RODRIGO González, candidato de IU al Congreso

Una apuesta formal de izquierdas

RODRIGO González es un político curtido desde abajo. De esos que buscan un hueco en la política por iniciativa propia. Sin presión y sin consejos de esos cuyo tono denota obligación. Manifiesta con orgullo que con 14 años ya había participado en la manifestación a favor del referéndum de autonomía andaluza. Con 22 se afilió a Comisiones Obreras y perteneció al comité de empresa de educación. Por entonces, Rodrigo estaba culminando sus estudios de Magisterio Infantil, profesión a la que se ha dedicado hasta hace cuatro años y que retomará cuando la política vuelva a dejarle el camino libre.

El mundo de la política atrae a personalidades con distintas inquietudes, las cuales suelen terminar representadas mediante cargos. Rodrigo elige la de la igualdad, que al fin y al cabo es el leitmotiv de su partido. Quizás por eso llegue a definirse como un indignado. Fiel a sus ideas, no entiende por qué unos son más con el paso del tiempo y, otros, en proporción, agotan sus recursos sin encontrar una vía alternativa a la que agarrarse. Es, en definitiva, lo que gran parte de la población española reclama. Su slogan, el lema que el partido le ha etiquetado como candidato al Congreso de los Diputados por parte de Izquierda Unida, se debe animar a rebelarse, al menos hasta que se termine la campaña.

Rodeado de niños durante casi toda su carrera profesional, también ha tenido que cumplir con ellos en casa, pero como padre. Dos hijas a las que la mayoría de edad les roza con la punta de los dedos le hacen el día a día más ajetreado, aunque con su mujer todo es más fácil. Por eso en estas líneas quiere que la recuerde. Así que eso está hecho. Pero Rodrigo González, como todos, sigue siendo humano lejos de su trabajo. Lejos de él prefiere la cama, por se ha buscado un hobbie placentero. Uno en el que nadie puede inmiscuirse. Sólo tiene que llevar a cabo dos elecciones, un libro y un lugar alejado del resto para leerlo. Más difícil lo primero, en lo segundo ya tiene una ubicación preferida, la carretera que lleva hasta Cabo de Gata guarda rincones en los que el golpe del mar es el único sonido. Se trata de ser una persona normal y corriente y Rodrigo ha conseguido hacerse a sí mismo en este sentido. Ha logrado moldearse y ha elegido un entorno donde hacerlo.

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