La resaca del ascenso del Algeciras CF

Orgullo albirrojo en la Plaza Alta

  • El Algeciras pone el broche a la fiesta en el corazón de la ciudad con un acto sencillo y cercano

  • 3.000 abonados, el objetivo de la campaña de socios que se cuece para la Segunda B

El cuerpo técnico de Emilio Fajardo, en el escenario de la Plaza Alta.

El cuerpo técnico de Emilio Fajardo, en el escenario de la Plaza Alta. / Jorge del Águila

El fin de fiesta no podía ser en otro sitio. La Plaza Alta albergó el último homenaje al Algeciras CF en su carrusel de actos de celebración por el histórico ascenso a Segunda B conseguido el pasado domingo en Socuéllamos (Ciudad Real). El corazón de la ciudad se llenó de albirrojo para ver de cerca y sentir una vez más a sus campeones, a sus héroes, a unos futbolistas, técnicos y también directivos que no dieron su brazo a torcer nunca. Y que por ello serán recordados.

Tras su recepción municipal en el Ayuntamiento algecireño, la comitiva algecirista recorrió los pocos pasos que separan la casa consistorial de la Plaza Alta. Entre saludos, autógrafos, fotos, abrazos y charlas, la familia albirroja se fue mezclando con la gente. Sobre un escenario bien preparado, con el incombustible informador Enrique Tadeo a los mandos del micrófono, los jugadores de la plantilla fueron desfilando. Entre bromas, alguno se atrevió a tomar la palabra. A otros casi le obligaron como a Antoñito. Palabras verdaderas de agradecimiento por el apoyo, por lo vivido y por la comunión que este vestuario ha levantado.

Tuvo su momento también el portero Jesús Romero, el Gato, sobre el que se cierne el rumor de su marcha, como casi verano. Pero el ángel de la guarda, casi sin voz, ofreció sus agradecimientos y su cariño a la ciudad y el algecirismo se entrega: el Gato tiene derecho a decidir lo que quiera. Se ha ganado ese privilegio.

El cuerpo técnico, siempre al completo, subió a la tarima, con ese tándem que Emilio Fajardo y Miguel Ángel Berlanga han parido. Vaya dúo. Nadie duda de que ambos serán los que piloten el próximo proyecto, ese plantel que seguro ya están diseñando en sus cabezas y deberá ver la luz pronto porque a mediados de julio comienza una nueva aventura.

Y subió la directiva que preside Ricardo Alfonso Álvarez, exultante y no es para menos. Sólo unos pocos saben lo que esta junta ha sufrido desde que hace poco más de tres años la entidad dio con sus huesos en Tercera división, en ese pozo que ya parece quedar enterrado. El mandatario habló de "ilusión" y de "un proyecto para consolidarse" en la Segunda B, un reto que ya está sobre la mesa y que dependerá en buena medida de los apoyos: empresas, instituciones, aficionados... En ese punto, el concejal de Deportes, Francisco Javier Rodríguez Ros avanzó el objetivo de la próxima campaña de abonados: 3.000 carnets. Una cifra alta, importante, pero al alcance del respaldo visto en la recta final de esta campaña con un Nuevo Mirador casi hasta arriba.

Tras un pequeño susto con un asistente, que fue atendido con síntomas de un atragantamiento, la fiesta de la Plaza Alta continuó con varias actuaciones flamencas y de otras músicas, en un acto sencillo, cercano y que ya es obligado después de cada éxito del algecirismo, como lo fue el pasado domingo en la Fuente del Milenio y muchos antes en el césped del Paquito Giménez, ese campo que ya no se va a olvidar.   

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