Economía

Larga vida a la caja

  • Logifruit es la empresa de las cajas verdes de Mercadona

  • Con su 'invento' de los envases plegables y procesos industriales de lavado ha logrado que estos envases 'vivan' ocho años

  • En Andalucía, donde prevé facturar 26 millones en 2018, ha realizado una fuerte inversión en la plataforma de Huévar

Plataforma logística de Logifruit en Huévar del Aljarafe (Sevilla)

Plataforma logística de Logifruit en Huévar del Aljarafe (Sevilla) / José Ángel García

Puede que el nombre de Logifruit le suene a muy poca gente, pero seguro que todo el mundo conoce las cajas verdes de Mercadona. Esta empresa es la que las mueve por toda España: surte de ellas a  proveedores e interprovedores de la cadena valenciana para que éstos coloquen ahí sus productos, los envíen a las plataformas logísticas de Mercadona. De ahí van a las tiendas y, tras su uso, vuelven vacías desde todas las tiendas a las plataformas de Logifruit para ser lavadas y reutilizadas.

Logifruit, cuya sede está en Valencia, no fabrica las cajas. Las compra al fabricante, las alquila a sus clientes (cada unidad por unos céntimos) y las intenta mantener 'vivas' el máximo tiempo posible. Gracias a modernos sistemas de lavado, mejora de materiales y algunas innovaciones, el ciclo de vida de estas cajas ha pasado de tres años de los inicios de la compañía, allá por 1996, a los 7,85 de 2017. Es el ejemplo máximo de economía circular. En el ejercicio pasado, 21 millones de envases 'protagonizaron' 277 millones de movimientos, de las plataformas de Logifruit a sus clientes, de sus clientes a las plataformas de Mercadona, de ahí a las tiendas y de ahí de nuevo a Logifruit para lavar las cajas y volver a empezar.

En 2017 propición 277 millones de movimientos con las 21 millones de cajas con las que opera

“Nosotros siempre decimos -afirma Ignacio Mora, director de Relaciones Humanas de Logifruit- que las empresas logísticas tienen que ser invisibles; si hacemos bien nuestro trabajo, no tenemos por qué ser conocidas”. Efectivamente, si hay cero problemas de seguridad alimentaria, como es el caso, permanecen en un segundo plano, pero eso no quiere decir que su labor no sea importante.

Por ejemplo, más allá de la seguridad alimentaria, Logifruit ha contribuido al recorte de emisiones y a la eficiencia en el transporte con una innovación: las cajas plegables. La firma empezó con envases rígidos sólo para fruta y verdura (de ahí su nombre) pero con los años fue diversificando y también comenzó a trabajar con carne, pescado e incluso cosmética. En 2004 introdujo estas cajas plegables, primero para las más altas y ahora para las más pequeñas (12 centímetros de altura), y el año que viene espera completar la conversión de todas las unidades. El ahorro de espacio es muy importante: “Llenamos los camiones al máximo, del suelo al techo”, dice Mora, que añade que ahora un palé puede llevar el triple de envases al ser plegables. Hay otra ventaja más. Antes, con las cajas rígidas, una rotura o defecto podía inutilizar el producto. Ahora, si el daño es en uno de los laterales simplemente se sustituye una de las partes.

Al ser plegables las cajas los palés se llenan el triple que antes

Otro elemento que llama la atención de Logifruit es que sigue procesos industriales sin fabricar nada. Sus plataformas están muy automatizadas y, nada más llegar las cajas, estas pasan por un túnel que en realidad es una enorme lavadora industrial, que pasa por todas las fases: prelavado (en el que se eliminan los primeros restos), lavado con detergente, aclarado (en el que se elimina el detergente), y secado, para el que se utilizan centrifugadoras. En la plataforma de Huévar (Sevilla) se han invertido 3,3 millones de euros, entre otras cosas, en una nueva lavadora y centrifugadora, que han permitido aumentar el número de cajas lavadas. Éstas se cuentan por miles a la hora, lo que da una idea de la dimensión del proceso.

Logifruit tiene, en Andalucía, plataformas en Huévar, Antequera (Málaga) y Guadix (Granada), pegadas todas a las de la propia Mercadona. Es una empresa que ha crecido al ritmo de la cadena valenciana y que incluso nació “de una necesidad en cuanto a los envases” de la propia Mercadona. “Nuestro presidente, Pedro Ballester, se puso en contacto con ellos para satisfacerla, y de ahí surgió la empresa”. Pese a esta fuerte vinculación -sus valores son idénticos y los clientes también- Logifruit ha podido crecer más allá de Mercadona y expandirse a Portugal, Francia y Marruecos. Esto es así porque los propios interproveedores y proveedores de Mercadona con los que trabaja -846 en total- han requerido de sus servicios fuera de nuestras fronteras. “Solemos decir que nos hemos internacionalizado sin darnos cuenta”, dice Mora.

26 millones de facturación en Andalucía

Dado el peso andaluz en la producción de alimentos, es lógico que la región concentre una buena parte de la facturación de Logifruit. En concreto, aquí prevé facturar por valor de 26 millones de euros en 2018, que será seguramente alrededor el 20% de su cifra de negocio total, 112 millones de euros en 2017. Cuenta con 246 trabajadores (de 1.075 en total) en la Comunidad, todos con empleo estable: 91 en Antequera, 54 en Guadix y 101 en Sevilla. Y ha invertido 12 millones de euros en 2018, en compra de envases y maquinaria fundamentalmente, aunque en Sevilla ha habido una fuerte apuesta de 3,3 millones de euros en automatizar el proceso de las cajas plegables -para reducir el esfuerzo físico del trabajador- y en una nueva lavadora y centrifugadora.

La importancia de los valores

Igual que Mercadona, Logifruit se afana en la satisfacción de todos los integrantes de su cadena: clientes, trabajadores, proveedores, sociedad y capital. Y, además, incorpora una serie de principios, como el liderazgo holístico. “Es un liderazgo en 360 grados, en todas las direcciones; si un igual o alguien que está por encima hace algo que creemos que esta mal, se lo decimos”, señala Ignacio Mora. Se ha inventado hasta un acrónimo, Color, que son las iniciales de conservación, orden, limpieza, organización y sin riesgos siempre. Lo ponen por encima, incluso, de la seguridad, porque “si tenemos todo en orden y bien organizado nunca tendremos un camión de mercancías bloqueando un paso de peatones”. Él mismo es el director de Relaciones Humanas, y prefiere llamarse así en vez del clásico recursos humanos.

El plástico nunca se tira

A lo largo del tiempo, Logifruit ha ido utilizando plásticos más resistentes -para evitar las roturas- y bacteriostáticos, para que no se puedan pegar las bacterias a la caja. De momento, no se ha inventado ningún envase de otra cosa que no sea plástico, al menos no con su eficiencia. “Lo importante es que sea ergonómico, que dé calidez para que se venda bien el producto, que tenga la máxima resistencia posible, que sea fácil de limpiar y que se seque bien. El plástico es lo ideal”. Logifruit ensaya ahora con una línea de investigación con bioplásticos, pero de momento sólo se han hecho pruebas. De todas formas, pese a la mala prensa de este material, cuando una caja no sirve, se tritura y se envía a una fábrica para que se use como material para hacer más cajas. Otra vez la economía circular. En ningún caso hay desperdicio ni daño al medio ambiente.

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