Tres carreras disputadas y cero victorias. El balance de Mercedes en el inicio de la temporada de Fórmula 1 es desalentador y hasta Lewis Hamilton duda. Tras quedar cuarto el domingo en el Gran Premio de China, el inglés tuvo una reunión con los máximos dirigentes de la escudería, pero de momento parecen no haber encontrado respuestas al mal presente de su equipo.

La única buena noticia es que, a pesar de todo, sus opciones de retener los títulos de pilotos y de constructores, permanecen intactas pues esto sólo acaba de empezar. "Ha sido un fin de semana para olvidar", señaló tras la carrera el británico, quien incidió en los continuos problemas que sufrió: "No tuve la velocidad que tengo normalmente. Estuvimos por debajo de los esperado, pero no voy a bajar la cabeza porque sé que tenemos una gran batalla por delante", añadió.

De todas maneras, Hamilton pudo recortar distancias con Sebastian Vettel, que fue octavo. La diferencia entre ambos (nueve puntos), bien podría ser mayor, pues el alemán, ganador de los dos primeros grandes premios del año, iba camino de un podio en Shanghái cuando un temerario adelantamiento del holandés Max Verstappen le arruinó la carrera.

Hamilton, en cambio, nunca tuvo el ritmo para pelear con los de arriba. De hecho, lidió con problemas de neumáticos casi todo el fin de semana. El jefe de Mercedes, Toto Wolff, admitió que este inicio de temporada no es el mejor para su equipo y habló de "limitación de daños" en un circuito en el que Mercedes había ganado siempre desde 2013. "Todavía tenemos mucho que entender de nuestro coche y sobre cómo obtener lo mejor de las ruedas".

Y mientras tanto Hamilton sigue sin firmar su último contrato con la escudería alemana. Pese a que ambas partes llevan semanas diciendo que sólo falta la rúbrica, ésta todavía no ha llegado. "Para mí es el mejor piloto de la parrilla, pero los mejores también tienen días en los que no están al cien por ciento", indicó Wolff.