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El derbi premia al más fuerte (1-2)

  • Golpe El Algeciras, con goles de Willy y Llaves, se impone a la Unión en una intensa batalla en la que ambos lo dan todo pero los locales pagan el esfuerzo Efecto Los barreños caen por primera vez en casa y son penúltimos; los albirrojos, a uno del líder

El San Rafael fue escenario de una intensa batalla entre la UD Los Barrios y el Algeciras CF, que volvió a caer del lado algecireño. Los entrenadores más vanguardistas censurarían el juego visto en el derbi de la fría tarde noche de ayer pero, en un campo así los quiero ver, el choque estuvo cargado de la otra belleza, la del esfuerzo, el sacrificio por unos colores, la lucha titánica por cada uno de los balones, la concentración máxima y todo ello con nobleza. El partido, sobre todo la primera parte, pudo estar bien acompañado por una banda sonora de John Williams, el que compuso las música para Star Wars, porque la pelea en un terreno de juego inóspito, se le parecía a las de la celebrada saga. Y la fuerza, el físico, y en buena parte los galones y la pegada, acompañaron a unos algeciristas que con gran esfuerzo tumbaron a unos gualdiverdes a los que nada se les puede reprochar.

El triunfo era tan necesario para ambos como peligros encerraba la derrota. El Algeciras se colocó con la victoria de ayer a un sólo punto del Coria, el líder, y la Unión pagó la caída demasiado cara y se mete por primera vez esta Liga en descenso. El jueves puede arreglarlo en los 35 minutos restantes ante el Arcos, si el físico le acompaña y juega como ante los albirrojos, los barreños tienen muchas papeletas para llevarse una victoria que sería una gran dosis de oxígeno.

El Algeciras se puso serio, no tropezó dos veces con la misma piedra, igualó la intensidad rival y planteó un partido inteligente, sin querer hacer lo que no se puede, vistiéndose sus jugadores de gladiadores, mostrando una faceta camaleónica que tal vez tendría que ser más habitual en según qué campo y circunstancias. Sanlúcar metió a Willy buscando pegada en un duelo en el que el balón parado se presumía fundamental, y lo fue. Tobali, en el otro bando, expuso un equipo también guerrillero, sin Miguel arriba pero con Guti y Lucas, sacrificando calidad e incluso gol por trabajo desde la primera línea de ataque. La presión le funcionó, aunque terminó por pagar el esfuerzo con cansancio en la segunda parte, en la que fue peor que el contrario. En esto se notó, y mucho, que el conjunto visitante trabaja más como un equipo profesional. Lógico y de eso ni tiene culpa el entrenador ni los jugadores de Los Barrios.

La primera mitad tuvo mucha intensidad, muchos grados de derbi, en ocasiónes la pelota parecía jabón, se escapaba con facilidad del dominio de uno y otro equipo, imposible controlar por bajo. Una pelea de perro en el lenguaje futbolístico. El resultado de empate a uno al descanso fue justo porque los dos chocaron de la misma manera, ninguno fue capaz de subyugar al otro. La Unión le metió velocidad y verticalidad cuando tuvo el balón, a veces fue demasiado directo. Juan Llaves, que estuvo lento a los ocho minutos, y Willy dispararon desviados en las primeras ocasiones. Miki, bastante bien, puso la inquietud en la otra área.

Los dos conjuntos se movieron bien en ese mar de balonazos, de pelotas que iban y venían y fue el turno de la estrategía, que eran las jugadas en las que más tiempo daba para pensar. Pensó bien Willy en el 33'. Hizo lo que Sanlúcar le pidió, sacar a relucir su golpeo. En una falta en el pico derecho del área de la Unión, inexistente por otra parte, engañó a la barrera y al meta Goyo, le dio muy ajustado al palo y entró. 1-0 en el marcador del San Rafael.

Unos minutos duró la secuela del golpe a los barreños. Albi, que está haciendo una de sus mejores temporadas, levantó el ánimo a los suyos con un impresionante testarazo. Centró Miki, metidísimo, y apareció el barreño en el segundo palo para dar un cabezazo inapelable para Romero. Y el Algeciras se tiene que hacer mirar lo de los remates a balones parados, lleva dos goles encajados en dos jornadas y eso que es uno de sus fuertes. Las tablas, en el 37', hicieron que todo volviese a su punto inicial y tras una ocasión para Mario que paró bien Goyo, llegó el descanso.

A la vuelta, el panorama cambió. La Unión salió con mucha menos fuerza, sin la presión atosigante sobre el Algeciras, Iván y Mario calmáron las aguas revueltas y los visitantes tomaron la iniciativa, aunque sin demasiado peligro, el justo. Se apreciaba que si los albirrojos eran capaces de marcar, los gualdiverdes iban a tenerlo complicado para reponerse porque Ismael, tocado, Lucas y Guti ya no eran tan intesos como antes. Lógico, son humanos.

En esa coyuntura, apareció por fin el gol de Juan Llaves. Hasta hoy en la Liga estaba peleando como el que más pero se le exigía más goles y, sobre todo, ser tan decisivo como lo fue en otros equipos. Ante su excompañeros, en un campo en el que se mueve como nadie y que le abrieron las puertas de Tercera de par en par, fue el jugador desequilibrante. Enganchó un centro de Iván desde la derecha para poner el balón inalcanzable y batir de nuevo a Goyo. 1-2, minuto 66.

Esta vez, a la Unión le faltó fuerzas para reponerse. Movió el banquillo para, con refresco, ir a por el empate con todo, con Dani Ávalos y Miguel pero no tuvieron ocasiones para ser determinantes. El Algeciras dominó hasta que el conjunto de Tobali se vació en los últimos minutos, sacaron fuerzas de donde no las había e hizo pasar un mal rato a la mayoritaria parroquia visitante. Los de Sanlúcar pudieron sentenciar.

Los locales abusaron de la baza de Goyo, que colgó todos los balones al área que pudo y se agarraron al balón parado como única vía. Mucha inquietud pero pocas oportunidades claras de empatar. El equipo de Tobali no pareció tal, tampoco estaba ni el campo ni las circunstancias del marcador para eso. Esta vez los albirrojos aguantaron bien hasta el pitido final, supieron sufrir para conseguir un triunfo fundamental y devolverle algo de alegría a una afición que respondió en un San Rafael que, ojo al dato que diría aquel, aún no conocía la derrota.

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