Elecciones

Cuesta abajo y buscando el freno

  • Las propuestas electorales en materia de empleo intentan detener una realidad brutal · Siguen apostando por Las Aletas y, sobre todo, por la reactivación económica e industrial de la provincia

Hacer promesas electorales en materia laboral en la provincia de Cádiz no es tarea fácil. Lejos quedan ya frases como "hacer de la crisis una oporunidad", o planes como Bahía Competitiva o ideas como la reindustrialización de la Bahía de Cádiz. Y, por supuesto, quedan muy, muy lejos las aspiraciones de todos aquellos que, en marzo de 2008, tenían un empleo y poco a poco vieron que la crisis, ese ciclón que parece haberse detenido más en Cádiz que en cualquier otra provincia, engullía sus planes de futuro.

Hoy, más de tres años y medio después, las principales apuestas de PSOE, PP, IU y PA siguen siendo legítimas pero, sobre todo, persiguen encontrar la fórmula mágica que detenga la sangría. Buscan el freno para detener una caída libre en empleo, en creación de empresas, en afiliados a la Seguridad Social... en casi todo.

Hace sólo tres años y medio, pero si se miran las cifras de marzo de 2008, cuando se celebraron las últimas elecciones generales, parece que haya transcurrido una década, por la extremada y violenta ascensión de cifras.

La Encuesta de Población Activa (EPA) de aquél primer trimestre de 2008 reflejaba 98.700 parados en la provincia. La última, la del primer trimestre de 2011, ya va por los 182.800. El paro registrazo en marzo de 2008 era en Cádiz de 113.639 personas. Ya era alto, pero en octubre de este año, ese dato es ya sobrecogedor: 181.411 personas sin trabajo. En menos de cuatro años, un aumento del 59,6% (67.772 parados más).

Todos los sectores lo han sufrido, pero hay matices. La agricultura ha incrementado su desempleo en la provincia en ese periodo un 6,4% (333 parados más). El sector de aquellos que antes no tenían empleo, un 30,8% más (8.185 personas más sin trabajo que en 2008). Pero son los servicios, la industria y la construcción los que han apuntalado a una provincia ya maltrecha. El primero de ellos, el sector que acumula en verano y otras épocas propicias centenares de empleos eventuales, ha pasado de los 55.302 parados que había en Cádiz en las últimas elecciones generales a los 90.368 del pasado octubre: 35.066 personas más sin trabajo (un 63,4% de incremento.

La industria, para la que se han anunciado innumerables planes de regeneración y puesta en marcha de nuevos negocios, ha visto cómo su paro pasaba de 7.948 personas en marzo de 2008 a los 13.513 actuales: un 70% más.

Pero ha sido la construcción la que se ha llevado la peor parte. En marzo de 2008 había en este sector 18.748 desempleados. Hoy tiene 37.371, casi el doble (un 99,3% de incremento en menos de cuatro años).

Hay otro dato curioso, el de aquellos que buscan su primer empleo: hoy son 7.000 personas más que en 2008 (18.600 según la EPA del primer trimestre de 2011, por 11.600 de la EPA del primer trimestre de 2008).

No son los únicos datos negativos. El número de empresas también ha bajado. En el año 2008 (según el Directorio Central de Empresas, Dirce) había en la provincia 64.505 negocios. Hoy, 60.184. Es llamativo que el descenso más significativo se ha producido en aquellas empresas de mayor volúmen. Si hace tres años y medio había en la provincia cinco negocios de entre 1.000 y 4.999 empleados, hoy sólo quedan tres. De 500 a 999 trabajadores, hemos pasado de 12 a seis empresas. De 200 a 499 en plantilla, se ha reducido de 60 a 28. Y de negocios que tenían entre 100 y 199 trabajadores, de 152 a 93 empresas.

Y hablando de empresas, otro gran lastre que ha ido empeorando con el paso de los meses es el de los Expedientes de Regulación de Empleo. Según los datos del Ministerio de Trabajo, el total de trabajadores afectados por un ERE fue a lo largo de 2008 de 983. Hasta agosto de este año, ya son 3.977. Y aquellos empleados afectados por un ERE extintivo (es decir, con extinción de contratos), fueron 576 en todo el año 2008 y ya van por 520 hasta el mes de agosto de 2011.

La situación de insolvencia de los negocios también afecta. Muchos trabajadores tienen que recurrir al Fondo de Garantía Social (Fogasa) para poder cobrar lo que sus empresas ya no pueden pagar. Así, en todo 2008, el Fogasa desembolsó en la provincia de Cádiz 3.294.500 euros. Hasta octubre de este año, esa aportación ya asciende a 9.770.200 euros.

Un último dato: en marzo de 2008 cobraban la prestación por desempleo en la provincia un total de 63.600 personas, y no la cobraba el 44,1% de los parados registrados en ese mes. En septiembre de este año, cobraban la prestación por desempleo en Cádiz 88.500 personas, y no la cobraba el 48,8% del total de parados: 92.911 personas sin cobertura.

Mención aparte merece, por su importancia en el peso industrial y laboral, la comarca del Campo de Gibraltar. El sector industrial -su principal sustento económico- pudo soportar el primer año de crisis con entereza. Pero la crisis ha revelado que todos los sectores son vulnerables. Actualmente el Campo de Gibraltar suma 37.339 desempleados, de los que 2.494 (6,6%) demandan un puesto de trabajo en la industria. El grueso de parados, 19.547 (52%), quieren trabajar en los servicios. En marzo de 2008 (con 22.955 desocupados) la proporción era similar, lo que revela que la crisis ha tocado a todos por igual.

Y en medio de la tormenta, el sector industrial ha sido protagonista de vaivenes durante la última legislatura en forma de Expedientes de Regulación de Temporal de Empleo (ERTE) que tienen su epicentro en Acerinox, hasta entonces uno de los colosos del tejido industrial campogibraltareño. Acerinox hizo saltar todas las alarmas recién estrenado 2009 cuando solicitó un expediente de tipo temporal para el 77% de su plantilla (unos 1.800 trabajadores afectos) justificado en la caída de la demanda. Actualmente van por el tercero.

El otro foco de regulación laboral a lo largo de los últimos cuatro años se encuentra en el vecino municipio de San Roque. La factoría de plásticos tipo PET (el utilizado para las botellas) de Artenius San Roque -del grupo catalán La Seda de Barcelona- anunció en noviembre de 2010 un ERE para despedir a sus 94 trabajadores y echar el cierre como colofón a las dificultades financieras del grupo, asfixiado por una errónea política de expansión que costó el cargo a su presidente, Rafael Español. De hecho, la factoría había sido comprada a Eastman Chemical en 2007 en una operación que supuso abortar otro expediente extintivo pese a que se perdieron una treintena de empleos por el camino. El ERE fue aprobado el 29 de diciembre en todos sus términos. Pero hubo final feliz. El grupo Cepsa entró en escena in extremis a primeros de enero de este año con la propuesta de adquirir la planta para completar su ciclo productivo de químicos.

Y qué decir de los ayuntamientos. Según el último informe emitido por el Ministerio de Hacienda, la deuda viva (con los bancos) de los consistorios gaditanos ascendía a 31 de diciembre de 2010 a 667 millones de euros. Y 23 de los 44 municipios habían incrementado su débito bancario con respecto a 2010. Si a esto se une la deuda pública reconocida en la liquidación presupuestaria cerrada de 2009(la última remitida al Ministerio), de 95,7 millones (más otros 19 de la Diputación), la suma es insostenible.

Por eso, las opciones políticas que concurren a las próximas elecciones, son conscientes de las dificultades. Pese a todo, han explicado a este periódico sus propuestas en materia de empleo para ir reconduciendo la situación.

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