Elecciones

Todo a favor, todo en contra

  • El PP parte como claro favorito en unas elecciones en las que el PSOE tratará de frenar la hemorragia de votos tras las municipales

En octubre, el PP celebraba en el Palacio de Ferias la convención nacional del partido como guiño a los resultados que los populares habían cosechado en Málaga en las municipales. Jamás en la historia de la democracia local el PP había amasado tanto poder. Feudos históricamente socialistas como Antequera y Mijas pasaban a manos del PP, que se volvía a hacer con el control de la Diputación de Málaga. Seis meses después de aquella cita electoral, la batalla se plantea tan desigual en la provincia que la única duda estriba en conocer la magnitud del hundimiento socialista. La última encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) le otorgaba al PSOE tres diputados por los cinco que logró en 2008, los mismos que sumaron los populares, a los que ahora las encuestas les dan siete.

El techo a romper por el PP son los 328.314 votos que logró en las generales de 2008, un número que no le sirvió para ganar aquellos comicios. Desde 1977 a 2008, los populares sólo han sido capaces de vencer en unas generales en el año 2000, el de la mayoría absoluta del PP. En las autonómicas, desde 1994 ambos partidos se reparten victorias y derrotas, aunque en el último precedente, el de 2008, los populares también vencieron en Málaga por un estrechísimo margen de 3.000 votos.

En este escenario se mueve esta campaña Trinidad Jiménez, ministra de Asuntos Exteriores y cabeza de cartel socialista al Congreso, en un momento en el que su partido intenta recomponerse de la grave crisis motivada, por un lado, de los resultados de las municipales, y de otro, de las fracturas internas desatadas tras la operación Acinipo en Ronda. Críticos de municipios como Ronda, Alhaurín el Grande, Coín y de agrupaciones de la capital como Cruz de Humilladero o El Palo llegaron a pedir la dimisión del secretario provincial del PSOE, Miguel Ángel Heredia, y de su número 2, Francisco Conejo, tras la operación en la que cuatro miembros del anterior equipo de gobierno (el ex alcalde Marín Lara y tres de los pesos fuertes del partido) resultaron detenidos y posteriormente puestos en libertad con cargos por un presunto delito urbanístico. Un día después de la operación se supo que el histórico socialista Juan Fraile había alertado a la dirección provincial de las presuntas irregularidades cometidas por Marín Lara.

Ante este escenario tan pesimista para los socialistas, Jiménez ha centrado su mensaje en el salto que ha experimentado la provincia de la mano de las infraestructuras. El AVE a Madrid, la segunda terminal del aeropuerto, la segunda ronda o la autopista de Las Pedrizas constituyen el principal aval del PSOE en Málaga con una inversión que los socialistas cuantifican en unos 4.500 millones de euros. A esa cifra se agarran los dirigentes socialistas para capear el temporal.

Trinidad Jiménez tendrá enfrente a la ex ministra de Sanidad Celia Villalobos, quien por séptima vez consecutiva encabeza la candidatura del PP al Congreso. En la lista una de las sorpresas fue la inclusión como número cuatro de la actual concejal de Economía y Turismo, Carolina España, que tendrá que dejar su sillón municipal en el caso de que se confirmen los resultados de las encuestas. Pero la gran sorpresa fue la inclusión de Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, como número uno al Senado a pesar de que el regidor se había mostrado en numerosas ocasiones contrario a que los miembros de su equipo de gobierno compatibilizaran los cargos. De la Torre, acosado por los medios de comunicación, justificó su decisión en la necesidad de defender el "criterio municipalista" y que su edad, 69 años, no le permitiría otra oportunidad de dar el salto a la Cámara Alta.

El granero de votos en el que se ha convertido la provincia para los populares ha provocado que durante esta campaña se estén sucediendo las visitas de los hombres fuertes del partido a nivel nacional. Si el pasado jueves fue Rajoy quien volvió a visitar Málaga tras la convención, el próximo lunes está prevista la visita del ex presidente del Gobierno José María Aznar, que participará en un acto público en Fuengirola. Pese a los resultados de las encuestas, en el seno del PP se huye de cualquier tipo de euforia. La consigna es clara: sumar el máximo número de votos posibles. De ahí que los populares hayan centrado su mensaje en el empleo, una de las palabras más repetidas en los discursos de Villalobos, que, curiosamente, declinó participar en el debate organizado por Canal Sur. Sólo Alberto Garzón, número uno en la lista de IU, se mantuvo en el cartel. Por parte de los populares participó Juan Manuel Moreno Bonilla, el dos en la candidatura del PP al Congreso y hombre presumiblemente fuerte en el Gobierno de Rajoy, mientras que Torres Mora, candidato número 3 al Congreso, le puso la voz a los socialistas.

La irrupción de Garzón en la arena política ha sido de uno de los capítulos más destacados de la campaña electoral. Lejos del aparato del partido, y una de las voces más destacadas del 15-M en Málaga, Garzón ha insuflado aire a un partido que aspira repetir los resultados de las municipales y lograr un diputado, un objetivo que según otras encuestas se antoja alcanzable. La meta es volver a tener representación en Madrid al calor de los movimientos sociales. Al margen de PP, PSOE e IU, hasta diez formaciones más concurrirán en las urnas.

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