David Bustamante | Cantante

"Con tacones gano mucho"

David Bustamante.

David Bustamante. / José Ángel García

La preciosa localidad cántabra de San Vicente de la Barquera lleva cuatro lustros siendo promocionada por David Bustamante Hoyos (1982), un chico que pasó de la obra a Operación Triunfo y que presenta su disco Veinte años y un destino. Pudo ser futbolista se le daba de cine: el Atlético le ofreció 40.000 pesetas al mes para jugar en su tercer equipo pero en el andamio ganaba 180.000 y ayudaba en casa. Luego llegó la fama en el escenario. No ha perdido la frescura de chico de pueblo. Habla por los codos y entra a todos los trapos.

-Huélame.

-A ver. No es mi colonia, no.

-Presume más de colonias que de singles.

-Fue un broma en La Resistencia y ha causado furor por las cifras, de locos. Vendo una colonia cada 30 segundos. Ahora saco otra nueva.

-Le dijo a Broncano: "Si quieres ligar al instante, usa fragancias Bustamante". Sus pareados no son muy de Bécquer y Lorca.

-Menos mal que escribo mejor canciones que pareados, porque si no estaba jodido.

-Presenta el álbum 20 años y un destino, un recopilatorio con menos de 40 tacos. ¿Qué dejará para los 60?

-Quiero estar aquí hasta que me echen. Esto es vocación. La música forma parte de mi vida.

-Miento y Miente son dos de los 15 temas. ¿Le ha salido un disco embustero?

-En el amor se usan mucho las mentiras para conquistar. Tendrá que ver con eso. Hay que contar alguna porque si contamos la verdad, no nos comemos un colín.

-Operación Triunfo fue un pelotazo cuando nació en 2001. La final fue el programa no deportivo más visto desde 1992 con 12.873.000 espectadores. Es imposible que no se les subiera la fama a la cabeza, ¿no?

-Nosotros no sabíamos nada de eso. Fue una locura para un chaval de 19 años de un pueblo de 3.500 habitantes que llenáramos dos veces el Bernabéu, tres el Sant Jordi... La clave para mantener la cabeza en tu sitio es la gente que te rodea. Nunca he sido de séquito de palmeros y conmigo ha trabajado mi padre, mi hermano, mi mejor amigo; si me tienen que mandar al carajo, lo hacen. Eso es lo más sano. Y supongo que ayudó que mi vida al principio no fue fácil, empecé a trabajar a los 14 años en la obra y lo tengo muy presente.

-¿Se da con un canto en los dientes por llegar donde ha llegado?

-No sé qué deparará el futuro y existe el miedo a que se olviden de ti. Acabamos de sacar disco, hemos sido número uno otra vez, me siento querido, respetado... Pero si se parara ahora, que me quiten lo bailao, amigo mío.

-¿Por qué cantante pagaría o habría pagado un dineral por verlo actuar?

-Frank Sinatra, soy muy, muy fan. Hubiera ido a Las Vegas y soltado la tela. Tenía una voz y una manera muy especial de hacer las cosas, era genuino e inimitable.

-Se hartó de vender discos tras Operación Triunfo. ¿Cuántas estrellas Michelin le valdrá su paso por Masterchef Celebrity?

-No sé, espero que no se me queme nada y no meter fuego a la cocina. No se me dan mal los platos que sé hacer, pero soy de cocinar con musiquita, tomando un vinito y allí será un estrés del copón. Espero aprender y no liarla.

-¿Charlará entre plato y plato sobre vacunas con su rival Victoria Abril?

-No me voy a meter en camisas de once varas, sólo a que no se me queme el sofrito. Cada uno que haga lo que quiera. Mis padres se acaban de vacunar y estoy muy contento. La ciencia está para algo, ¿no?

-Tanto aparecer en televisión, ¿es para eclipsar a su presidente Revilla, que no sale de la caja tonta?

-Eso es imposible. La tele me divierte y hago muchas cosas diferentes: salí de un programa de tele, he hecho de baile, de desafíos, ahora de cocina... Me gusta, pero eclipsar a Revilla es imposible y conseguir anchoas casi tampoco, las tiene todas él.

"Me gusta el sexo, cumplo a diario y puntúo siempre en casa. Es como comer; usted come a diario, ¿no?"

-Guapo, fuerte, simpático, cachondo, con dinero, parlanchín... ¿Le falta una cuarta para ser un galán?

-¡Qué hijoputa! Con tacones gano mucho. Mido 1,77, pero usted es muy grande y vengo de estar con Juan y Medio. ¿Desde cuándo son tan grandes todos? Parece que vengo de Liliput. ¡Espere! ¡Hay una araña ahí y tengo aracnofobia! Déjela, déjela, me alejo un poco. Ésa te pica y te hace un avío.

-Es obsesivo compulsivo, como Jack Nicholson en Mejor... imposible. ¿Cuál es la última manía estrafalaria que ha incorporado?

-Cuando subo al escenario tengo que saber con qué pie empiezo para llegar arriba con el derecho. Y salto tres veces porque es mi número favorito. Es lo único. Ah, no, y ponerme siempre antes el calcetín derecho, la zapatilla derecha... para que me salga todo a derechas.

-A ver si es de derechas...

-No digo nada porque se lía todo. Cada uno que vote lo que quiera. Y la política, para los políticos, que bastante mal lo hacen en general.

-Su suegro, cuando lo sea, es siberiano. ¿Lo ha amenazado con llevarlo allí un invierno si regaña con su hija, la bailarina Yana Olina?

-Habla muy poco español. Intento aprender ruso para comunicarme con él. Pero como es muy callado no tenemos muchos problemas.

-¿Pero está aquí?

-Sí, en Valencia. Mi chica vino con 11 años y tiene 33. Nació en Tomsk, en mitad de la Siberia, es brutal, aún no lo conozco. Si me ve aprendiendo a decir con el Google Translator: "Tenía muchas ganas de conocerte" -lo repite en ruso-. Ésa fue mi primera frase y sé pocas más.

-Le encanta el limón con cáscara. ¿Se atreve con el plátano?

-No, me da mucho asco. El plátano es de las pocas cosas que no me gustan. Lo del limón es obsesión. Me como medio cada noche con agua fría y con la cáscara. Nunca me pongo malo ni me cojo un catarro.

-"Nos está adelantando el satisfyer por la derecha". ¿Las mujeres se aburren cada vez más en la cama, señor sexólogo?

-Habiendo gente entregada a la causa, aún hay esperanza... y soy uno de ellos. Me gusta mucho y cumplo a diario. Es como comer. Usted come todos los días, ¿no?

-Cumplirá salvo cuando esté de viaje.

-Hombre, todos los días que estoy en casa. Fuera no puntuamos, siempre puntúo en casa. Mire cómo se descojona el fotógrafo.

-Alguien tan sentido como usted se habrá hartado de llorar por la pandemia.

-Usted es un cabrón...

-Lo pregunto en serio.

-He estado triste, deprimido, soy muy de piel, de amigos, de abrazar, y estar encerrado tres meses fue terrible. Cuando toqué fondo y subí de peso, me puse las pilas, aprendí a cocinar, me puse en forma y compuse un disco. El siguiente ya lo tengo compuesto. Con dos cojones. He sido como el Ave Fénix.

-Tiene 888.000 seguidores en Twitter. Deme bola a ver si me ascienden, ¿no?

-Twitter lo carga el diablo. Las redes me dan pereza.

-También es verdad...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios