Fútbol l Segunda división B

Ha muerto Antonio Sáez

  • Emblemático aficionado, cuidó el césped del viejo y el Nuevo Mirador durante 14 años

Antonio Sáez, ex directivo y emblemático aficionado del Algeciras, falleció en la mañana de ayer en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz a los 79 años.

Murió tras pelear durante meses contra una enfermedad que le impidió aparecer por los partidos del equipo de sus amores, al que dedicó buena parte de su vida y en el que marcó una época con su labor diaria como jefe de mantenimiento de los dos estadios, el viejo y el Nuevo Mirador. Antonio Delgado Sáez era sobre todo un apasionado aficionado algecirista y un experto jardinero que cuidó con sabiduría de los terrenos de juego donde pisaba su Algeciras durante años. Tal era su profesionalidad y su constancia y tal la pasión con que cuidaba del césped que su habitual presencia en los dos campos mañana, tarde y noche le convirtió casi en un padre para muchos de los futbolistas que han pasado por la entidad albirroja, sobre todo durante la etapa como presidente de Bernardo Martín Godoy.

Futbolero como pocos, llegó a hacer sus pinitos en el Castañeda antes de emigrar a Francia en busca de oportunidades laborales que aquella España no servía. Allí, en el país galo, fue donde tomó contacto con la maquinaria y la jardinería, unos conocimientos que a su regreso empezó a aplicar en la asociación de vecinos de la barriada de El Rinconcillo y que llamaron la atención de Bernardo Martín, que poco antes había accedido a la presidencia del conjunto albirrojo y no dudo en requerir sus conocimientos.

Pronto empezó a dedicar toda su atención al césped del viejo Mirador, al que trataba con un cuidado exquisito y con un celo a veces desmesurado. Su carácter afable se tornaba en cascarrabias cuando alguien ajeno al equipo, pongamos que un periodista, pisaba la pradera con intención de entrevistar a algún jugador o entrenador.

Muchos de los que le conocieron destacan sobre todo su brutal sinceridad. En Europa Sur en febrero de 2003 se narraba una anécdota que ilustra su personalidad: "Poco después de inaugurarse el nuevo estadio, cuyo césped e instalaciones cuidaba con el mismo ahínco -cuentan que llegaba a plantarse allí a las cuatro de la mañana los días que había partido, para revisarlo todo- empezaron a oírse críticas sobre el estado del terreno. Sobre todo un día en el que estuvo especialmente pesado. La prensa no pasó por alto ese detalle y, al día siguiente, Sáez se encargó de llamar a este periódico para asumir por completo la responsabilidad. Me equivoqué en el tiempo de riego. Lo programé para tres cuartos de hora cuando era para sólo un cuarto. Ha sido culpa mía y de nadie más, dijo".

Antonio Sáez nunca cobró un duro por ese trabajo y siguió sin hacerlo cuando empezó a dedicarse al campo de La Unión, en Los Pastores, e incluso al Enrique Talavera.

En la grada algecirista era conocido por la costumbre de fumarse un puro cuando su Algeciras marcaba un gol y no digamos cuando ganaba.

Ya retirado del club albirrojo después de catorce años, la directiva que por entonces encabezaba José María Núñez rindió un emotivo homenaje a Antonio Sáez, al que impuso la insignia de oro de la entidad en presencia de amigos, directivos y algunos de los periodistas con los que bregó durante años. Sáez, que visiblemente emocionado -apenas pudo articular palabra- calificó el acto de inolvidable.

Ayer la entidad emitió una nota de prensa en la mostró su hondo pesar por el fallecimiento y anunció que guardará un minuto de silencio en el próximo partido en casa.

El cuerpo sin vida de Sáez fue velado ayer en el tanatorio de Los Pinos y hoy, a las tres de la tarde, será incinerado en Botafuegos.

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