“Suerte, mi amor”, le gritaba Carlos Martín a su pareja Virginia Martínez antes de entrar en la ETS de Telecomunicaciones del campus de Teatinos para examinarse de las oposiciones andaluzas docentes en la especialidad de Geografía e Historia. Virginia, de 31 años, ha trabajado dos años como interina y se ha preparado durante este curso para obtener una plaza. El domingo amaneció con tonos rosas en el cielo, y muchos candidatos aprovecharon para fotografiarlo antes de comenzar sus pruebas, mientras que a las 7:19 los miembros de los tribunales repartían los primeros folios sobre las mesas.

Los exámenes, realizados en las aulas de las escuelas y facultades de la Universidad de Málaga de Teatinos y El Ejido, han cumplido con un estricto protocolo para prevenir el contagio por coronavirus. Por ello, la prueba se ha dividido en dos turnos: mañana y tarde. Todos los candidatos entraban a las aulas cuando un miembro de cada tribunal los nombraba y debían aplicarse gel hidroalcohólico y colocarse una mascarilla facilitada para la prueba.

Algunos vivieron esos momentos previos tranquilos escuchando música por sus auriculares, otros leían sus pequeñas notas o charlaban con otros compañeros. Muchos optaron por matar ese tiempo muerto bebiéndose un café, pero lo cierto es que pudo verse por los pasillos alguna que otra caja de valerianas entre las manos temblorosas de algunos opositores.

Opositores esperan en los pasillos antes de comenzar las pruebas.

“El aula 309, busco el aula 309. No encuentro el aula 309”, pensaba en voz alta Marta Mellado, de 29 años, que probaba suerte en su especialidad por tercera vez. Unos jóvenes le indicaron el camino, y Marta corrió por esos pasillos entre personas que esperaban apoyadas en las columnas y comenzaban a dar vueltas sin sentido en círculo. Pero la ilusión ganó a la intranquilidad. “Los nervios los dejé en casa, vengo con toda la ilusión del mundo y con la convicción de que una plaza lleva mi nombre. No puede ser de otra manera”, aseguraba Pedro Risueño.

Esta convocatoria multitudinaria cuenta con 97 tribunales. Todos ellos están distribuidos por institutos de diferentes localidades. En el caso de la capital malagueña hay hasta 77. Nueve de ellos están destinados para las pruebas de Geografía e Historia, cuatro en la especialidad de Biología y Geología y seis para Lengua y Literatura, entre otros. Los presidentes se encargaron de recordar algunas normas antes de comenzar con el sorteo de los temas y las pruebas.

Los opositores se identifican antes de entrar a las aulas.

Los opositores atendían a las instrucciones entre bostezos disimulados por las mascarillas, temblores y algunas sonrisas cómplices. Los presidentes dejaron claro que los examinados no podían poner su nombre, ni firmar, ni escribir la más mínima señal que pudiera identificar su examen. “Las pegatinas con código de barras se colocan en los folios del examen y en un sobre que debe permanecer abierto hasta el final de la prueba", leían.

Sorteo de temas en un aula de la ETS de Telecomunicaciones.

“Me he despertado hasta contento, por fin ha llegado el día. Que pase lo que tenga que pasar”, comentó Mario Carrasco segundos antes de que le identificaran y entrase al aula que le correspondía. Mario es uno más de esos 47.270 aspirantes que este año participan en el proceso, formando parte de los 8.120 que se examinan en Málaga.

Pero el joven de 25 años es muy consciente de sus posibilidades, y es que solamente hay 6.286 plazas ofertadas para todos los opositores. De todas ellas, 5.104 corresponden al cuerpo de profesores de Enseñanza Secundaria, 862 van destinadas al Cuerpo de Profesores Técnicos de Formación Profesional, 132 para Catedráticos de Música y Artes Escénicas, 91 para Profesores de Artes Plásticas y Diseño, 65 para Profesores de Escuelas Oficiales de Idiomas, 20 destinadas a Maestros de Taller de Artes Plásticas y Diseño, y 12 para profesores de Música y Artes Escénicas.