Segunda conferencia del ciclo organizado por el Consejo Social de la Universidad de Almería (UAL), a través de la Comisión de Estrategia y Relaciones con la sociedad que preside José María Rossell. Tras la primera de ellas el martes, el auditorio de la UAL albergó una nueva charla magistral, en esta ocasión, con Manuel Molina, director de Hosteltur, dentro de la iniciativa con estudiantes de Turismo y Ciencias Económicas, con el objetivo de acercarles al mundo empresarial.
Desde la cercanía a los datos del sector que proporciona Hosteltur, como medio especializado en información turística, Molina dio una conferencia bajo el lema ‘Hospitalidad, el reto de los destinos de éxito’, con la que dio las claves para poder gestionar la masificación que se está registrando en determinadas zonas, de forma que sea compatible con la sostenibilidad de los mismos, logrando así un movimiento de usuarios ordenado y capaz de convivir con esa determinada población o su hábitat.
“Hoy un viajero puede sacar billete por internet, hacer el checking en el aeropuerto y en el hotel” y no queda tanto para abrir su habitación por reconocimiento facial, recibir el almuerzo se a través de un robot o que un coche automático sin piloto le llevará al aeropuerto, explicó. “El turismo sin la clásica atención al cliente, sin personas ya está aquí. A pesar de ello, el turismo seguirá necesitando personas, pero no personas cualesquiera. La clave de futuro, que afecta a la hospitalidad, es el valor añadido que se pueda aportar a las empresas, la capacidad de interpretar los datos, las dotes comerciales y de comunicación. Es decir, seguiremos necesitando personas preparadas y empáticas”, afirmó.
El director de Hosteltur apuntó que en 2030 se prevén 10.000 millones de viajes en el mundo. La llegada de estos “ha crecido a una velocidad que ha puesto en peligro la sostenibilidad, por lo que se puede morir de éxito”.
Ante este desafío, reconoció que hay ciudades que ya han empezado a rechazar al turista. Han comenzado a verlo de forma hostil, como Venecia o Barcelona, donde ha habido, incluso, ataques, y sus ciudadanos creen que el turismo es uno de los mayores problemas que tiene la ciudad, en algunos casos, por delante del paro. Además, se han sumado nuevas “palabras al relato”, entre ellas, la lucha contra el cambio climático de Greta Thunberg, una joven que ha demonizado los viajes en avión y que, mientras ella viaja en tren para impulsar su movimiento (ha llegado a cruzar el Atlántico en velero), todo su equipo se mueve por vía aérea. “El 57% de las llegadas internacionales son en avión, de ahí el impacto de Greta y mensajes similares”, indicó.
A pesar de ello, “la buena noticia es que hay margen para reaccionar”. dijo. Ello pasa por reconciliar a los residentes con los visitantes y adoptar una planificación cuidadosa que respete los límites de capacidad y las especificidades de cada destino. “Cada zona debe adoptar sus líneas de trabajo, quitar presión en determinadas zonas y horas”, señaló y recordó que este turismo masivo no solo se da en ciudades. También en zonas recónditas, como el Everest (Nepal) y el Uluru (Australia), donde se ya se han hecho famosas las fotos que se han visto en redes sociales sobre largas colas en los ascensos a estas cimas.
Para buscar una solución adecuada, aconseja que sean “los propios agentes turísticos” los que arreglen esta situación por sí mismos, no pueden dejar que sean agentes externos los que den soluciones, a la vez que se busquen alternativas de transporte más eficiente energéticamente, en definitiva, más sostenibles.
Ante un foro de estudiantes, Molina aprovechó para asegurar que las futuras generaciones serán parte de la solución, gracias a su preocupación por el medio ambiente o su manejo de idiomas, pero les recordó la importancia de actuar en situaciones distintas, aplicando la inteligencia emocional y la creatividad. “Un conjunto de habilidades básicas, que deben aparecer en el currículum y también capacidades que no están en él, como resolver conflictos, trabajar en equipo, manejo y aplicación de datos para recomendaciones estratégicas o capacidad de comunicar.
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