José Manuel de Ben | Finalista del programa 'Imparables' de Aquiarius

"Estar jubilado no significa quedarse en casa a ver la tele"

  • Jose Manuel de Ben, un sevillano de 69 años, es el ganador del tercer programa 'Imparables' de Aquarius, una beca de 5.000 euros para emprendedores mayores de 60.

  • Su proyecto, '3D Impact', apuesta por la gestión y recogida de residuos de impresoras 3D.

"Siempre he estado estudiando pues mi profesión no ha parado de cambiar en los últimos 40 años",  José Manuel de Ben

"Siempre he estado estudiando pues mi profesión no ha parado de cambiar en los últimos 40 años", José Manuel de Ben / M.G.

A sus 69 años, José Manuel de Ben (Sevilla, 1950) demuestra que el espíritu emprendedor no tiene edad. El sevillano ha ganado la tercera edición del programa Imparables de Aquarius, la primera beca de emprendimiento intergeneracional para mayores de 60 años.

José Manuel presenta su proyecto 3D Impact en el que apuesta por la economía circular y gira entorno a la gestión y recogida de residuos de impresoras 3D. Recibirá 5.500 euros de capital semilla para poner en marcha su proyecto. La originalidad y su foco de emprendimiento social han sido las claves para convertirse en finalista.

-¿Con qué formación afronta un proyecto medioambiental tan ambicioso?

-Soy Ingeniero de Telecomunicación, pero de eso hace ya mucho tiempo. Siempre he estado estudiando debido a que mi profesión no ha parado de cambiar en los últimos 40 años. Más recientemente he realizado diversos cursos sobre dirección de empresas y emprendimiento.

-¿Su trayectoria profesional le ha ayudado?

-Comencé trabajando en control de procesos industriales en SAINCO y enseguida pasé al mundo de la informática. He trabajado en varias empresas importantes como CAMPSA, ITT, Telefónica Sistemas y en los últimos años, como consultor en tecnologías de la información y comunicación para el Gobierno de Canarias, entre otros clientes.

-Cuéntenos sobre su propuesta, ¿de qué se trata?

-Consiste en la creación de una Red de Puntos Limpios para los residuos plásticos de la impresión 3D, operada por personas con dificultades, para su reutilización, reciclaje y puesta de nuevo en el mercado. Es un proyecto colaborativo, de economía circular, con un fuerte componente social y medioambiental.

-El medio ambiente se está convirtiendo en una preocupación a nivel público, pero también entre la ciudadanía... 

-Este proyecto surge justamente con el objetivo de mitigar los efectos sobre el medio ambiente de un nuevo residuo plástico procedente de la impresión 3D y la fabricación 4.0 en crecimiento exponencial que viene a agravar uno de los mayores problemas de nuestro tiempo que es la invasión del plástico en los mares y océanos. Y al mismo tiempo, aprovechar su recogida y procesado para dar trabajo a personas en riesgo de exclusión. En pocas palabras, nuestro objetivo es hacer sostenible la impresión 3D.

-¿Tenía claro que podía tener recorrido una iniciativa así?

-Surgió hace tres años, colaborando con el CADE del Polígono Sur de Sevilla, tratando de crear puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión. Inicialmente, estuvimos fabricando filamentos para la impresión 3D a partir de plástico reciclado, pero hace unos meses lo hemos reorientado a la recuperación, reutilización y reciclaje de sus residuos, ya que hoy por hoy no existen medios para su recogida y valorización. El contenedor amarillo es exclusivamente para envases; lo que no es envase va al contenedor general y ahí es prácticamente imposible su recuperación.

-No ha estado solo detrás de este proyecto...

-Este proyecto comenzó en una nave del CADE del Polígono Sur, pero parte del equipo ha trabajado en diferentes aceleradoras en Sevilla, como El Cubo de Andalucía Open Future y más recientemente el coworking de la Escuela de Organización Industrial. Ahora, la parte física del proyecto la vamos a realizar en colaboración con la Asociación ATUREM en su centro especial de empleo en sus instalaciones de Polígono la Chaparrilla.

-¿De dónde saca los residuos?

-Los residuos, cartuchos, soportes, restos de filamentos, piezas defectuosas... se producen allí donde hay una impresora 3D, sean empresas industriales, profesionales, centros de formación o aficionados. Nosotros colocamos nuestras cajas verdes de forma similar a lo que se hace con el papel en las oficinas y cuando estén llenas se las recogemos.

-¿Le cuestan dinero?

-No contemplamos pagar por el residuo, dado que el colectivo de los usuarios de la impresión 3D tiene bastante sensibilidad medioambiental y no quiere tirarlo al contenedor. Además, en bruto no tiene valor de mercado hasta que no lo procesamos.

Y las leyes no les obliga a deshacerse de ello de otra forma ya que todavía no se considera un residuo peligroso. Las nuevas directrices europeas apuntan a considerar todos los residuos plásticos como peligrosos, será entonces cuando obligarán a su recogida segura para el reciclado, como pasa con otros residuos.

-¿Por qué residuos de 3D y no otros?

-Es una buena pregunta. Para poder reutilizar y reciclar adecuadamente los plásticos es fundamental que no se mezclen diferentes tipos (polímeros), y en la impresión 3D sabemos cuales son los tipos de plástico que se usan (ABS, PLA, PET, etc); es fácil separarlos si no están contaminados con otras substancias. Pero esto es sólo el principio, pensamos que una vez demostrada la viabilidad del modelo podremos aplicarlo a todo tipo de plásticos en otros campos de consumo industriales.

-¿Qué es el capital semilla?

-Con ese término se designa la aportación de capital a un proyecto que está en sus comienzos y todavía no ha demostrado su viabilidad. Suele ser aportado por las 3Fs (family, friends and fools).

-No piensa como la mayoría de las personas de su edad, jubilarse y descansar, ¿por qué?

-Laboralmente ya estoy jubilado desde hace unos años, pero eso no significa quedarse en casa a ver la tele. A mi la jubilación me permite hacer lo que me gusta, pues ya no tengo que trabajar para traer el pan a casa. Esto de hacer algo por la sociedad y el medio ambiente, me gusta y creo que se lo debemos a los que vienen detrás que lo van a a tener más crudo que nosotros.

-¿Qué piensan su familia al ver al abuelo ser un emprendedor preocupado por el medio ambiente?

-Tengo dos nietas italo-españolas de 16 y 13 años y la verdad es que no se lo he preguntado. Creo que no les sorprende. Ellas sí tienen una fuerte conciencia medioambiental, más que nosotros posiblemente. Estoy seguro que les gustará.

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