Hace ahora justo un año, un grupo de unos 25 amigos se subía a un autobús rumbo a Sanlúcar de Barrameda para ayudar en la salvación de la Unión Deportiva Los Barrios. Aquel día vio la luz el Comando Chicharrón, una peña de aficionados barreños que se convirtió en un acicate para que el equipo de la Villa obrase una permanencia heroica en Tercera. Esta temporada afición y club han dado el salto y sueñan con jugar por el ascenso a Segunda división B. Hoy en día es inimaginable la foto del San Rafael sin su grada de animación.

El Comando Chicharrón es un ejemplo de cómo se debe vivir el fútbol antes, durante y después de un partido. Estos amigos, que ya van casi por cien, montan una auténtica fiesta cada vez que la Unión comparece en casa y, cuando hace falta o el bolsillo lo permite, se llevan la fiesta fuera. “Animar, cantar, apoyar y disfrutar” son las consignas de este colorido grupo que rechaza la más mínima señal de violencia desde el primer día: “Somos los ultras pacíficos”, dice con orgullo el presidente del Chicharrón, Miguel González.

“Nuestra filosofía es pasarlo bien, estar con el equipo y disfrutar de todo lo bonito del fútbol, que es mucho”, sostiene el socio barreño.

La filosofía del Comando no está reñida con la guasa: “Nos gusta el cachondeo, por supuesto, pero tenemos muy claro que quien quiera estar con nosotros debe ser siempre desde el respeto a todo el mundo, futbolistas, rivales, árbitros... estamos aquí para pasar un buen rato con nuestra Unión y para dejar la mejor imagen posible de Los Barrios”, subraya Miguel González.

El Comando Chicharrón se toma con humor muchos de los lances que suelen acontecer durante un partido de fútbol: “Cuando el árbitro nos pita una falta le cantamos “no estoy de acuerdo” o cuando un jugador rival ve la tarjeta amarilla le coreamos “violento”, pero con un tono de guasa y de ironía, siempre desde el buen humor”, relata el presidente, que a veces ve “como al linier se le escapa una sonrisilla”.

Los colores gualdiverdes de la Villa visten a estos hinchas con bufandas, banderas, sombreros... y suelen llevar bombo y otros instrumentos para animar a la Unión desde un sector del San Rafael cada vez más nutrido de público. “Es verdad que se nos suma mucha gente, muchos niños, y nosotros estamos encantados porque lo que queremos es ver lleno el campo”, afirma González.

"Tenemos guasa y le cantamos al árbitro y a los rivales, a algunos se les escapa una sonrisa”

El exfutbolista barreño Ángel Pirri o el entrenador Calos Ríos (Charlie Rivers para la peña) tienen su particular pancarta en el Chicharrón, donde las puertas están abiertas “a todo el mundo, todo el que se sienta simpatizante de Los Barrios y quiera vivir la fiesta del fútbol con nosotros tiene un sitio aquí”, insiste el dirigente.

El grupo espera constituirse formalmente en asociación, aunque ya funciona como tal. Cuenta con una directiva, con portavoz y con gestor de redes sociales, una herramienta en la que se muestran activos e interactúan con los futbolistas y otras aficiones. “Nos gusta estar cerca del equipo, sobre todo cuando las cosas van mal y hace falta el aliento. Pero ahora que estamos ahí soñando con la liguilla también lo estamos y queremos celebrar una convivencia dentro de poco para dar otro empujoncito”, señala el aficionado.

En un fútbol cada vez más globalizado y dominado por las televisiones, el fútbol modesto sobrevive a duras penas pero también deja historias como la del Comando Chicharrón, la demostración de que ese otro fútbol tiene futuro si está en buenas manos.