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Dos no se pelean si uno no quiere

  • Liderato España logra la primera plaza del grupo al derrotar a una indolente Francia que jugó a no ganar Cruces Los de Scariolo se medirán con Eslovenia o Finlandia

La selección española ganó una Francia que no opuso resistencia por 69-96, en un partido tedioso y carente de tensión que los galos convirtieron en una auténtica farsa al reservar a Tony Parker y Noah y en la que el resto de jugadores nunca se empleó a fondo mostrando una evidente falta de combatividad.

España será primera de grupo y jugará los cuartos de final el próximo miércoles, con el vencedor del Eslovenia-Finlandia de hoy, mientras que Francia, cuyo choque será el jueves, lo hará contra Grecia. Fue la elección de los galos, que quizá mirando más allá, quisieron evitar en una posible semifinal a Lituania, el anfitrión, al que sí pueden tener los de Sergio Scariolo en su camino hacia la final.

Francia comenzó con Parker y Noah en el banquillo, y sin prestar demasiada atención al desarrollo del partido. Tampoco España fue con todo en esos primeros minutos, en los que los menos habituales tuvieron más protagonismo que en días atrás en un encuentro que otorgaba la primera plaza del Grupo E.

La falta de tensión fue la tónica generalizada del duelo. Nadie sabía realmente qué era mejor: si quedar primero o segundo de grupo, por los cruces de cuartos de final y los posteriores de semifinales y los dos equipos se dejaron llevar.

Navarro salió con la mira perfectamente ajustada, 4/4 en triples, pero las personales no le permitieron estar sobre la pista más que ocho minutos. Otro dato: al descanso (38-39) habían saltado todos los jugadores españoles a la cancha, excepto Víctor Claver, y todos los franceses, menos el lesionado Gelabale y los reservados Parker y Noah.

Las defensas fueron muy permisivas y los ataques adolecieron de rigor, convirtiendo el choque en un intercambio de canastas tedioso y sin interés, salvo por alguna acción aislada y particular meritoria. La selección española subió ligeramente la tensión de la defensa y en 80 segundos consiguió un parcial de 0-7, después de tres robos de balón y otros tantos contragolpes. La diferencia se amplió con un 2-18 de parcial en cuatro minutos. Los franceses estaban consiguiendo su objetivo, perder.

Y como estaban empeñados en conseguirlo, España acabó con un parcial de 10-29 en el tercer parcial. El encuentro se convirtió en una auténtica farsa, en la que los españoles, sin comerlo ni beberlo, se vieron inmersos.

Si los tres cuartos anteriores fueron de aquella manera, el último no se salió de la media. Más minutos de la basura a repartir entre los menos habituales. La FIBA debería tomar cartas en el asunto y multar de forma muy importante a los franceses por falta de combatividad. No quisieron ganar, pero es que casi ni quisieron jugar.

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