David Jiménez-Blanco | Presidente de Bolsa de Madrid

“Invertir a la larga en Bolsa suele dar siempre rentabilidad”

David María Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz, en la Bolsa de Madrid.

David María Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz, en la Bolsa de Madrid. / M. G.

La vocación política de su padre, el histórico centrista andaluz de la Transición Antonio Jiménez Blanco, llevó a David María Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz (Granada, 1963) muy joven a Madrid, en 1979. Se licenció en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF). Su trayectoria la comenzó en Banif. En 1989 se trasladó a Londres, donde se especializó en banca de inversiones. Trabajó en Salomon Brothers, Goldman Sachs, de la que fue managing director. Presidió Merrill Lynch en España. Además fue directivo de World Duty Free y de Abengoa. Desde 2018 es consejero de BME, donde además es vicepresidente, y desde julio preside la Bolsa de Madrid.

–La vida da tantas vueltas que el primer día que trabajó en Banif le llevaron a la Bolsa y hoy la preside.

–Sí, es curioso. Habría que remontarse a la mentalidad del año 1986. Al terminar la carrera yo pensé en opositar a agente de cambio y bolsa, pero nunca pude porque enseguida se reformó el Mercado de Valores. Y la vida me llevó a mil sitios y me trajo de nuevo a la Bolsa. Ya llevaba en BME desde 2018, primero como consejero coordinador y desde julio soy vicepresidente de Bolsas y Mercados y presidente de Bolsa de Madrid.

–La primera vez que se entra en la Bolsa de Madrid impresiona, ¿no?

–Mucho. Me impresionó aquella primera vez, por el movimiento impresionante de agentes y baratilleros que acudían a las sesiones comprando, vendiendo gritando... El primer tratado de Bolsa lo escribió un español, el sefardí José de la Vega, y lo tituló Confusión de confusiones, y explicaba que en ese barullo había orden. La tecnología ha hecho que se pierda la contratación a viva voz y todo ahora es electrónico.

–Pero incluso en silencio sigue impresionando.

–Eso iba a decir. Ahora impresiona de otra forma. Vacío impresiona mucho. A mí me impresionan mucho los escudos de las provincias que hay justo debajo del techo. El edificio es de 1893 y están todas las provincias actuales, pero también Cuba y Puerto Rico, que entonces eran parte de España. La Bolsa es de 1831, pronto cumpliremos 200 años.

–¿Los españoles somos grandes desconocedores de los mercados?

–Sí. El español históricamente ha ahorrado de otra forma. Se suele decir que el español no ahorra. Y no es cierto. Los españoles son los que mayor porcentaje de casas en propiedad tienen. Han solido ahorrar en ladrillo o en cuentas bancarias, cuando interesaba, y muy poco en ahorro de activos financieros. Es otra manera de asegurar la jubilación y el futuro. Pero sí creo que hace falta más cultura financiera para entender qué son las acciones, qué son los bonos, que rentabilidades tienen en periodos largos.

–La renta variable ha sido descubierta por muchos españoles, sobre todo desde la Gran Recesión, ante el escenario de bajos tipos y el desplome del ladrillo, ¿no?

–Sin duda. Los españoles pensaban que el ladrillo no bajaba nunca y descubrieron que también puede bajar. Invertir a la larga suele dar rentabilidad. La Bolsa en periodos largos siempre ha ganado a cualquier otro tipo de activo. En los diez años peores, que son los últimos, una inversión estaría hoy un 10% por encima. Es poco, pero señala que incluso en el peor tiempo posible, habría ganado dinero.

–Entre los tipos de inversores, en España sí ha habido uno de largo plazo, que piensa en el dividendo, en obtener una renta.

–A eso me refería. La inversión, contando el dividendo crece. Luego ya en ciertos momentos de la vida el dividendo se reinvierte y en otros se corta el cupón. Sí es cierto que la planificación financiera tiene que ser a largo plazo. En la Bolsa conviven inversores de corto y de largo plazo. Y la liquidez proviene de todos ellos. Si todo el mundo comprara y no vendiera, no habría Bolsa. Pero es cierto que hay que invertir más a largo plazo y en activos financieros diversificados. Y la renta variable es una parte fundamentalísima, también para el desarrollo de un país. Cuando se invierte en renta variable se está financiando a empresas. La Bolsa ha financiado 320.000 millones, la cifra es impresionante, entre OPV y ampliaciones en los últimos diez años a empresas españolas. Eso es un dineral, es prácticamente el 30% del PIB de un año. Es una función de financiación de la que no se habla mucho y que es fundamentalísima. Es bueno para las empresas y, por tanto, para el crecimiento, y es bueno para los inversores, que encuentran donde poner sus ahorros.

"El mundo va a salir del Covid, la cuestión es cuándo, porque las consecuencias serán muy distintas"

–¿Los mercados son realmente anticipadores?

–Lo son por definición. Pero el futuro es impredecible. Ya lo decía Woody Allen: “Es muy difícil hacer predicciones, sobre todo sobre el futuro”. El mercado hace previsiones todos los días.

–Otra cosa es que acierten.

–Claro. Pero siempre reúne toda la información sobre el futuro que hay disponible. Ahora estamos en un momento de mucha incertidumbre. Es como ir por una carretera con niebla muy espesa. Pero del Covid, el mundo y Occidente van a salir, pero claro en cuánto no se sabe. Y las consecuencias son completamente distintas si es en tres meses, seis o un año. De otras epidemias o de guerras mundiales también se salió. Y cuando se salga habrá crecimiento rápido.

–Lo preguntaba porque semanas atrás las bolsas crecían mucho, pero ahora ha vuelto el vértigo.

–Sí. El Íbex no es más que un agregado de 35 empresas. Ahora hay menos bancos, hay energía. Muchas de ellas han invertido en Latinoamérica, y allí el problema del Covid es serio. Líneas aéreas o sector turístico también están presentes y están afectadas. Yo no creo que el daño vaya a ser permanente. Pero en este momento parece más grave.

–¿No nos enfrentamos a una recesión larga?

–Creo que no. Pero no sé cuán corta va a ser.

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