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Con sello de ganador

  • El Algeciras, espeso y sin brillo, encuentra con trabajo, oficio y pegada la vía del triunfo en Conil Josemi para un penalti en el 29' Joselu y Caba marcan para el líder

Hay partidos para sufrirlos y disfrutarlos y otros simplemente para ganarlos. Como un trámite administrativo, el Algeciras Club de Fútbol sumó ayer otros tres puntos, otro triunfo y van diez en las últimas doce jornadas, cinco de forma consecutiva. El líder no concede lugar a las dudas y hasta cuando las cosas se enmarañan, como fue el caso ayer en Conil, es capaz de encontrar una salida. Con Josemi deteniendo un penalti, con un pase maestro de Mario, con una asistencia de Willy, con un remate de puro nueve de Joselu o con un tanto de necesidad, rabia y fortuna de Caba. Los de Mere, a base de trabajo y paciencia, y una pegada que va a más, siempre encuentran una vía para tachar compromisos del calendario dejando su sello ganador.

El encuentro tenía una cara desagradable. El Conil CF venía con ganas de resarcirse de dos dolorosas derrotas, el campo era de un seco césped artificial y unas dimensiones complicadas. Pero la principal virtud de los albirrojos, al menos por ahora, es que es capaz de transformarse y adaptarse a las circunstancias. El gen camaleónico habla muy bien del trabajo técnico y de la capacidad de la plantilla, que se siente cuando tiene que jugar con el balón y cuando tiene que trabajar los espacios.

La primera parte fue mala. El Conil apostó por el orden defensivo y por guardar las espaldas para frenar al Algeciras. Ante eso, la mejor opción de los albirrojos fueron los costados con Willy a pierna cambiada -si sigue así le va a costar a Mere sacarlo del once- y el lateral Melchor incorporándose desde atrás; y con Antoñito y Antonio Jesús en la zurda. Pero el balón, casi siempre en poder albirrojo, no circulaba con velocidad, el Algeciras estaba espeso y el rival siempre veía el peligro de cara, sin sorpresas.

En el minuto 20, el colegiado anuló la mejor ocasión de los visitantes, que acabó en gol de Willy pero, al parecer, en fuera de juego. Si lo era, era justo.

Nueve minutos después llegó la jugada que pudo cambiar el panorama del encuentro. Pedrito se planta en el área y en el balón dividido el meta Josemi derriba al jugador. Penalti y tarjeta amarilla. Acierto del colegiado. El portero del Algeciras está a dando una tremenda seguridad entre los palos durante toda la Liga pero todavía no había tenido ocasión de erigirse salvador del encuentro. Hasta ayer. Josemi aguantó bien y despejó el disparo desde los once metros del conileño Crespo.

Suspiró el algecirismo -mucho en las gradas, casi tanto como afición local- y de ahí hasta el descanso poca historia. El encuentro estaba trabado. ¿Quién lo desentrabaría? De alguna manera fue Mere, que introdujo a Caba por Manzano, y con Iván y Mario el centro, la pelota corrió más y mejor y la entrada Caba le dio mucha alegría en el juego interior, en tres cuartos de campo.

Como el pasado domingo, el Algeciras abrió la lata al poco de empezar el segundo acto. Mario, el jugador perfecto para este tipo de partido y superficie, hizo un inteligentísimo cambio de sentido que le llego a Willy, cada vez más fino y más trabajador, que puso un balón en el corazón del área pequeña, en la que Joselu desvió al interior de la red. Minuto 47 y el Algeciras había conseguido hacer lo menos posible.

El Conil quiso buscar el empate pero sin profundidad, con una defensa albirroja sólida y que el único resquicio lo volvió a salvar Josemi con una enorme intervención.

Con espacios, el Algeciras tenía más llegadas y más peligrosas. Iván, haciendo muy bien de su maestro Javi Chico, y Mario mantuvieron a raya al contrario. Joselu, goleador casi en la única que tuvo, hizo un trabajo enorme aguantando la pelota, ganando metros ante una defensa del Conil precipitada, cargándose de faltas. Hasta que en el 75' se quedó con diez por doble amarilla a Lucía. Diez minutos después, el colegiado dejó con nueve a los conileños al expulsar, también por doble amarilla, a Raúl, que hizo une entrada dura a Willy. Caba tomó responsabilidades en la falta y su disparo lo desvió un defensa y se coló para hacer la sentencia. Un gol necesitado para el jugador y para redondear una mañana, no brillante pero sí redonda para el líder.

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