean algo interesante, ameno... Hay muchos casos de ‘fracaso’ con las matemáticas en los que lo que ha ocurrido es que hay un momento de desconexión durante el aprendizaje, hay algo que no entiendes y entonces ya quedas fuera, porque es imposible levantar con huecos la pirámide.

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