Energía

Atlantic Copper comenzará las obras de su nueva planta para el proyecto CirCular en junio

La factoría de Atlantic Copper en la avenida Francisco Montenegro de Huelva.

La factoría de Atlantic Copper en la avenida Francisco Montenegro de Huelva. / Alberto Domínguez (Huelva)

El proyecto CirCular de Atlantic Copper será una realidad en el primer trimestre de 2025. Según ha explicado el director general de metalurgia de la compañía, Carlos Ortiz, las obras comenzarán en el mes de junio y tendrán un plazo de ejecución de alrededor de 24 meses. La previsión es que pueda estar en funcionamiento en el primer trimestre de 2025. Para ello la compañía invertirá 310 millones, que tiene como eje la construcción en Huelva de la primera planta de recuperación de residuos de fracciones metálicas de RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en desuso) del sur de Europa. 

Así lo ha indicado este miércoles en declaraciones a los periodistas el director general de Metalurgia, Carlos Ortiz, quien ha precisado que el aumento de presupuesto sobre los 262 millones iniciales se debe a "la tensión de suministro del mercado y a la actualización de precios" si bien, el aumento "está dentro del orden de magnitud y certidumbre que tiene un proyecto de estas características".

La puesta en marcha de esta planta, según indicó la compañía en la presentación del proyecto, permitirá a España pasar de una tasa de reciclaje del 50 al 100% de este material electrónico. Tendrá una capacidad para reciclar 60.000 toneladas al año de RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en desuso) y recuperar, entre otros metales, cobre, oro, plata, platino, paladio, estaño y níquel, claves para la transición tecnológica, la descarbonización y las energías renovables.

Carlos Ortiz, director de metalurgia, durante su intervención en presencia de Macarena Gutiérrez y Sol Villar. Carlos Ortiz, director de metalurgia, durante su intervención en presencia de Macarena Gutiérrez y Sol Villar.

Carlos Ortiz, director de metalurgia, durante su intervención en presencia de Macarena Gutiérrez y Sol Villar. / Rafa del Barrio (Huelva)

El proyecto creará 70 empleos directos y 280 indirectos e inducidos; se ejecutará en dos áreas del recinto portuario onubense, una de las cuales se dedicará a la recepción de materia prima, clasificación y toma de muestras y la otra, a los hornos y sistemas auxiliares. 

Proyecto CirCular

La sociedad generó alrededor de 60 millones de toneladas de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE) en 2022. Esta cantidad, siguiendo las mismas previsiones, alcanzará los 75 millones en 2030, en una senda de crecimiento permanente. Estos equipos eléctricos y electrónicos contienen al final de su vida útil un alto contenido en metales que pueden ser recuperados tras un desmontaje, clasificación previa y tratamiento posterior. Hablamos de electrodomésticos, dispositivos móviles, tablets, ordenadores… Hablamos de sus componentes electrónicos, de circuitos impresos, discos duros, procesadores etc. Hablamos de cobre, níquel, estaño, oro, plata y paladio. Metales que forman parte de nuestro día a día y que, a través del proyecto CirCular de Atlantic Copper, se incorporarán a nuevos procesos industriales para volver a los mercados y cubrir una buena parte de la demanda de sectores como el de las energías renovables o el de la movilidad sostenible. Son metales transcendentales que estarán presentes en la transición energética, el vehículo eléctrico o la digitalización y electrificación de la sociedad.

Efectivamente, el mercado de materias primas metálicas está al alza por el aumento del consumo de los grandes retos de la sociedad actual, como son la urbanización, la electrificación, la digitalización, el consumo de electrodomésticos, televisores, aparatos de telefonía, etc. Y, evidentemente, se hace necesario complementar la actividad minera tradicional con el reciclado.

En 2019, por ejemplo, España generó unas 890.000 toneladas de RAEE (en datos de Global E-Waste Monitor), de las cuales sólo unas 370.000 toneladas fueron gestionadas por recicladores autorizados, según Eurostat. Es decir, alrededor de 520.000 toneladas de equipos eléctricos y electrónicos en desuso se encuentran almacenados en nuestras casas (teléfonos móviles, pequeños electrodomésticos, cargadores, etc.), acaban en vertederos o son exportadas legal o ilegalmente hacia países con bajos estándares medioambientales donde se recuperan los metales de forma poco amigable con el medioambiente. 

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