Francisco Monchón

Presidente de Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) y catedrático de Análisis Económico

La innovación y el conocimiento para superar la crisis en Andalucía

Un grupo de investigadores trabaja en un proyecto

Un grupo de investigadores trabaja en un proyecto

La economía española ha sido la más afectada por el impacto de la Covid-19 entre los países de la zona euro. Por ello, el Fondo de Recuperación europeo ofrece una oportunidad única para tratar de paliar sus efectos. Es el momento de transformar la economía basándonos en la innovación y el conocimiento.

El profundo impacto de la Covid-19 en la economía española se sintetiza en que, en el segundo trimestre de 2020, el PIB español experimentó la mayor caída de la Eurozona debido a varios factores. En primer lugar, el peso que tienen en la economía española los sectores en los que más ha incidido la pandemia (comercio, turismo, hostelería, automoción, industria textil…), que representan alrededor del 25% del PIB. En segundo lugar, la enorme importancia de las micropymes en la estructura empresarial, más vulnerables al tener menor acceso a financiación externa y mayores costes en relación con los ingresos. En tercer lugar, la debilidad de las finanzas públicas ha hecho que la respuesta fiscal inmediata de España a la pandemia haya sido una de las menos generosas (un 3,7% del PIB frente al 13,3% de Alemania según el think-tank Bruegel).

Todo ello explica que la crisis por la Covid-19 esté teniendo unas consecuencias sociales lamentables. La tasa de paro se disparó en el segundo trimestre hasta el 15,3% y eso que las estadísticas no tienen en cuenta los 3,5 millones de trabajadores en ERTE. Además, la pandemia está teniendo un impacto desproporcionado en los más pobres y vulnerables, lo que se refleja en el aumento de la tasa de pobreza relativa. La Cruz Roja ha indicado que el volumen de personas a las que ha tenido que ayudar desde el confinamiento quintuplica las cifras de 2019 y la Federación Española de Bancos de Alimentos también reportó un alza de entre el 30% y el 40% en las solicitudes de ayuda.

Fondo de Recuperación: una ocasión que no se puede desaprovechar

Para superar los efectos de la pandemia, la UE ha creado el Fondo de Recuperación y Resiliencia, del que España podrá captar 140.000 millones de euros, una cantidad que pondrá a prueba la capacidad administrativa del país. Las dudas surgen por el bajo nivel de ejecución de los fondos estructurales europeos asignados a España para el periodo 2014-2020, ya que, hasta 2019, solo se había ejecutado un 34% a nivel nacional y un 22% en Andalucía.

Aunque todavía no está completamente definido el marco normativo para gastar estos fondos, la UE ya estableció antes de la crisis pandémica unos objetivos para España basados en empleo, I+D, cambio climático, educación y pobreza y exclusión social. En esencia, el propósito del Fondo de Recuperación es estimular la transformación económica y la modernización por lo que es el momento de invertir en capital humano y no en infraestructura física y superar la crisis transformando la economía basándonos en el conocimiento, en lo digital y todo ello en un entorno más ecológico e inclusivo.

La transición digital y ecológica

En el ámbito de la digitalización, el problema no son las infraestructuras. De hecho, la cobertura de fibra óptica en España es la más alta de Europa, pero existe una brecha digital. A nivel empresarial, el desafío es lograr una mayor digitalización de la industria y las empresas, sobre todo de las pymes, con el fin de mejorar su competitividad global y capacidad de exportación.

En cuanto a la transición ecológica, la transformación a una economía climáticamente neutra requerirá inversiones considerables, que deberían concentrarse en los sectores con mayor potencial de creación de empleo a corto plazo y mayor impacto multiplicador a largo plazo. 

Objetivos a corto y a largo plazo

Aunque las grandes directrices sean la transición digital y ecológica, éste no puede ser el único mensaje que se le transmita a los desempleados. A corto plazo, habrá un problema para mantener los ingresos de las personas y la capitalización de las empresas, y este es un reto microeconómico. Para abordarlo correctamente, será necesario actuar con una considerable eficiencia y las administraciones deberían apoyarse en entidades pegadas al terreno y con profundo conocimiento del tejido productivo y sus capacidades, como CTA.

Para gastar los fondos que nos ha asignado la UE, las administraciones deben evitar una errónea asignación de recursos y acabar financiando actividades y sectores que podrían financiarse por sí mismos, desatendiendo a los sectores más afectados por el coronavirus. En este sentido, las administraciones deben evitar verse atrapadas en falsos dilemas entre lo urgente y lo importante. El arte de la política consiste en hacer compatible lo urgente, que en este caso es impulsar la recuperación de los sectores más afectados, con lo importante, que es transformar el modelo productivo. Para alcanzar estos objetivos, es conveniente recordar que no hay política pública que tenga un mayor impacto sobre el bienestar de los ciudadanos que aprovechar los fondos asignados.

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