Elecciones

De Mariano I de España al candidato "polvorón"

  • El macromitin de Málaga puso sobre el escenario las diferentes generaciones del PSOE, con Guerra y González como figuras del pasado, y Madina del presente y futuro

Un formato nuevo para combatir las sombras de la desesperanza. Eso debieron pensar los organizadores del macromitin celebrado ayer por el PSOE en Málaga capital, que frente a las fórmulas tradicionales de monólogos insufribles, optaron por intervenciones acortadas en el tiempo (a excepción de Rubalcaba), ideas claras en boca de una amplia representación de las diferentes generaciones socialistas. La veteranía en la estampa de Felipe González y Alfonso Guerra, a la juventud de Eduardo Madina, candidato por Vizcaya, y la candidata por Murcia, María González. Un póquer de rostros con los que ejemplificar los 130 años de historia del Partido Socialista.

Y todo ello con un directora de orquesta, Elena Valenciano, encargada de hilar el guión de un acto efusivo, en el que los 6.000 asistentes parecieron convencidos de la posibilidad de dar el vuelco a las encuestas. Lejos de las reflexiones sobre la política gruesa, hubo momentos para la ironía. Y en especial cuando se usó la figura de Mariano Rajoy como fuente de sarcasmo.

Dos definiciones se hicieron ayer del líder de los populares. Madina, que según dijo tiene que venir a Andalucía para que lo llamen guapo, tiró de mordacidad para atacar el "programa oculto" del PP. "La educación que se quiere cargar el que duerme, el del puro; Mariano I de España, que se despierte, porque no le vamos a dejar", dijo.

Un calificativo que provocó la carcajada entre los asistentes. Pero no fue la única referencia irónica. La secretaria de Organización del PSOE andaluz, Susana Díaz, tenía preparada otra carga de profundidad. No se le ocurrió otra cosa que decir que Rajoy era el candidato "polvorón". "Porque cuando se le quita el papel se desmorona", sentenció.

Y no faltó el fútbol como nexo de unión entre Rubalcaba y Zapatero. Lo dijo el actual presidente del Gobierno, que presumió de haber aprendido mucho de su exministro del Interior sobre el deporte rey, a pesar de las simpatías contrarias que ambos profesan. El uno, por el Barcelona; el otro, el ahora candidato, por el Real Madrid.

El guante lo cogió Rubalcaba, que recordó cómo antes de la etapa victoriosa del Barcelona, Zapatero no lo llamaba tanto. "Pero después lo hacía mucho más; vente, hombre, que lo vamos a pasar muy bien; y cómo le vas a decir que no al presidente del Gobierno", ironizó el candidato socialista.

No faltaron los guiños a la tierra en la que ayer tuvo lugar el acto. Zapatero aprovechó sus últimas palabras sobre el escenario para destacar la labor realizada por la exministra de Fomento Magdalena Álvarez, a la que atribuyó buena parte de lo hecho en la provincia de Málaga. También habló de Trinidad Jiménez y de Miguel Ángel Heredia, "el diputado más trabajador".

Más allá de fórmulas innovadoras y de referencias sarcásticas al principal líder político del PP, la de ayer fue una noche en la que el PSOE trató de esconderse de los malos presagios que apuntan todos los números y percepciones. 6.000 malagueños gritaron convencidos de que el 20-N es posible que Rubalcaba sea presidente. Pero tras la cortina de sensaciones en el interior del Palacio de Congresos de Málaga, de nuevo la realidad.

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