Marta Quintero, cantante

“La música se está convirtiendo en algo que no me gusta nada”

La cantante Marta Quintero.

La cantante Marta Quintero. / José Ángel García

Marta Quintero (Sevilla, 1982) es una mujer de hoy que le gusta la música de siempre, pero que se atreve a ponerse a prueba cuando un escenario se lo pide. Marta tiene sueños que priorizan seguir siendo lo que es y de seguir estando con quienes está. Dice tener miedos, pero sobre las tablas saca una fortaleza que le sale del corazón. Perfeccionista, se ha descubierto a sí misma con un nuevo estilo. Un ejercicio de valentía que la aleja de la música en la que se la encasillaba y que la aventura en un nuevo mundo sin perder su “deje flamenco”, pero al que infunde, como para todo, emoción, responsabilidad y mucha alma de artista.

–Nuevo trabajo, nuevo estilo...

–Cuando voy a hacer algo nuevo, casi que me da igual el estilo. Me gusta seguir con mis raíces, con mi sello flamenco, pero también me gusta el pop y hacer cosas nuevas. Es cierto que llevo muchos años investigando, pero lo cierto es que siempre hago lo que me sale.

–Y ahora lo que le sale es el pop, ¿no?

–En este último disco, en realidad, la experiencia ha sido maravillosa y rodeada de grandes como Ismael Moya, que es un pedazo de autor. Estoy muy feliz.

–¿El cambio es solo porque le apetecía o porque el mercado marca pautas?

–A nivel discográfico siempre es mejor cuando hay cambios, pero realmente es porque me apetecía.

–Sin embargo, los seguidores no siempre son fans de los cambios cuando les gusta un artista por un estilo concreto... ¿Qué recibimiento está teniendo esta nueva apuesta suya?

–Es un cambio más a nivel musical porque mi forma de cantar, mi sello y mi deje flamenco no varían. Estoy muy contenta con el resultado, pero ahora también he hecho Mi principio y fin con el que vuelvo a mis raíces. Son unas bulerías maravillosas que canté y se grabaron en 2015, pero con los que ahora celebro mis 25 años de carrera junto a diez artistas maravillosos como Diana Navarro, Paco Candela, José El Francés o Juanlu Montoya, entre otros.

–¿Qué música suele sonar en su casa?

–Muy distinta. Creo que con cada estilo musical una se enriquece. Me gusta escuchar de todo. Lo mismo pop, que salsa, adoro a Marc Anthony, la música latina... Bueno, salvo las letritas estas de ahora, que me ponen un poco nerviosa porque tengo una niña de 13 años y eso no me gusta tanto (risas), pero realmente el sonido latino me encanta. Escucho también sevillanas, flamenco, es muy variado...

–¿Tiene unas referencias muy marcadas?

–Siempre han sido copleras (Rocío Jurado, Isabel Pantoja, etc.), pero es cierto que conforme voy siendo mayor voy disfrutando de estilos musicales completamente distintos. Muero con Niña Pastori, Manuel Carrasco, Pablo Alborán, Vanesa Martín, en fin, es muy variado.

–Exactamente, qué piensa de la música actual, de la nueva ola.

–A veces me da muchísima tristeza. Se está convirtiendo en algo que no me gusta nada. Ver cómo la juventud escucha temas latinos que no tienen letras, o que prácticamente son obscenas, horrorosas... Me da angustia que no sepan valorar lo que es la música y lo que son las letras maravillosas, o hablar de algo normal y no de las barbaridades que se están hablando ahora. Es verdad que la música tiene melodía, pero cuando le meten letras es un descontrol total.

–La música latina siempre se ha caracterizado por grandes letristas...

–Efectivamente, pero se está perdiendo la magia de contar una historia preciosa y que la gente en tres minutos entienda una historia de amor o algo de la vida.

–Entonces, ¿qué sobra y qué falta ahora?

–Pues yo lo siento, pero para mí sobra todo lo que sea obsceno. No entiendo cómo hay tanto feminismo hoy en día, que está en los extremos, y que en la actualidad la música que suena deje totalmente tirada por tierra a la mujer.

"Se está perdiendo la magia de contar una historia y que la gente en tres minutos entienda algo de la vida”

–¿Con qué sueña Marta Quintero?

–Con seguir teniendo la vida que tiene. Estoy en un momento maravilloso, en mayo me entregaron la Medalla de Oro de la provincia y para mí es un sueño cumplido. A nivel personal soy feliz con mi familia y amigos, así que lo que le pido es que me quede como estoy.

–¿Se siente profeta en su tierra?

–Muchísimo. Tengo esa suerte. Desde muy chiquitita me siento afortunada porque donde voy me quieren mucho y eso es un regalo.

–¿Sentir o cantar?

–Siempre sentir.

–¿Concibe cantar sin sentir?

–No.

–Es muy tajante, ¿no?

–La verdad se que sí. Soy o blanco o negro. No hay grises. Soy flexible para muchísimas cosas, pero hay veces que hay que ser tajante.

–¿Improvisar o controlar?

–Me gusta muchísimo más controlar. Que las cosas estén bien controladas. Me pone muy nerviosa no tener el control, sobre todo en mi trabajo. Soy perfeccionista con lo cual eso implica una responsabilidad. Pero a la hora de divertirse, me gusta muchísimo improvisar. Soy atrevida.

–¿Qué espera de esta nueva andadura?

–Que la gente lo disfrute, seguir teniendo a mis fans conmigo y hacer lo que más me gusta, cantar en un escenario. Esa conexión es maravillosa y más ahora que ha vuelto la normalidad tras la pandemia.

–¿Cuáles son sus fortalezas y sus debilidades?

–Parezco muy segura, pero tengo muchas debilidades. Aunque mi fortaleza es la positividad, es lo que me hace seguir luchando. Cada cosa que hago la disfruto muchísimo, pongo el alma y el corazón. Y la debilidad es la inseguridad. Hay veces que no disfruto de las cosas porque no encuentro esa seguridad en mí misma, sobre todo en el escenario. Me pongo muy nerviosa. No es que no crea en mí, pero tengo miedo de que no salgan las cosas como espero.

–¿Cómo ve el futuro de la música?

–Pues si te soy sincera, un poquito negro. Espero que cambie algo. No quiero negar la música latina, porque me encanta, pero esas letras... uff.

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