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La odisea de Moha llega a su fin

  • El futbolista relata su inesperado viaje a Ghana para solucionar el visado tras un año de eterna burocracia

  • "Ya puedo jugar con el Algeciras, gracias al cariño de mucha gente", agradece

Moha, en el estadio Nuevo Mirador.

Moha, en el estadio Nuevo Mirador. / erasmo fenoy

Ahora sí que sí. Nasif Moha ya es un algecirista con todas las de la ley. El delantero africano puso fin a su odisea con un viaje inesperado pero necesario a Ghana para obtener el visado que ya le permite jugar con el primer equipo del Algeciras CF en Tercera. Podría debutar el próximo domingo en Ceuta, la semana siguiente en el Nuevo Mirador o dentro de un mes. La decisión queda en el criterio del entrenador, José Antonio Asián.

"Todo está arreglado ya". Son las palabras que Moha no para de repetir, pleno de satisfacción y agradecimiento. El futbolita cumplió el pasado diciembre un año desde que arribó a Algeciras tras cruzar el Estrecho en patera. Encontró a la familia albirroja o ellos le encontraron a él, qué más da, y desde entonces ambos iniciaron una interminable carrera para poner en regla los papeles de un chico que sueña con una vida mejor y con hacer del fútbol su vida.

El delantero resalta que "el alcalde ha ayudado mucho" en las últimas gestiones

Después de que hace un mes la directiva del Algeciras anunciase que los papeles de Moha estaban a punto, un último contratiempo frenó la documentación. Fue entonces cuando la intervención del alcalde de la ciudad, José Ignacio Landaluce, resultó clave ante el Ministerio de Asuntos Exteriores. "El alcalde ha ayudado mucho", desvela Moha.

El Algeciras y Moha tuvieron que disponer la pasada semana un viaje a Acra, la capital de Ghana. "Fui hasta Lisboa y desde allí un vuelo directo a Acra, a la embajada española", cuenta el jugador, que nació en Togo pero posee la nacionalidad ghanesa por su familia materna.

"Sólo fueron cuatro días y casi no pude ver a mi familia, pero ellos estaban muy contentos por mí, porque ya voy a poder jugar con el Algeciras", explica Moha, que no pensaba volver tan pronto a África, algo que espera poder hacer con más tiempo cuando acabe la temporada y así ver a su hermana pequeña.

El albirrojo dice que en Ghana "las cosas van bien y la ciudad está tranquila, aunque hace mucho calor", nada que ver con la situación de conflicto que se respira en Togo, su otra tierra. Aunque la directiva del Algeciras temía que el viaje se pudiese alargar, Moha se sintió seguro en todo momento.

Solucionada su residencia en Algeciras y su documentación, Nasif Moha ya puede dedicarse a pensar sólo en el fútbol, aunque por las mañanas echa una mano en el concesionario Hyundai del presidente. "Yo ahora a trabajar mucho y estar centrado para cuando el míster me dé una oportunidad. Sólo tengo que pensar en eso", subraya.

El día que Moha debute con la camisola algecirista se cumplirá un nuevo capítulo de una historia que va más allá del fútbol y que ha tocado la fibra de los aficinados albirrojos.

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