Masaaki Hasegawa | Artista, conferenciante, ex luchador y ex corredor de Bolsa

"La imaginación se ve mal en la escuela y la empresa"

"La imaginación se ve mal en la escuela y la empresa"

"La imaginación se ve mal en la escuela y la empresa"

Masaaki Hasegawa, nacido en Tokio y domiciliado en Madrid, ex luchador profesional y ex corredor de Bolsa, es un reconocido artista conceptual que ha participado en cuarenta exposiciones por todo el mundo y que, además, ha sido situado por la firma Thinking Heads como uno de los conferenciantes top de España. En esas conferencias difunde su método Souzou para desarrollar ideas que ahora ha transformado en un libro publicado por la editorial sevillana Advook y que se está convirtiendo en un pequeño fenómeno en el mundo de la empresa.

-Trae un nuevo método de autoayuda en un mundo lleno de métodos de autoayuda. ¿Qué tiene de nuevo el Souzou?

-En japonés imaginación y creación son dos palabras distintas pero tienen la misma pronunciación. Consiste en cómo acelerar tu imaginación y hacerlo con una lógica que permita alcanzar objetivos.

"Cuando llegué a España me llamó la atención que la gente se saludara con dos besos, se abrazara..."

-¿Una nueva versión de si quieres, puedes?

-Se puede si se hace correctamente. Primero hay que imaginar y después hay que actuar. Si no estás entrenado para imaginar, ni siquiera te trazarás un objetivo. Cualquier idea viene siempre de tu imaginación. En la escuela, por ejemplo, no se trabaja cómo imaginar cosas, incluso la imaginación no está del todo bien vista. Tampoco las empresas suelen premiar la imaginación. Y, por supuesto, en todo ese proceso, también reparar en tus límites.

-¿Y todo eso cómo se hace?

-Para expandir nuestra imaginación necesitamos pensar cosas muy diferentes pese al esfuerzo que supone, porque los humanos somos animales de costumbres y actuamos de acuerdo a lo que estamos acostumbrados. Tendemos a la normalidad, pero la normalidad sólo es un concepto. De hecho, si has viajado mucho, expandes lo que es tu concepto de normalidad.

-Usted se pone como ejemplo del éxito de su método. No tenía cualidades y se convirtió en luchador profesional, no era un brillante estudiante de economía y se convirtió en un corredor de Bolsa con buenos ingresos.

-Sí, pero mis historias, mi vida, no son historias de éxitos. Más bien es una historia de fracasos. Lo que quiero compartir es que he vencido esos fracasos. De niño era muy tímido, con mucho miedo a hablar con los demás. En la escuela te enseñan muchas cosas, pero no a cómo sacar la versión de ti mismo y nadie cuando nace conoce sus talentos. Quizá por eso yo tuve esas ideas locas de ser luchador profesional y trabajar en la Bolsa. Se trata de probar, aprender y, por supuesto, fracasar.

-Se hizo conferenciante en España sin apenas saber español.

-¿Lo ve? Ahí estaba el reto. ¿Cómo un japonés que apenas habla castellano se pone a hablar a españoles? Y aunque se pudieron dar situaciones incómodas al principio, que la gente no te entienda, he logrado no sólo que la gente me entienda sino que venga a mis conferencias porque, al fin y al cabo, yo demuestro lo que hago.

-¿Por qué acabó en España?

-Japón es un país radicalmente distinto a España, la gente nos ve un poco robots, aunque no es exactamente así, pero sí, nos parecemos muy poco. Cuando empecé a vivir aquí me llamaba la atención que la gente se abrazara, se diera dos besos... Y no sabía muy bien qué quería hacer aquí. Quería hacer cosas, cocinar, por ejemplo. Lo que me atraía de España es que aquí todo se hace con mucha pasión y para lo creativo es un gran país. Por lo que mi objetivo fue habituarme a España y a los españoles.

-También es el país del qué dirán.

-He visitado muchos países y eso, de un modo u otro, sucede en todos. Si estás tan ocupado en lo que quieres hacer, no te da tiempo que dedicar a lo que piensan de ti. Yo hago arte y habrá gente muy crítica con lo que hago, pero no por eso me quedo en casa haciendo nada. Lo que digan no es algo que sea beneficioso para mi vida, nadie tiene la responsabilidad de mi vida, ésa sólo la tengo yo.

-En España también hay desigualdades y falta de oportunidades. No todo el mundo, por su situación, se puede plantear grandes metas, bastante tiene con tirar el día a día.

-Por supuesto, el mundo no es justo ni todos somos iguales. Lo importante es enfocarte en tus posibilidades, buscar oportunidades pequeñas para que luego éstas vayan siendo más grandes. Mucha gente lo deja antes de conseguir algo, incluso lo más pequeño. Lo importante es no renunciar. Quizá dedicarle diez minutos al día a un objetivo te hace que no lo abandones. La cosa es si lo hacemos o no. No hablo de invertir un millón de euros en un sueño. Simplemente, si vas caminando y ves una tienda piensa qué harías para mejorar esa tienda o ese restaurante. Ve ejercitándote.

-¿Y cuál es ahora su objetivo?

-Quiero tener una exposición en el cielo. Conectar a la gente más allá de las fronteras. Una idea del arte con vocación universal. Estamos rodeados de barreras, líneas... pero en el cielo no hay bordes.

-Ambicioso es, sí.

-Y seguro que se podrá conseguir. ¿Sabe lo que le ocurre a la gente que tiene sinestesia?

-Vagamente.

-No sólo escuchan música. ¡La pueden ver! ¿No le parece increíble? Van Gogh podía. Es el poder de la imaginación.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios