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El carro ya tiene quien tire de él

  • Raúl completa la frase más utilizada por la prensa para referirse a su espíritu de liderazgo · El capitán del Real Madrid repite su mejor arranque de Liga (98-99), cuando logró su primer Trofeo Pichichi

Ya no hay ninguna duda, Raúl ha vuelto. La irrupción del capitán del Real Madrid en el trío de los máximos goleadores del campeonato ha convencido a los más escépticos de que el genial delantero madrileño, otrora orgullo merengue y patrio, no está por acostumbrarse a no seguir siendo el icono de siempre. Cuando Raúl tira del carro su equipo rueda en llano y el entorno se atempera. No se conocen fiestas ni salidas nocturnas, el liderato es un placer que se hace normal y hasta el aficionado disfruta en el Bernabéu, que ya es difícil verlo ganar sin el suspense habitual de esas tardes en las que el rival se ilusiona y el Madrid resuelve.

Raúl tira del carro y tira de verdad. No sólo su fútbol, sino también sus números, lo demuestra. El eterno capitán se acerca al Raúl de juventud. Sus dos goles al Racing han propiciado que pueda esgrimir ante Aragonés el dato más consistente para ganarse la Eurocopa: iguala su mejor arranque liguero, ocho goles, como en la temporada 98-99, en la que consiguió el primer Trofeo Pichichi de los dos con los que presume -entre multitud de títulos- en las estanterías de su casa.

El cambio llegó en su día. Ahora, lo que de golpe y porrazo vocifera la decimocuarta jornada es la confirmación de que Raúl está en forma. Se adaptó hace tiempo a esa especie de zaguán del ocaso que para los delanteros de calidad es ir retrasando su posición. Ahí los kilómetros lucen más, tienen el plus de la facilidad con la que calan en la afición y les permite resistir dignamente mientras el crack del momento se afana en justificar con goles la inversión de cada temporada. Pero Raúl ha sabido dar la cara atrás y ser determinante en ese prematuro retiro que quizá le empezó a preparar Queiroz y que con Capello se hizo casi una ley, pero también volver a su origen. Está hecho para el gol y el empujoncito de Schuster lo ha puesto otra vez en el área y señalando cada vez que tiene ocasión su nombre y el siete rotulados en el dorso de su camiseta.

galaxia o hipoxia

Nadie duda que el objetivo de Raúl, más allá de seguir agrandando más o menos su leyenda, es la Eurocopa. Se ha propuesto ganársela con goles y a bocanadas de aire. Y literalmente parece que va a ser así, aunque el que anotó de falta -no marcaba así desde abril de 2000, al Celta- pone en duda la teoría de la burbuja de hipoxia y reafirma la de que nunca dejó de pertenecer a la galaxia. La llamada cámara hiperbárica que le rejuvenece por las noches se ha convertido en la coletilla de su milagrosa recuperación. Ideada su utilización por Butragueño hace unos años cuando era director deportivo, el proyecto fue desestimado por el club, pero uno de los conejillos de indias siguió por su cuenta. Quién sabe si tras aquella mala temporada en la que apenas llegó a los cinco goles y a los 26 partidos de Liga la bajó del altillo. Su habitación reproduce condiciones de altitud, lo que mejora el transporte de oxígeno hacia el músculo y retrasa la fatiga obligando al organismo de Raúl a producir más cantidad de glóbulos rojos en sangre. Porque blancos tiene de sobra...

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