Elecciones

El gran bastión del PP

  • Los populares podrían aventajar a los socialistas en once diputados en Madrid

Si el próximo domingo se confirman las encuestas, Madrid se convertirá de nuevo en el gran bastión del PP, con once escaños de diferencia sobre el PSOE (21-10). En la Comunidad Valenciana (20-10) y en Castilla y León (21-11), los otros dos grandes graneros de voto de los populares, los sondeos apuntan a diez diputados de diferencia. Desde 1989 hasta la fecha los populares siempre ganaron las elecciones generales en la capital de España. Por su parte, los socialistas sólo fueron los más votados en 1979, 1982 y 1986.

Como antesala de lo que se avecina, en los últimos comicios municipales y autonómicos, el PP madrileño, liderado por Esperanza Aguirre, barrió literalmente a los socialistas, que perdieron incluso en las principales ciudades del cinturón rojo madrileño.

Con esas mismas expectativas de éxito rotundo, los populares afrontarán las elecciones del 20-N. Al igual que la campaña anterior el España se rompe y la negociación política con ETA sirvieron para alimentar un odio casi visceral hacia Rodríguez Zapatero entre una parte del electorado popular, promovido principalmente por medios capitalinos vinculados a la extrema derecha, la crisis económica y el paro están siendo el caldo de cultivo más consistente para cocinar una victoria popular en Madrid que las encuestas fijan en torno a once escaños de ventaja sobre el PSOE.

Para ello, sin grandes alharacas, Rajoy situó en los primeros puestos a personas de su total confianza -Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Mato, Alberto Ruiz-Gallardón y Miguel Arias Cañete- y prefirió no señalar en esta candidatura a quien puede ser su vicepresidente económico, como hizo en 2008 cuando apostó por Manuel Pizarro como número dos.

Algo parecido hizo en su momento el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que situó a sus espaldas a la coordinadora de la campaña del PSOE, Elena Valenciano; al actual ministro de Trabajo, Valeriano Gómez; a la ex ministra Cristina Narbona, a Rafael Simancas y a Antonio Hernando. Una candidatura sin vicepresidente económico -en otras circunstancias Joaquín Almunia le hubiera acompañado-, más pensada para extraer de ella el núcleo duro del principal grupo político de la oposición.

Teniendo en cuenta el deterioro que sufre el PSM bajo el liderazgo de Tomás Gómez, que no se acerca ni de lejos a la actual ministra de Asuntos Exteriores y candidata del PSOE por Málaga, Trinidad Jiménez, Pérez Rubalcaba puede darse con un canto en los dientes si conserva diez de los quince diputados que logró Rodríguez Zapatero en 2008.

Buscando alguna perspectiva para entender la dimensión del bastión madrileño cabe recordar que la hegemonía de los populares en Madrid arrancó meses antes de que José María Aznar derrotara en la capital al PSOE en los comicios nacionales de 1989 por menos de un punto de diferencia. Para entonces, los populares ya habían socavado el poder de los socialistas en la capital de España al descabalgar a Juan Barranco, heredero de Enrique Tierno Galván -fallecido en 1986- merced a una moción de censura con el Centro Democrático y Social (CDS) que sentó en el primer sillón de la ciudad al centrista Agustín Rodríguez Sahagún, ministro de Defensa de la UCD y brazo derecho del ex presidente Adolfo Suárez en el nuevo partido.

Aunque venía siendo la fuerza más votada desde finales de los ochenta, para lograr el poder en la Comunidad de Madrid, el PP tuvo que esperar algunos años más. En los comicios autonómicos de 1995, Alberto Ruiz-Gallardón logró la mayoría absoluta.

Un año más tarde, Aznar fraguó gran parte de la primera victoria electoral del PP en el feudo madrileño, donde logró sacarle seis diputados al PSOE (17-11). Tres años antes la diferencia fue de tan sólo un escaño (16-15).

En 2000, la mayoría absoluta de Aznar se cimentó de nuevo en una abrumadora victoria en la capital de España: siete escaños (19-12) y casi 20 puntos de diferencia.

En 2004, la victoria del socialista José Luis Rodríguez Zapatero dejó la diferencia del PP sobre el PSOE (17-16) en un diputado y menos de un punto. Cuatro años más tarde, los populares recuperaron de nuevo terreno frente a los socialistas en Madrid (18-15), pero perdieron de nuevo las elecciones en España.

Un año antes de la llegada al poder de Rodríguez Zapatero, la hegemonía del PP en la Comunidad de Madrid corrió peligro al no lograr Esperanza Aguirre la mayoría absoluta. Cuando el PSOE e IU se disponían a sellar un acuerdo de gobierno, dos tránsfugas de las filas socialistas, que protagonizaron el llamado tamayazo, forzaron unos nuevos comicios y pusieron la Presidencia en bandeja a la lideresa.

En definitiva, en Madrid y en el resto de España, el escenario electoral del 20-N se parece muy mucho al de 2000, aunque los aires de cambio político pudieran recordar los históricos comicios de 1982.

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