Sergio Díez | CEO del Hub de Movilidad Conectada

“El coche privado en el centro de las ciudades no durará mucho más”

Sergio Díez, CEO del Hub de Movilidad Conectada

Sergio Díez, CEO del Hub de Movilidad Conectada

Con una carrera destacada en el sector de los transportes (Airbus, Renault), Sergio Díez fue uno de los  cofundadores hace tres años del Hub Movilidad Conectada, una organización que hace las veces de correa transmisora entre las empresas y las iniciaitivas innovadoras en materia de movilidad y que tiene su origen en Sevilla. Sobre el emprendimiento, Díez defiende la aportación de los perfiles senior a empresas incipientes y llama a “incorporar a nuestra mochila vital una gestión del riesgo más equilibrada”: “Parece que no podemos cometer el mínimo error y no podemos perder ni un mínimo de lo ganado, eso es un gran error”.

–Acabó 2019 y no vamos en coches voladores como en Blade Runner, pero ¿hay formas de moverse que sean realidad hoy y eran imposibles en los 80?

–El coche eléctrico es una tecnología con más de 100 años pero que todavía no se ha conseguido popularizar. Vivimos en un momento en el que, más que nunca, se unen fuerzas que empujan hacia la innovación. El acceso a la tecnología es más fácil, hay una conciencia ciudadana para cambiar las cosas a mejor, unos gobiernos poco a poco más concienciados que regulan en este sentido y unas empresas que integran en su misión y valores la creación de productos y servicios con impacto. En movilidad se está construyendo una visión compartida entre los ciudadanos, las administraciones y las empresas, que acelera el cambio hacia una movilidad más sostenible en las ciudades.

–De entre todos los proyectos que le llegan, dígame uno muy novedoso y, al mismo tiempo, factible a corto-medio plazo.

–Me parecen muy interesantes las plataformas digitales integradoras de servicios de movilidad que permite al ciudadano escoger la forma de moverse más sostenible para ir de un punto a otro, ya sea andando, en micromovilidad –patinete por ejemplo– transporte público, carsharing, carpooling, taxi o VTC, o con una combinación. Garantiza una movilidad eficaz al mismo tiempo que provee de información en tiempo real al administrador que permite ser mucho más eficaz en la gestión y planificación de las infraestructuras así como en el control regulatorio. Estas plataformas pueden llegar a ser una alternativa real y competitiva al coche privado en las ciudades.

–Si tuviera que apostar hoy, ¿cómo nos moveremos dentro de 40 años?

–Las ciudades están en plena transformación. Se buscan fórmulas que les permitan devolver el espacio público a los ciudadanos. A la vez buscan formas más eficaces y sostenibles de movilidad, menos invasivas y menos contaminantes. Los modos más sostenibles y activos estarán más incentivados que los demás por parte de las administraciones. ¡En 40 años puede dar tiempo incluso a que parte de esa movilidad sea aérea! En cuanto al transporte de mercancías en la ciudad, en la llamada distribución de última milla, tendrán que buscar sinergías con el transporte actual de personas o en horario nocturno, para que no represente una nueva carga de movilidad a gestionar.

–¿Dejarán de verse los coches en las ciudades?

–No, pero probablemente serán diferentes, con capacidad de que sean compartidos de forma sencilla y de pago por uso. El uso del coche privado, tal y como lo conocemos en la actualidad en el centro de las ciudades, no durará mucho más.

–Nos hemos acostumbrado a ver los patinetes en las grandes ciudades, pero tienen muchas críticas. ¿Por qué los ayuntamientos tienen problemas para regular esta alternativa?

–Hay un gran desconocimiento frente a un modo nuevo de movilidad. Estamos acostumbrados a las bicis y a las motos, pero no sabemos muy bien qué hacer con los patinetes. ¿Han de ir por el carril bici o por la calzada? ¿Son seguros? ¿Los prohibimos en las aceras? ¿Qué limitaciones tienen que tener? Son un elemento invasivo que estorba a veces en las aceras, ¿les obligamos a tener parkings específicos? Hay que hacer una regulación que responda a muchos actores, ciudadanos, otros medios de movilidad, peatones, rentabilidad de operadores, etc. Este desconocimiento y el miedo a entrar en el caos lleva a muchos ayuntamientos no tomar decisiones. Esto lleva, por la presión de los inversores de los operadores de patinetes, a desplegar aun cuando no hay un marco regulatorio en una ciudad, provocando un caos.

–Trabajan con startups y empresas de la economía colaborativa. ¿Cómo se compaginan estas nuevas fórmulas empresariales con la defensa de los derechos de los trabajadores?

–Son totalmente compatibles, es cuestión de hacer las cosas de otra forma. Precisamente tenemos en Sevilla una startup, Mox, que es una empresa que hace entregas de última milla en 30 minutos en más de 47 ciudades con más 1.000 riders, todos ellos con contratos fijos, ninguno es autónomo.

–¿Cómo puede una de estas empresas participar en la solución a la crisis del coronavirus?

–Muchas de las empresas de movilidad compartida han suspendido operaciones y han cedido sus vehículos a los sanitarios para que puedan realizar un desplazamiento individual y de este modo evitar contagios. También hay startups que desarrollan algoritmos que te recomiendan utilizar unos medios u otros en función de si están más llenos, si se van a poder garantizar las distancias mínimas en función del número de pasajeros que lleven. También hay otros trabajando en temas de posicionamiento de personas y qué tipo de movilidad están realizando, si están utilizando medios individuales o colectivos, para tener trazabilidad y controlar focos, cómo se ha hecho en Corea del Sur.

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