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El caso Özil reabre un viejo debate

  • Su renuncia a jugar con Alemania enciende la mecha en un país con una larga tradición migratoria

Özil se tapa en un entrenamiento del Arsenal.

Özil se tapa en un entrenamiento del Arsenal. / ANDY RAIN / efe

¿cuántas generaciones son necesarias para ser considerado alemán? ¿Dónde ha quedado la multiculturalidad de un país con una larga tradición migratoria? Las críticas al futbolista Mesut Özil, de origen turco, y su decisión de dejar la selección han reabierto el eterno debate sobre la integración en Alemania.

En la mayor economía europea residen millones de personas procedentes de otros países. La comunidad extranjera más numerosa es la turca, integrada por más de tres millones de personas. Özil, tercera generación de una familia turca, es uno de los muchos ciudadanos a los que los medios y la sociedad designan con frecuencia como "alemán de origen migratorio".

"¿No soy alemán? ¿No me ajusto a los criterios para ser un pleno alemán?", se preguntaba el mediocampista en un comunicado en inglés emitido este domingo en el que anunciaba que abandonaba la Mannschaft. En el texto argumentaba sentirse atacado por sus raíces como consecuencia de una foto que se tomó en Londres con el cuestionado presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

"Nunca se refieren a mi amigo Lukas Podolski o a Miroslav Klose como germano-polacos, ¿por qué yo soy germano-turco? ¿Es porque se trata de Turquía? ¿Porque soy musulmán? Creo que tiene gran importancia. Yo he nacido y he sido educado en Alemania, entonces, ¿por qué la gente no acepta que soy alemán?", prosiguió.

Las críticas y abucheos durante los partidos tras la publicación de la foto con Erdogan han hecho explotar finalmente al futbolista del Arsenal, que había guardado silencio durante el Mundial.

"Soy alemán cuando ganamos, pero soy inmigrante cuando perdemos. Aunque pague mis impuestos en Alemania, aunque haga donaciones a escuelas alemanas y a pesarde que gané la Copa del Mundo en 2014 con Alemania, todavía no soy aceptado en la sociedad", denunció.

Las acusaciones del jugador han hecho sonar de nuevo las alarmas en un país con una sociedad cada vez más polarizada desde que en 2015 acogiera a cerca de 900.000 solicitantes de asilo. El partido ultraderechista Alternativa para Alemania capitalizó el descontento popular con un mensaje islamófobo y antiinmigración para alzarse como tercera fuerza política en el Parlamento alemán en las elecciones de septiembre de 2017.

"Es una señal alarmante cuando un futbolista como Mesut Özil ya no se siente querido en su país por el racismo", escribió la ministra de Justicia alemana, Katarina Barley en su cuenta de Twitter. Por su parte, la presidenta del Partido Socialdemócrata, Andrea Nahles, dijo que si bien Özil cometió un error al fotografiarse con Erdogan, existe un claro riesgo de exclusión para los inmigrantes "cuando las cosas van mal y se buscan chivos expiatorios rápidamente".

"Reinhard Grindel (presidente de la Federación Alemana) hace trizas nuestra historia de integración. ¿Quieren que los jóvenes jugadores turcos alemanes jueguen pronto para Erdogan?", criticó el diputado Cem Özdemir, también de origen turco.

Para la ultraderecha germana, que alienta a parte de la sociedad con su dialéctica xenófoba y ultranacionalista, Özil es una prueba de los problemas de integración que existen en el país.

"Es un ejemplo típico de la integración fallida de demasiados inmigrantes de la esfera cultural turco-musulmana", afirmó la presidenta de la fracción parlamentaria de Alternativa por Alemania, Alice Weidel. No es la primera vez que la selección es objeto de las críticas de la ultraderecha. "La gente lo considera un buen futbolista, pero no quiere tener a Jerome Boateng como su vecino", criticó en 2016 Alexander Gauland, otro de los rostros notorios de Alternativa por Alemania, sobre el zaguero de padre ghanés y madre alemana.

La denuncia de Özil ha sacado de nuevo los colores a una nación que batalla por acallar los mensajes incendiarios y ondear la bandera de la tolerancia, a pesar de que ya hace 8 años la canciller, Angela Merkel, declarase que el concepto de "sociedad multicultural alemana" había fracasado. El abandono del jugador del Arsenal señala la xenofobia de cierto sector de la ciudadanía alemana.

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