Italia-España

El kilómetro final de un entrenador cansado

  • Sin llegar a afirmar que dejaría la selección tras la Eurocopa, Del Bosque ofrece síntomas de hastío.

Llegaron las eliminatorias de la Eurocopa de Francia, seguir o marcharse a casa, y con ellas Vicente del Bosque inicia su cuenta atrás como seleccionador español de fútbol. Porque a partir de ahora cualquier partido puede ser su último partido.

"Estoy en mi kilómetro final", aseguró antes del torneo el veterano entrenador de 65 años. Del Bosque siempre evitó asegurar categóricamente que cuando acabara la Eurocopa dejaría la selección y todo lo que quedan son indicios y pistas, aunque reveladoras. Los días que le quedan a Del Bosque como entrenador parecen ir de la mano del presente campeonato.

España juega hoy ante Italia los octavos de final del torneo continental. Un partido que se anuncia durísimo. Y, qué curioso, será en el estadio parisino de Saint-Denis, aquel que cobijó el primer gran triunfo de Del Bosque como técnico. Fue como entrenador del Real Madrid, el 24 de mayo de 2000, cuando conquistó la primera de sus dos Ligas de Campeones.

Entonces, era un Del Bosque 16 años más joven y diferente al de ahora. Había tomado las riendas de un equipo en descomposición que se aferraba a la Liga de Campeones como única tabla de salvación para salvar una temporada desastrosa. Y Del Bosque lo logró.

Ha pasado el tiempo, tres lustros nada menos, y se ve a un entrenador incapaz de disimular la erosión que provocó en él una larga etapa de ocho años de seleccionador y la aparición de un sector crítico tan minoritario como ruidoso.

Ya no es el Del Bosque que guiñaba un ojo y sonreía de lado para ofrecer una respuesta ingeniosa e irónica a una pregunta cargada de intención. Ahora, el seleccionador nacional muestra cierta amargura y decepción al ver cómo ha ido cambiando el mundo del fútbol y la forma de ejercer la crítica durante los últimos años.

Así lo expresó el sábado en Radio Marca: "Se destaca siempre si hay algo malo. La maldad por la maldad. Y además no sale beneficiado nadie. Porque se pueden meter conmigo, me da igual. No tengo nada que perder. ¿Pero la selección? Es imposible. De desazón, de auténtica desazón. De tristeza. Ésa es la palabra. Desazón, tristeza...", se lamentaba el entrenador.

Ya antes de la disputa de la Eurocopa, advirtió en relación a las críticas recibidas: "Vivimos una época de extremismos".

Son todos detalles que permiten dibujar el retrato de un hombre hastiado, casi harto de tener que responder a preguntas parecidas, rueda de prensa tras rueda de prensa. Y eso que está siendo una concentración relativamente apacible durante la reciente Eurocopa. Casos como los de David de Gea o Pedro fueron tratados por la prensa, en general, de forma más benigna de la esperada.

Pero no solamente el rostro y las frases de Del Bosque permiten atisbar su próxima llegada al "kilómetro final" en la selección española. "Estoy jodido", decía antes de la Eurocopa cuando le preguntaban por su cadera, donde padece una artrosis avanzada. Cada vez tiene más problemas para caminar y apenas se mueve en los entrenamientos.

La Eurocopa ha entrado en su fase definitiva. También para un Del Bosque que antes de marcharse quiere dejar escrita su última obra. A pesar de tanta desazón reinante en el ambiente. Los tiempos cambian. La gente también. Pero hay veces en las que seguir los tiempos resulta demasiado tedioso.

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