La Real Balompédica Linense (Segunda B) continúa invicta en pretemporada después de imponerse ayer al Córdoba Club de Fútbol (Segunda) por 1-0 en un amistoso disputado en el estadio Municipal. El tanto balono llegó al comienzo obra de Abel Suárez, que culminó una gran jugada y contó con la colaboración del error del guardameta visitante Stefanovic.

La Balompédica de Jordi Roger volvió a subirse la autoestima. Lo hizo con una victoria de ley ante el Córdoba de Francisco, un rival de superior categoría, algo a lo que se está acostumbrando la Recia en sus periodos de preparación año tras año. Los albinegros enlazan ya cinco ensayos sin conocer la derrota. Un dato meramente testimonial que habla muy bien de la seriedad con la que están afrontando los blanquinegros el verano.

El enfrentamiento comenzó falto de ritmo y con imprecisiones en los dos equipos, que tampoco tenían prisa por encarar la portería contraria. En el minuto doce, un error garrafal del portero cordobesista Stefanovic brindó a Abel Suárez la oportunidad de adelantar a los anfitriones. Una gran jugada de la Balompédica, en la que Ahmed coló entre la defensa un sensacional pase, que buscó y remató el tarifeño Juampe. El meta califal realizó una parada que dejó solo a Abel para que marcase el primer gol del partido.

La Balona se atrevió a mirar de frente a su rival, bien por no haber nada en juego, bien por la mentalidad que Roger quiere instaurar en sus jugadores. Otra ocasión con peligro llegó en la fuerte presión que ejercieron los albinegros, a los veinte minutos. Stefanovic tuvo que enviar el esférico a campo contrario con un patadón ante la presencia de Ahmed, muy insistente y que empieza a gustar entre los aficionados.

Al Córdoba le costó crear juego, se notó que tiene aún apartados que pulir en lo que queda de verano. A la media hora de encuentro, el Córdoba quiso avisar que se trataba de un equipo con pegada y Quiles conectó un remate de cabeza que se fue rozando el travesaño a la salida de un córner. El equipo blanquiverde estuvo cerca de empatar el envite, aunque fue una jugada aislada y lo más peligroso hasta el momento.

La réplica albinegra llegaría en botas de Juampe. Un auténtico misil a la escuadra desde una posición sin ángulo, que salvó el cancerbero cordobesista con una gran estirada. Lo mejor de la primera parte lo mostró la Balompédica, ante un Córdoba que aún requiere rodaje. El susto en este periodo lo dio Ahmed, que salió del campo con las asistencias médicas doliéndose de un golpe, que quedó en susto y nada más. Alberto Quiles fue el mejor de los blanquiverdes en la primera parte, algo que volvió a demostrar en acción individual con un disparo desde dentro del área. No obstante, lo más peligroso del Córdoba llegó a través de jugadas de estrategia.

En la segunda mitad, el equipo cordobés apretó fuerte buscando igualar la contienda. Pese a ello, la Balompédica resistió las acometidas blanquiverdes y tuvo sus ocasiones para aumentar la ventaja, hasta que el equipo califal fue desinflándose poco a poco. De nuevo, el tarifeño Juampe levantó de sus asientos a los aficionados a la vuelta de vestuarios con un golpeo desde fuera del área, que pudo acabar en golazo. Salió desviado por muy poco.

Quim Araujo respondió a la jugada siguiente con un derechazo que rozó el palo izquierdo defendido por Montoya. Un Córdoba que mejoró en el segundo tiempo con la entrada al campo de jugadores de mayor bagaje como Jovanovic o el propio Araujo. El elenco balono fue inteligente adecuándose al partido, presionando cuando tuvo que hacerlo, saliendo al contragolpe para complicar a un rival que fue incapaz de perforar la portería local.

A ocho del final, Gato y Ahmed estuvieron a punto de levantar de sus asientos a la afición con una jugada de contraataque magistral, en la que solo faltó la definición. El atacante hispano-argelino jugó en esta ocasión de referencia ofensiva ante la ausencia de Juan Delgado, único delantero en plantilla.

La Balompédica llega al XXXI Trofeo Ciudad de La Línea dejando buenas sensaciones, progresando adecuadamente y dando alegrías, pero con mucho que trabajar todavía.