Elecciones

El PSOE arranca la campaña con ánimo de resistencia

  • José Antonio Griñán abre el 'fuego' en Córdoba y reclama el voto para su partido con el fin de retener el modelo de seguridad y derechos básicos construido en 30 años

El Partido Socialista empezó anoche a pedir el voto para las generales del próximo 20 de noviembre en un ambiente de resistencia, de retención de un modelo de derechos sociales y civiles del que se siente partícipe y responsable. El presidente de la Junta de Andalucía y secretario general de los socialistas de la comunidad, José Antonio Griiñán, animó a los correligionarios que acudieron a la pegada de carteles -superando la intensa lluvia que a esas horas caía sobre Córdoba- a pelear para que la salida de la crisis no suponga menos servicios básicos, igualdad de oportunidades o el fin de la enseñanza y la sanidad pública. "La derecha dice lo que queremos escuchar pero hace lo que no queremos que haga", dijo Griñán, parlamentario autonómico por Córdoba, quien aseguró que los mensajes del Partido Popular, de la derecha política, tienen que leerse incluso en su letra pequeña. En una larga alocución, el presidente de la Junta animó al electorado a que la salida de la crisis no suponga "entregar en un holocausto" los derechos alcanzados por la sociedad.

Griñán no se privó de establecer el paradigma andaluz, la fórmula de gestión de la Junta de Andalucía, en aspectos que, según dijo, el PP ha prometido cambiar siguiendo el hilo de las experiencias de otras comunidades. La "educación madrileña" o la "sanidad valenciana" es lo que viene si gobierna el PP frente a lo que dijo son logros de la mayoría social andaluza.

El máximo responsable de los socialistas andaluces dijo en su primer acto de campaña que estas elecciones generales, donde él no es candidato al celebrarse de forma separada con las autonómicas, tienen un paralelismo con las de 1993, en las que Felipe González ganó contra José María Aznar a pesar de que muchas encuestas decían justo lo contrario y a la erosión del proyecto socialista. "Esto está ganado si vamos con convencimiento y voluntad", se le escuchó decir a Griñán, quien recordó que la única batalla -el argot electoral del PSOE está lleno de elementos bélicos- que se pierde es la que no se libra.

Salida por la izquierda o por la derecha de la crisis. Ese es el argumentario que el PSOE pone encima de la mesa con discursos como el de Rosa Aguilar, en su primera gran intervención electoral como número 1 de la lista de su nueva formación al Congreso, ante un auditorio compuesto, casi exclusivamente, por personas de relevancia en la estructura socialista o en las instituciones públicas.

La exalcaldesa llamó a la movilización, a plantarle cara a la derecha, porque lo que viene, aseguró, es un recorte sustancial en los derechos de la ciudadanía. La candidata al Congreso -la cabeza de lista al Senado, Maribel Flores, no intervino en el acto- expuso que el programa con el que Rajoy se presenta a las elecciones es de "una ambigüedad calculada" pero que las medidas que ocultan implica recortes, la anulación de leyes como la de interrupción voluntaria del embarazo o un retroceso sustancial en materia de políticas de igualdad.

Resistencia, pelea, batalla, pugna. El PSOE intenta movilizar al electorado con la referencia de Alfredo Pérez Rubalcaba, un político que, dicen los socialistas, tiene un acreditado historial de "hombre de Estado". A cambio, Mariano Rajoy, al que califican como el hombre del "depende".

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